Los psiquiatras no detectan problemas mentales en los cuatro ruandeses acusados de genocidio
Las dos monjas sufren estr¨¦s postraum¨¢tico por las escenas vividas, dicen los peritos
No se detectan desequilibrios mentales ni incapacidad para controlar sus actos. Tampoco rasgos de agresividad. En definitiva, los cuatro ruandeses, entre ellos dos monjas, que desde el pasado martes son juzgados ante el Tribunal Penal de Bruselas por presuntos delitos de genocidio cometidos en su pa¨ªs durante la guerra de 1994, son personas normales seg¨²n los peritos psiqui¨¢tricos. Los dos m¨¦dicos que hicieron el examen cl¨ªnico de Consolata Mukangango (sor Gertrudis), superiora del convento benedictino de Sovu, en Butare, y de su compa?era, Julienne Mukabutera (sor Mar¨ªa Kisito), se?alaron, no obstante, que ambas sufren de estr¨¦s postraum¨¢tico causado por las horribles im¨¢genes de la violencia ¨¦tnica. Las dos religiosas, de origen hutu, que huyeron a B¨¦lgica en 1995, son acusadas de colaboraci¨®n en asesinato. El fiscal sostiene que ambas facilitaron a los asaltantes del convento de Sovu dos garrafas de combustible para quemar vivos a m¨¢s de medio millar de refugiados y que Mukabutera lleg¨® a esparcir gasolina. Ambas niegan los cargos, al igual que los otros dos procesados, el profesor Vincent Ntezimana y el industrial y ex ministro Alphonse Higaniro. Las dos monjas sufren angustia y depresi¨®n seg¨²n los psiquiatras. En el caso de Mukabutera hay se?ales de cierta confusi¨®n en el discurso y tendencia al lloro. De hecho, casi estall¨® en l¨¢grimas el pasado mi¨¦rcoles cuando cont¨® al tribunal que hab¨ªa hablado por tel¨¦fono con su madre despu¨¦s de mucho tiempo. Su padre fue asesinado por bandidos durante la guerra. Los psiquiatras no hallaron tampoco patolog¨ªas graves en la personalidad de Ntezimana ni en la de Higaniro, a quien los peritos describieron, sin embargo, como desconfiado y con ciertas tendencias paranoicas.
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