Vida parroquial inc¨®moda
La vida parroquial en San Jer¨®nimo prosigue con incomodidad por el impacto que sobre la feligres¨ªa y el clero proyectan las obras de desmontaje del claustro. La mayor parte de los sacerdotes de la parroquia, asegura el p¨¢rroco, ya no vive en el ala que ocupaba, sobre la calle de Moreto. Este frente ser¨¢ sustituido por otro edificio de nueva construcci¨®n, como prev¨¦n los pactos suscritos por el Ministerio de Cultura y el Arzobispado de Madrid, titular de iglesia y claustro. En el ¨ªnterin, los servicios parroquiales, catequesis, aulas y sacrist¨ªa quedan instalados en unos pabellones prefabricados dise?ados en su d¨ªa por Francisco Jurado, arquitecto conservador del templo y autor del plan director de San Jer¨®nimo. De ¨¦l s¨®lo ha culminado la restauraci¨®n de las dos torres absidiales e importantes obras de infraestructura y mantenimiento, en el interior del recinto.
Para acceder al campanario durante las obras, Jurado levant¨® un bloque gris¨¢ceo, pegado al muro norte, que culmina en una ventana g¨®tica convertida en improvisada entrada al ¨¢tico. El per¨ªmetro verjado de la iglesia, empedrado con adoquines y mamposter¨ªas, sigue dedicado a estacionamiento de autom¨®viles; por ¨¦l circulan ahora los camiones que trasladan hasta Alcal¨¢ de Henares los sillares extra¨ªdos del claustro; su contorno perimetral, que albergaba una capilla dedicada al culto y estancias para catequesis, ha sido derribado por completo.
Entre los muros del claustro, las paredes del ala parroquial y el propio templo no queda ya nada en pie. Tampoco han sobrevivido 16 casta?os de Indias que crec¨ªan en su seno.
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