En apoyo a la investigaci¨®n con 'c¨¦lulas madre' embrionarias
El premio Nobel Paul Berg explica los beneficios que puede reportar el uso m¨¦dico de embriones humanos y analiza los problemas ¨¦ticos que ello suscita.
La mayor¨ªa de las c¨¦lulas de nuestros cuerpos tienen una vida corta y una misi¨®n espec¨ªfica que cumplir. Las c¨¦lulas madre, que se encuentran en muchos ¨®rganos, desde la piel hasta la m¨¦dula ¨®sea, son diferentes. Estos ancestros de las c¨¦lulas comunes son capaces de regenerarse indefinidamente. Dadas las se?ales bioqu¨ªmicas correctas, estas c¨¦lulas se pueden dividir y transformarse en distintos tipos de c¨¦lulas, seg¨²n las necesidades.
Tal versatilidad significa que las c¨¦lulas madre tienen el potencial para regenerar tejidos de ¨®rganos da?ados y ofrecer tratamientos nuevos y sorprendentes para una gama de enfermedades que en la actualidad son devastadoras. En efecto, las c¨¦lulas madre podr¨ªan tal vez permitir que el ser humano 'desarrollara ¨®rganos nuevos' para reemplazar los enfermos, con lo que existir¨ªa la posibilidad de nuevas terapias celulares.
Debemos explorar a la vez todas las rutas que pueden conducir a curas en favor de quien lo necesita
Con base en investigaciones de c¨¦lulas similares en ratones, los cient¨ªficos prev¨¦n que las c¨¦lulas madre podr¨ªan utilizarse para reponer m¨¦dula ¨®sea en los pacientes que sufren de c¨¢ncer, para producir c¨¦lulas pancre¨¢ticas que alivien la diabetes o c¨¦lulas neuronales para tratar la enfermedad de Parkinson, la de Alzheimer y varios trastornos cerebrales y de la espina dorsal.
Para estas investigaciones, lo mejor es obtener c¨¦lulas madre de embriones en sus etapas m¨¢s tempranas, creados mediante fertilizaci¨®n in vitro, pero eso plantea dilemas ¨¦ticos. La idea de que se creen embriones humanos con el prop¨®sito espec¨ªfico de orde?arlos con fines m¨¦dicos crea el temor de un regreso al mundo feliz. Aun cuando esos extremos son poco probables, la posibilidad de que haya abusos de cualquier tipo genera una fuerte oposici¨®n.
La mayor¨ªa de quienes se oponen a las investigaciones no cuestionan su valor cient¨ªfico o m¨¦dico, sino el uso de embriones humanos. Estas personas, sobre todo en Alemania, donde las investigaciones sobre las c¨¦lulas madre traen recuerdos de la eugenesia nazi, sostienen que la investigaci¨®n con c¨¦lulas obtenidas de embriones es innecesaria, porque las c¨¦lulas madre tambi¨¦n se encuentran de manera natural en los tejidos adultos. Aunque los cient¨ªficos muestran un optimismo cauto ante informes recientes sobre la plasticidad de las c¨¦lulas madre obtenidas de tejidos adultos, es poco lo que saben sobre la posibilidad de mantenerlas fuera del cuerpo, sobre su capacidad de diferenciaci¨®n y si se pueden obtener en las cantidades que se requieren a fin de estudiar su utilidad para usos cl¨ªnicos.
Si, bas¨¢ndose en ese optimismo, las investigaciones sobre c¨¦lulas madre embrionarias se detienen, es posible que pasen varios a?os antes de que los cient¨ªficos determinen si las c¨¦lulas madre obtenidas en tejidos adultos son equivalentes a las embrionarias en t¨¦rminos de su potencial para curar enfermedades. No podemos permitirnos el lujo de avanzar secuencialmente con estas tecnolog¨ªas tan prometedoras. Debemos explorar a la vez todas las rutas que puedan conducir a curas m¨¦dicas en favor de quienes lo necesitan. Mientras que las investigaciones en c¨¦lulas madre adultas deben llevarse a cabo de forma decidida, ello no debe ser a expensas de un programa decidido que explore el potencial que tienen las c¨¦lulas madre embrionarias de ser utilizadas en terapias para el ser humano.
