Bailar con la m¨¢s fea
Asistimos desde hace varias semanas a la pol¨¦mica suscitada tras la realizaci¨®n en el hospital de Cruces de dos intervenciones quir¨²rgicas, una para implante de mamas y otra de mastectom¨ªa, respectivamente, a un var¨®n y una mujer transexuales. No estaba en mi ¨¢nimo continuar con ella pero, dada la continuidad de los art¨ªculos publicados sobre este asunto y la falta de objetividad de alguna de las opiniones vertidas, me ha parecido oportuno volver a puntualizar algunos aspectos.
Es necesario saber que el Sistema Nacional de Salud en el Estado espa?ol ofrece un cat¨¢logo de prestaciones sanitarias con financiaci¨®n p¨²blica, 'entendiendo por tales las facilitadas directamente a todos los ciudadanos por el Sistema Nacional de Salud, y financiadas con cargo a la Seguridad Social o fondos estatales adscritos a la sanidad'. Este cat¨¢logo fue regulado en 1995 por un Real Decreto del Ministerio de Sanidad y Consumo que recoge una de las ofertas m¨¢s amplias que actualmente pueden dar los sistemas sanitarios p¨²blicos de cobertura universal como el nuestro. Pese a ello, en su ¨²ltimo anexo recoge unas pocas prestaciones espec¨ªficas no directamente financiables, como: los tratamientos en balnearios y curas de reposo, el psicoan¨¢lisis y la hipnosis, la cirug¨ªa est¨¦tica que no guarde relaci¨®n con accidente, enfermedad o malformaci¨®n cong¨¦nita, y la cirug¨ªa de cambio de sexo, salvo la reparadora en estados intersexuales patol¨®gicos que, esa s¨ª, la llevamos a cabo.
Con independencia de ese cat¨¢logo, cada comunidad aut¨®noma con trasferencias sanitarias ha podido ampliar prestaciones y financiarlas con fondos propios, como ha sido, en el caso de Euskadi, el Programa de Detecci¨®n Precoz del C¨¢ncer de Mama mediante mamograf¨ªas a las mujeres entre 50 y 65 a?os o el Programa de Atenci¨®n Dental Infantil que da cobertura a ni?os entre 6 y 14 a?os, programas financiados a trav¨¦s de presupuestos espec¨ªficos del Departamento de Sanidad del Gobierno vasco. Tambi¨¦n conviene recordar que en la anterior legislatura, en abril de 1999, el Parlamento vasco debati¨® una proposici¨®n no de ley presentada por Izquierda Unida para dar gratuidad a las operaciones de cambio de sexo no financiadas en el cat¨¢logo de prestaciones de la sanidad p¨²blica. Tras su debate, y con el apoyo del Grupo Parlamentario Nacionalista, entre otros, el Parlamento aprob¨® proponer al Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud (¨®rgano de coordinaci¨®n colegiado, donde est¨¢n representados el ministerio y los departamentos de Sanidad de todas las comunidades aut¨®nomas) que estudiara este tema y formulara las recomendaciones pertinentes. A fecha de hoy, el Consejo Interterritorial no ha presentado sus conclusiones.
Es en este contexto donde, durante el pasado mes de marzo, en el hospital de Cruces se producen las supuestas intervenciones quir¨²rgicas a transexuales que motivan por parte de la direcci¨®n del centro la apertura del expediente informativo para clarificar qu¨¦ procedimientos han sido realizados, por qui¨¦n, a qu¨¦ pacientes, por qu¨¦ motivos cl¨ªnicos, si estaba indicada su realizaci¨®n y si se conoc¨ªan las obligaciones de actuaci¨®n en esta materia.
A partir de aqu¨ª, la pol¨¦mica generada se ha mantenido, especialmente por algunas opiniones que me temo no son casuales ni en tiempo ni materia. Es el caso de la tribuna publicada el pasado 1 de abril por do?a Carmen Asiain, ex portavoz de sanidad del Grupo Socialista en el Parlamento vasco durante la legislatura reci¨¦n finalizada, en la que, en mi opini¨®n, intenta analizar el tema sin la suficiente objetividad y rigor necesario, por lo que me gustar¨ªa aclarar algunos aspectos que ella misma solicita:
1-. La cirug¨ªa de cambio de sexo no constituye un problema sanitario de relevante magnitud en nuestra comunidad, y me remito al Plan de Salud actualmente vigente, que la se?ora Asiain debiera conocer a trav¨¦s de su presentaci¨®n en el Parlamento vasco. Lo cual no es ¨®bice para que el colectivo al que afecta la falta de financiaci¨®n p¨²blica de esta cirug¨ªa lo sienta como importante. As¨ª, recogiendo esta sensibilidad, el Parlamento vasco no descart¨® su abordaje futuro, remiti¨¦ndose para su an¨¢lisis al Consejo Interterritorial.
