Djalminha reabre el debate

Un solitario aficionado acudi¨®, a las tres y media de la madrugada de ayer, a recibir al Deportivo en el aeropuerto de A Coru?a tras la paliza (3-0) sufrida ante el Leeds United. Un chico joven, que luc¨ªa la camiseta del equipo y una mueca de desolaci¨®n, trataba de reconfortarse a s¨ª mismo repartiendo frases de ¨¢nimo entre los jugadores. 'Les ganaremos en Riazor', mascullaba el muchacho con poca convicci¨®n. Pero Djalminha le respondi¨® con mucha m¨¢s fe: 'Seguro, seguro, los vamos a eliminar'.

Un momento antes, Djalminha ya hab¨ªa recibido un emplazamiento formal para el partido de vuelta, el pr¨®ximo d¨ªa 17 en Riazor. 'Ah¨ª te quiero ver', le dijo el segundo entrenador, Francisco Melo. En Elland Road, nadie hab¨ªa visto al brasile?o, quien no estuvo a la altura de los grandes elogios recibidos el d¨ªa anterior del t¨¦cnico del Leeds, David O'Leary. Tampoco es ninguna novedad: Djalminha, magistral en Riazor, se diluye fuera de casa, especialmente en los partidos europeos. Fracas¨® el a?o pasado en Highbury contra el Arsenal - fue expulsado y el Depor sufri¨® otra debacle inglesa al caer por 5-1-, maquill¨® su mediocre partido de hace dos semanas en Mil¨¢n con un penalti 'a lo Panenka' y pas¨® por Elland Road sin dejar ni un detalle.

Al margen de individualidades, la estrepitosa derrota en Leeds ha reabierto algunos debates en el Deportivo. Este a?o, el equipo parec¨ªa haberse sacudido la melancol¨ªa que siempre le atacaba fuera de casa: gan¨® en el Camp Nou por primera vez en la historia, y en la Liga de Campeones s¨®lo hab¨ªa perdido en Estambul. En Elland Road, sin embargo, el grupo de Irureta volvi¨® a ser el equipo perezoso y asustadizo que tanto se ve¨ªa el a?o pasado fuera de Riazor.

M¨¢s preocupante a¨²n es la impotencia para defenderse de las jugadas a bal¨®n parado que generan ataques a¨¦reos. Ser¨¢ la ¨²nica forma de marcarle que tienen los rivales, como sosten¨ªa Molina al t¨¦rmino del partido, pero ¨²ltimamente el Depor est¨¢ encajando demasiados goles de la misma forma. El entrenador, Javier Irureta, dice que los jugadores estaban bien avisados: 'Les insist¨ª que no hiciesen faltas al borde del ¨¢rea'. Irureta puso tanto celo en repartir instrucciones a sus futbolistas que el equipo lleg¨® al estadio apenas hora y media antes del partido. La charla t¨¢ctica, en un sal¨®n del hotel, hab¨ªa sido inusualmente larga: m¨¢s de una hora. La reuni¨®n se pudo ver desde el exterior del edificio a trav¨¦s de los ventanales. Mientras Irureta daba explicaciones ante la pizarra, los gestos de los jugadores no denotaban excesivo inter¨¦s.

En Inglaterra, mientras tanto, sonaban ayer los tambores por la consumaci¨®n de una peque?a venganza. En la prensa abundaban los titulares del tipo 'El Deportivo se traga sus palabras'. Todo el mundo se hab¨ªa tomado muy a pecho que los deportivistas dijesen que su rival preferido era el Leeds.