En los Estados Unidos, donde el problema fue estudiado por la Comisi¨®n Consultiva Nacional sobre ?tica Biom¨¦dica a trav¨¦s de audiencias y discusiones con expertos en ¨¦tica, l¨ªderes religiosos, cient¨ªficos y m¨¦dicos, recientemente se adopt¨® una restricci¨®n m¨¢s. Se lleg¨® a la conclusi¨®n de que es permisible, desde el punto de vista ¨¦tico, preparar cepas de c¨¦lulas madre a partir de embriones congelados, pero ¨²nicamente de aquellos obtenidos durante un proceso de fertilizaci¨®n in vitro y cuyos donantes y su m¨¦dico consideren que exceden los requerimientos cl¨ªnicos (generalmente se fertilizan m¨¢s ¨®vulos de los que se implantan en las mujeres que quieren embarazarse).
Con base en esas discusiones, el Instituto Nacional de la Salud (NIH) de los Estados Unidos permiti¨® el uso de fondos del Gobierno para la investigaci¨®n sobre c¨¦lulas madre, pero mantiene la prohibici¨®n de que los investigadores que utilizan fondos federales puedan crear nuevas cepas. Esa restricci¨®n obliga a que las cepas se obtengan ¨²nicamente de fuentes privadas o comerciales.
Yo creo que restringir el uso de los fondos gubernamentales para la creaci¨®n de c¨¦lulas madre, aunque es prudente desde el punto de vista pol¨ªtico, genera desventajas cient¨ªficas sustanciales. Sabemos que varios factores poco estudiados provocan que las c¨¦lulas madre pierdan su capacidad para convertirse en c¨¦lulas de todos los tipos. Esta p¨¦rdida de la capacidad de diferenciaci¨®n puede deberse a la forma en la que se obtienen las c¨¦lulas madre, las condiciones que rodean su crecimiento y otras variables de su manejo.
Permitir que distintos investigadores financiados por el Gobierno obtengan cepas celulares en condiciones diferentes en sus propios laboratorios, como se ha hecho recientemente en Gran Breta?a y Francia, es el mejor camino para determinar cu¨¢les son las condiciones cr¨ªticas para generar c¨¦lulas ¨²tiles para prop¨®sitos terap¨¦uticos espec¨ªficos. Las c¨¦lulas madre embrionarias preparadas en el laboratorio de un cient¨ªfico, con toda probabilidad se obtuvieron, guardaron y conservaron con m¨¦todos que maximizan su potencia para usos particulares. Las que se obtienen de fuentes comerciales, posiblemente tendr¨¢n antecedentes gen¨¦ticos desconocidos y, por lo tanto, resultan menos ¨²tiles para los estudios importantes.
Aunque en ocasiones se mencionan contingencias remotas, la elecci¨®n ¨¦tica fundamental que plantea la investigaci¨®n de las c¨¦lulas madre es m¨¢s limitada: deben o no utilizarse embriones humanos, que a la larga ser¨¢n destruidos legalmente, para crear terapias que podr¨ªan salvar vidas. Quienes se oponen al aborto sin importar los motivos afirman que sacrificar un embri¨®n humano para obtener c¨¦lulas madre es similar al aborto y, por lo tanto, es inmoral. Pero, bajo mi punto de vista, obtener c¨¦lulas madre de embriones que est¨¢n en sus etapas m¨¢s tempranas y que al final ser¨¢n destruidos es ¨¦ticamente distinto al aborto. Tambi¨¦n debemos considerar las consecuencias morales de abandonar estas investigaciones que tienen el potencial de salvar y mejorar vidas humanas. ?Qu¨¦ mayor moralidad existe que hacer todo lo que podamos para ayudar a los individuos cuyas vidas est¨¢n plagadas por la enfermedad?
Paul Berg, premio Nobel de Qu¨ªmica en 1980, es profesor em¨¦rito de investigaci¨®n sobre el c¨¢ncer y bioqu¨ªmica en la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford (Estados Unidos). ¡ì Project Syndicate.
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