Diferencia y desigualdad en la escuela
En orden a reconsiderar la manera como las instituciones se enfrentan a los retos derivados de la inmigraci¨®n, cabr¨ªa preguntarse si no es urgente desenmascarar el empleo eufem¨ªstico que reciben t¨¦rminos como multiculturalismo, diversidad cultural, etc¨¦tera, tras el que podr¨ªa reconocerse la acci¨®n de ideolog¨ªas de marcaje y exclusi¨®n de seres humanos inferiorizados.
Un ejemplo de ello lo tenemos en el uso que se est¨¢ dando en la instituci¨®n escolar a este tipo de ideas fetiche. En la pr¨¢ctica, las pol¨ªticas pedag¨®gicas basadas en la multiculturalidad atienden exclusivamente a miembros de comunidades humanas que son v¨ªctimas cr¨®nicas de la marginaci¨®n, la segregaci¨®n y la discriminaci¨®n. El seguimiento 'multicultural' de algunos ni?os no se dirige a hijos de residentes holandeses o alemanes en las zonas tur¨ªsticas, ni a hijos de gitanos de clase media de ciertos barrios. Los cr¨¦ditos presentados como 'de atenci¨®n a la diversidad' implican casi exclusivamente a hijos de gitanos pobres o de inmigrantes igualmente pobres, o simplemente a ni?os con conductas problem¨¢ticas. As¨ª, la multiculturalidad o la interculturalidad no se basan en el reconocimiento de que en un aula todos los alumnos son diferentes, es decir, todos usan diferentes estilos de hacer, pensar y decir, sino que s¨®lo algunos lo son, al tiempo que se oculta que esos diferentes no s¨®lo lo son por su cultura, como se sostiene, sino ante todo por su condici¨®n socialmente nada, poco o mal integrada.
La 'educaci¨®n en la diversidad' en lugar de ser, como alardea, un instrumento para la integraci¨®n se constituye entonces en el motor conceptual que permite dar por buena una taxonom¨ªa de los individuos y de los grupos que presume la condici¨®n cr¨®nicamente conflictiva de algunos de ellos por causa de su cultura, escamoteando el origen sobre todo legal, social y econ¨®mico de sus problemas de adaptaci¨®n. Los usos educacionales de esta noci¨®n resultan una prueba m¨¢s de hasta qu¨¦ punto la equ¨ªvoca noci¨®n de cultura, empleada sistem¨¢ticamente en su acepci¨®n rom¨¢ntico-idealista, es una de las ideas fuerza m¨¢s astutas de que disponen las nuevas modalidades de racismo.
En s¨ªntesis, la presunta multiculturalidad en la escuela se reduce a un principio ordenador que divide a los usuarios de la ense?anza p¨²blica en dos: una minor¨ªa constituida por quienes han sido definidos como 'distintos' y, frente a ella, una mayor¨ªa que conforman los que, aunque no se reconozca, no dejan nunca de pensarse a s¨ª mismos y ser pensados por el sistema educativo en que se insertan como los 'normales'.
Dicho de otra forma, la diferencia detectada y sometida a atenci¨®n especial se presenta como cultural, por mucho que ese mismo principio de se?alamiento de rasgos distintivos no se aplique a todas las demas expresiones de pluralidad presentes en el aula. Con ello demuestra que no era tan cultural como pretend¨ªa, sino que lo que buscaba era se?alar la situaci¨®n fronteriza, exterior o inferior de los beneficiarios de la denominaci¨®n de origen 'diferente'. Lo que se presenta como una actuaci¨®n pedag¨®gica pensada para preservar una imaginaria personalidad cultural se conduce, en la pr¨¢ctica, como un mecanismo de marcaje social, un estigma que advierte de la presencia en el espacio escolar de un extra?o, que lo es no por ser portador de una lengua, una religi¨®n o unas costumbres distintas, tal y como se pretende. Su anomal¨ªa se refiere, m¨¢s bien, al lugar social del que procede y que representa en el aula, y cuyo se?alamiento sirve para hacer del educando marcado como diferente un l¨ªmite viviente que establece la raya divisoria entre el dentro -los dem¨¢s ni?os, los no diferentes- y el afuera.
De este modo, el trato especial de que es objeto quien es se?alado como diferente no niega sino que, por el contrario, reproduce esos mecanismos de segregaci¨®n y discriminaci¨®n de los que se pretende protegerle. El trato en apariencia beneficioso que recibe establece una extra?eidad que es la premisa de toda actitud de la xenofobia, esa modalidad de l¨®gica excluyente que afecta a aquellos que son contemplados como poseedores de unos niveles alarmantes de ese mismo principio de excepcionalidad que se les asigna con fines denegatorios.
El individuo miembro de una grupo humano cuya distinci¨®n se ha institucionalizado en el marco escolar es convocado, adem¨¢s, para que confirme todos los t¨®picos que permiten folclorizar a su grupo y a ¨¦l mismo. Se le presenta de este modo como 'v¨ªctima inocente' de unas condiciones culturales que hacen de ¨¦l algo as¨ª como un minusv¨¢lido cultural que merece una atenci¨®n compensatoria que le mantenga dentro del sistema s¨®lo lo indispensable, pero que garantice al tiempo la posibilidad de reintegrarlo a un ambiente sociofamiliar que es concebido a la manera de una c¨¢rcel que, por mucho que se presente como 'identitaria', es en realidad un sitio en la estructura social del que se considera que no es posible -ni en el fondo legitimo- escapar.
?La funci¨®n de este dispositivo clasificatorio?: desmentir la condici¨®n democr¨¢tica de la educaci¨®n obligatoria. Es decir, la escuela 'para todos' -qu¨¦ pena- no puede ser para todos, dado que algunos de esos todos son irrevocablemente diferentes, l¨¦ase desiguales. Se cumple as¨ª la correspondencia entre una estructura social inigualitaria e injusta y los esquemas perceptivos y apreciativos que el sistema escolar interioriza en los sujetos que se le conf¨ªan. El imaginario social y pol¨ªticamente hegem¨®nico se sustantiviza, se hace carne entre nosotros, ya no s¨®lo por las informaciones divulgadas por los mass media sobre las 'minor¨ªas ¨¦tnicas', ni por las justificaciones gubernamentales acerca de los 'peligros de la inmigraci¨®n', ni por las fantas¨ªas sociol¨®gicas a prop¨®sito de 'los inmigrantes de segunda generaci¨®n', sino desde la misma iniciaci¨®n escolar, encargada de presentar como naturales las emanaciones que recibe del contexto sociopol¨ªtico y econ¨®mico en que se ubica y al que sirve.
Manuel Delgado es antrop¨®logo y miembro de la comisi¨®n sobre inmigraci¨®n del Parlament.
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