Siete de los testigos del juicio contra El Cachulo declararon tras una mampara

Siete de los testigos que declararon en el juicio contra R. F. R., El Cachulo; el joven de 18 a?os que en mayo de 2000 asesin¨® a pu?aladas a un vecino de la barriada malague?a de El Palo que le hab¨ªa reprendido unas horas antes, lo hicieron ayer en calidad de testigos protegidos, ocultos tras una mampara y con la voz distorsionada por un dispositivo aplicado al micr¨®fono.

El miedo de los vecinos de la barriada a ser identificados por el joven acusado -'exagerado e instrumentalizado', seg¨²n la defensa de El Cachulo- ha protagonizado gran parte de los argumentos expuestos durante el proceso, que concluy¨® ayer, pero sobre todo ha monopolizado los comentarios fuera de la sala.

La declaraci¨®n de los testigos protegidos que comparecieron ayer tendr¨ªa que haberse producido en la tarde del mi¨¦rcoles, pero ninguno de los nueve acudi¨® a la primera citaci¨®n, por lo que hubo que esperar a la ma?ana de ayer para escuchar sus testimonios. A¨²n as¨ª, faltaron dos de ellos. Sin embargo, fue la defensa del joven, y no la acusaci¨®n, quien insisti¨® en que los testimonios de las personas citadas eran fundamentales.

El asesinato de Manuel Lara, de 33 a?os, a manos de R. F. R., sucedi¨® pasadas las 23.00 horas del 14 de mayo de 2000 delante de varias personas en el paseo mar¨ªtimo de la barriada de El Palo, una zona popular de M¨¢laga donde los vecinos m¨¢s arraigados se conocen todos. El Cachulo, pese a ser menor de edad, contaba con antecedentes por agresi¨®n y es 'una persona temida en el barrio', seg¨²n manifestaron los polic¨ªas que hicieron el atestado y los representantes de la acusaci¨®n.

Precisamente a esa circunstancia se acogi¨® ayer, en su informe final, el abogado defensor del joven para desmontar la teor¨ªa de la fiscal de Menores Mar¨ªa Victoria Guti¨¦rrez de que la muerte de Manuel Lara constituye un delito de asesinato con alevos¨ªa. Seg¨²n el letrado H¨¦ctor Gonz¨¢lez Izquierdo, el hecho de que Lara, pese a conocer la personalidad agresiva del joven, y pese a haber sido amenazado reiteradamente por ¨¦l, le plantase cara, impide calificar de alevoso el crimen. El letrado considera que se trata de un homicidio y pide para su cliente una pena de dos a?os de internamiento en centro cerrado y 15 meses de libertad vigilada.

Sin embargo, la fiscal sostiene que R. F. R. s¨ª abord¨® a su v¨ªctima de forma sorpresiva. De hecho, sostuvo la fiscal, cuando el joven fue a buscar a Lara por la noche para zanjar la discusi¨®n que hab¨ªan mantenido a mediod¨ªa, esgrimi¨® primero una pistola. 'Despu¨¦s de la primera agresi¨®n, de la que [R. F. R.] desiste, la v¨ªctima volvi¨® con sus amigos, y cuando parec¨ªa que R. F. R. abandonaba el lugar, inesperadamente se dirige contra Manuel Lara y r¨¢pidamente lo apu?ala'. La fiscal mantuvo su petici¨®n de ocho a?os de internamiento.