Chirac exige inmunidad frente al juez que investiga un caso de financiaci¨®n ilegal

Chirac exigi¨® actuaciones inmediatas al primer ministro, Lionel Jospin, y ¨¦ste se limit¨® a abrir una investigaci¨®n para saber de d¨®nde parti¨® la filtraci¨®n de que el presidente hab¨ªa sido citado, dato en principio amparado por el secreto del sumario.

Seg¨²n la interpretaci¨®n de la jefatura del Estado, el hecho de que un juez convoque a declarar al presidente es 'contrario tanto al principio de la separaci¨®n de poderes como a las exigencias de continuidad del Estado'. El propio Chirac ya contaba con la posibilidad de una cita judicial, a tenor de las declaraciones que hizo a la cadena de televisi¨®n TF1 el 14 de diciembre pasado, en las que anticip¨® que no prestar¨ªa testimonio porque el jefe del Estado 'no puede estar sometido ni al poder legislativo, ni al poder judicial, ni al poder militar'.

Fue el diario Le Parisien el que revel¨® ayer que el juez Eric Halphen hab¨ªa convocado al presidente 'a su despacho', por medio de una carta. El juez pretende interrogar a Chirac por hechos de la ¨¦poca en que era primer ministro y alcalde de Par¨ªs relacionados con las adjudicaciones de obras en viviendas sociales del Ayuntamiento de la capital. Esas actuaciones, abiertas siete a?os atr¨¢s, fueron archivadas provisionalmente por falta de pruebas y reabiertas hace s¨®lo unos meses, al hacerse p¨²blico un testimonio p¨®stumo de Jean-Claude M¨¦ry, el financiero oculto del partido neogaullista Uni¨®n por la Rep¨²blica (RPR).

En esa confesi¨®n, conocida s¨®lo despu¨¦s de la muerte del autor, M¨¦ry daba cuenta de las maniobras realizadas para extraer fondos a los adjudicatarios de obras y atribu¨ªa a Chirac haber presenciado una entrega de cinco millones de francos (125 millones de pesetas) en 1986. M¨¦ry mont¨® todo el tinglado de extracci¨®n de fondos 'por cuenta de Jacques Chirac', precisando que el dinero obtenido no era para su bolsillo personal, sino un medio de financiaci¨®n pol¨ªtica ilegal, seg¨²n su versi¨®n.

El autor de este testimonio hab¨ªa sido detenido en septiembre de 1994 por orden del juez Halphen -el mismo que ha citado a Chirac- y permaneci¨® en prisi¨®n provisional hasta marzo de 1995, periodo en el cual no quiso declarar. El juez archiv¨® las actuaciones por falta de pruebas, pero las reabri¨® al difundirse, en el diario Le Monde, la confesi¨®n que M¨¦ry hab¨ªa grabado tras salir de la c¨¢rcel.

Seg¨²n la Constituci¨®n francesa, el presidente 'no es responsable de los actos cometidos en el ejercicio de sus funciones m¨¢s que en caso de alta traici¨®n', y en ese supuesto s¨®lo puede ser acusado por el Alto Tribunal de Justicia, una jurisdicci¨®n pol¨ªtica integrada por 12 diputados y 12 senadores.

La instrucci¨®n de sumarios judiciales que rozan a Chirac han provocado dos aclaraciones por parte del Consejo Constitucional. La primera de ellas confirm¨®, en 1999, la inmunidad del presidente salvo en caso de alta traici¨®n, y la segunda, el a?o pasado, puntualiz¨® que el jefe del Estado no queda exonerado de toda responsabilidad penal, pero s¨ª goza de un 'privilegio de jurisdicci¨®n', que circunscribe su procesamiento al alto tribunal citado.

Testigo

As¨ª pues, un simple juez de instrucci¨®n no puede procesar al presidente ni imputarle delitos. Lo que ha hecho el juez Halphen es citarle a declarar 'como testigo'. Y en esa actuaci¨®n el magistrado se vio respaldado ayer por las dos principales asociaciones de jueces, una de signo conservador y la otra centrista, cuyos presidentes declararon que no se comprende c¨®mo es que 'el primer magistrado de Francia' no ayuda a la justicia a 'cumplir su misi¨®n', en palabras de Dominique Matagrin, presidente de la asociaci¨®n m¨¢s conservadora.

Toda la oposici¨®n de centro-derecha cerr¨® filas con Chirac y atribuy¨® a manipulaciones pol¨ªticas la espectacular iniciativa del juez Halphen, un 'acto ilegal y medi¨¢tico', seg¨²n el portavoz del RPR, Patrick Devedjian. Desde el Partido Socialista se sugiere la necesidad de reformar la inmunidad presidencial. El paso dado por este juez se suma a las iniciativas que est¨¢n tomando otros colegas, uno de los cuales ha registrado ya por dos veces el Quai d'Orsay (la sede del Ministerio de Exteriores) en busca de indicios sobre una supuesta intervenci¨®n del ministro Hubert V¨¦drine en el arreglo de problemas con el fisco por parte del traficante de armas Pierre Falcone.