2-. Osakidetza ni quiere negar ni ha denegado la asistencia a pacientes aquejados de problemas de salud, ni pretende discriminar a colectivo alguno. Hay que recordar que el real decreto sobre ordenaci¨®n de las prestaciones sanitarias, que excluye expresamente los citados supuestos de cambio de sexo, fue aprobado en 1995 por un gobierno del Partido Socialista, siendo ministra de Sanidad y Consumo do?a Mar¨ªa ?ngeles Amador.
3-. La supuesta vaguedad del t¨¦rmino 'cirug¨ªa de cambio de sexo', textual en el citado real decreto, no es motivo suficiente para considerar el t¨¦rmino como un caj¨®n de sastre donde quepan todas las intervenciones quir¨²rgicas que para este fin puedan realizarse a personas transexuales. As¨ª se desprende de varios informes de agencias de evaluaci¨®n tecnol¨®gica publicados sobre el tema (Osteba, Agencia del Instituto Carlos III, etc.).
4-. Osakidetza, en este caso, no pretende responsabilizar a los profesionales y exonerar a los gestores (tambi¨¦n, si me lo permite, profesionales), sino clarificar si ha habido una mala utilizaci¨®n consciente de recursos y responsabilidades. Sin embargo, otras voces parecen interesadas en defender a alg¨²n profesional sanitario concreto (m¨¢s por afinidad o amistad que por su actuaci¨®n profesional) que puede haber decidido por su cuenta, a trav¨¦s de pol¨ªtica de hechos consumados, sustraer del Departamento de Sanidad del Gobierno vasco la responsabilidad de planificar y financiar nuevas prestaciones sanitarias.
5-. La se?ora Asia¨ªn, en raz¨®n de su trabajo en la Comisi¨®n de Sanidad del Parlamento vasco, conoce que el estilo organizativo y de gesti¨®n de Osakidetza no es un estilo autoritario donde los m¨¦dicos cumplen ¨®rdenes y los pacientes las padecen. Los facultativos de Osakidetza tienen importantes ¨¢reas de responsabilidad delegadas, especialmente respecto a su practica cl¨ªnica, como lo demuestran los hechos que nos ocupan. A su vez, nuestros usuarios/clientes nos valoran de manera excelente a?o tras a?o, siendo uno de los servicios p¨²blicos m¨¢s apreciados.
6.- Finalmente, respecto a las alusiones que realiza sobre los informes del Tribunal Vasco de Cuentas en relaci¨®n con la ejecuci¨®n del gasto en Osakidetza y una sentencia de la Audiencia de Vitoria sobre el concurso de traslados del personal m¨¦dico, dir¨¦ que la citada ejecuci¨®n del gasto en t¨¦rminos generales se ajusta aceptablemente bien a la legalidad, mejorando a?o tras a?o, como tambi¨¦n se constata en el informe. En lo que respecta a la sentencia del concurso de traslados de m¨¦dicos, me limitar¨¦ a matizarle que la misma no es firme y afecta ¨²nicamente a un porcentaje inferior al 2% del total de plazas de m¨¦dico especialista del citado concurso.
No obstante, debo manifestar mi perplejidad por la relaci¨®n que parece usted haber encontrado entre estas ¨²ltimas materias y la cirug¨ªa del cambio de sexo. Sin duda es algo meritorio porque no le habr¨¢ resultado f¨¢cil, como tampoco le habr¨¢ resultado f¨¢cil tener que hacer oposici¨®n estos a?os en la Comisi¨®n de Sanidad Parlamentaria y buscar votos a costa de un buen sistema sanitario. ?Qu¨¦ le vamos a hacer! Se podr¨ªa decir, dado su gusto por el refranero, que le ha tocado bailar con la m¨¢s fea.
Jon Darp¨®n Sierra es director de Asistencia Sanitaria Osakidetza.
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