Atalayas de naturaleza

El castillo de Santa Catalina emerge como un feudo inexpugnable en lo m¨¢s alto de Ja¨¦n. Quienes se asoman por sus torreones y recinto amurallado contemplan, no sin cierto v¨¦rtigo, el discurrir tranquilo de la ciudad jiennense, pero tambi¨¦n un impresionante paisaje natural que se desparrama por las laderas de la fortaleza ¨¢rabe. Se trata de los montes de Santa Catalina, El Neveral y La Imora, un pulm¨®n verde de 59 hect¨¢reas que la Junta de Andaluc¨ªa se dispone a declarar parque periurbano.

Los tres montes son una continuaci¨®n del macizo de Jabalcuz, situado al sur de Ja¨¦n. Se trata de un v¨¦rtice sobre el que prolonga una serie de crestas rocosas que se van bifurcando sucesivamente, definiendo varios barrancos de corto recorrido y fuertes pendientes y, entre ellos, alternativamente, laderas de umbr¨ªa y solana, igualmente con pendientes altas. En el extremo septentrional de estas estribaciones est¨¢ situado este parque periurbano, que incluye varios parajes: Umbr¨ªa del Cerro de la Vicar¨ªa, Ca?o Quebrado, El Neveral, La Imora y las laderas del cerro de Santa Catalina.

Desde mediados del siglo pasado se han venido efectuando repoblaciones artificiales con pinos carrasco -que hoy es la predominante- encaminadas a conseguir la restauraci¨®n forestal de este monte. Este pino, tambi¨¦n conocido como halepensis, lleg¨®, al igual que el pi?onero, de manos de los fenicios, hace unos 3.000 a?os. Es un ¨¢rbol de talla m¨¢s bien mediana, que raramente llega a los 20 metros de altura, con porte tortuoso, copa ramosa pero muy clara por tener follaje m¨¢s bien escaso. Se distingue por su corteza fina y su resistencia a la sequ¨ªa, soportando climas ¨¢ridos con precipitaciones superiores a los 250 metros c¨²bicos anuales. En este caso, la media de precipitaciones anuales se sit¨²a alrededor de los 590 metros c¨²blicos y los veranos suelen ser secos y prolongados y los inviernos templados.

En los ¨²ltimos a?os se han proyectado tratamientos de poda y de clareo encaminados a reducir el n¨²mero medio de pies iniciales y la biomasa global, de forma que se establezca una espesura acorde con el desarrollo armonizado de la propia vegetaci¨®n y con los factores ecol¨®gicos imperantes.

En cuanto a la fauna, destaca la presencia de cern¨ªcalos, azores, ¨¢guilas peregrinas y perdiceras, as¨ª como de una poblaci¨®n de caracoles (iberus gualterianus), de distribuci¨®n muy restringida y amenazada de extinci¨®n.

Es aqu¨ª, en estos montes, donde los jiennenses buscan el alivio de las altas temperaturas estivales, y donde cada a?o, en el d¨ªa de Santa Catalina, la patrona de Ja¨¦n, miles de personas toman este coraz¨®n natural para comerse las tradicionales sardinas asadas. Cuando se haga realidad la aprobaci¨®n del parque periurbano -est¨¢ pendiente de que el Ayuntamiento apruebe en pleno la disponibilidad de los terrenos- est¨¢ previsto construir tres zonas recreativas, caminos y senderos y zonas de ocio. En el cerro de Santa Catalina no puede faltar una visita al castillo ¨¢rabe del mismo nombre, en cuyo patio de armas se realizan actualmente excavaciones que han revelado distintas fases de ocupaci¨®n en la ciudad. Esos trabajos dar¨¢n paso muy pronto a un espacio esc¨¦nico que ser¨¢ un importante revulsivo cultural para completar la oferta de naturaleza.

Pero la llamada Sierra de Ja¨¦n ofrece otros atractivos. Muy cerca de este pulm¨®n verde se divisa un hermoso valle que recorre el r¨ªo Guadalbull¨®n, y tomando la carretera del Puente de la Sierra se llega a lugares de gran belleza como las huertas de Valpara¨ªso, la Fuente de la Pe?a (donde est¨¢ la ermita del Cristo del Arroz), Jabalcuz (que tuvo en su d¨ªa un balneario de aguas termales) y otras zonas de inter¨¦s arqueol¨®gico con d¨®lmenes y pinturas rupestres, la antigua aldea se?orial de Santa Catalina y el castillo de Ot¨ª?ar. En el paraje de Los Ca?ones hay una piscifactoria en la que es posible pescar truchas en su coto intensivo.