Atrac¨®n de goles en el Camp Nou

Igual da fuera que en casa. Empate a cuatro en Villarreal la semana pasada y ayer en el Camp Nou. El Bar?a se ha abonado a marcadores abultados en los dos casilleros que expresan su generosidad en las dos ¨¢reas. El Zaragoza qued¨® aturdido ante el car¨¢cter febril azulgrana. Ten¨ªa el partido ganado, jugando al paso o con la quinta puesta, tanto da, pero cedi¨® un empate en la prolongaci¨®n con el primer libre directo que trasforma Rivaldo en lo que va de campeonato.

Pelotero por excelencia y especialmente din¨¢mico en ataque, el Zaragoza estuvo muy puesto y despierto en la salida, nada que ver con el Barcelona, parado, barroco, demasiado individualista y siempre generoso en sus concesiones defensivas. Los goles de Esn¨¢ider y Jamelli fotografiaron el paisaje del partido. La piller¨ªa de Acu?a y la maniobrabilidad de Jamelli en dos golpes francos contrastaron con el absentismo de la zaga azulgrana, desatenta, con los defensas fuera de sitio y la manos en jarra y el portero vencido, blando de manos y de vientre agujereado.

Frente a la comodidad y efectividad del Zaragoza durante el primer tramo del encuentro, el Barcelona exhibi¨® un voluntarismo est¨¦ril, monopolizado por el corretear de los extremos y los remates de Rivaldo. Jugaron los azulgrana de manera desorganizada, con el frente de ataque tapiado por el exceso de delanteros, falto de velocidad que no de dedicaci¨®n y ambici¨®n. Tanto f¨²tbol de conducci¨®n impidi¨® espaciar la cancha aragonesa. El Bar?a no supo mover al Zaragoza, que se defendi¨® con comodidad, con alg¨²n que otro susto, pero sin grandes apuros. Demasiados toques, pocos espacios, mucho apelotonamiento, terreno agradecido para los centrales.

Le conven¨ªa al Barcelona acelerar el partido, atreverse en los uno contra uno, desbordar por las bandas. El asunt¨® est¨¢ en que Sim?o es muy fiero pero poco centrado y Overmas muy preciso, aunque a veces poco gallito. Al holandes le redimi¨® ayer la precisi¨®n con que sorprendentemente defini¨® una magistral asistencia de Cocu, sobre todo porque Overmars nunca fue un buen rematador. El bonito gol, el n¨²mero cien del equipo en lo que va de temporada, ayud¨® al Bar?a a templar su ansiedad y a centrarse en el partido, al que dio una nueva vuelta de tuerca con la entrada en escena de Iv¨¢n de la Pe?a.

Lo Pelat alumbr¨® un nuevo partido, presido por el intercambio de goles, por un ir y venir en los dos campos. El choque se desatasc¨® hasta adquirir un punto de locura. Le vino bien al Barcelona jugar a tumba abierta, porque fue reban¨¢ndole terreno al Zaragoza hasta atraparle en los minutos de gracia que condeci¨® el colegiado. Rivaldo, por fin, acert¨® despu¨¦s de haberse pasado el partido buscando la red en remates desde cualquier posici¨®n. Fue una justa recompensa para un equipo que estuvo muy voluntarioso, aunque poco acertado, sobre todo defensivamente. Al Bar?a se le ha escapado la cabeza de la liga por sus conceciones en su ¨¢rea. Nunca un equipo puntero hab¨ªa defendido tan mal como el Barcelona, una circunstancia que aprovech¨® el Zaragoza, el cuarto peor equipo del campeonato en campo contrario, aunque ayer no le alcanzaron cuatro goles en el Camp Nou para ganar.