Dos cabezas
Olvido lo que escribo a una velocidad de v¨¦rtigo. A veces, en una cena, alguien intenta recordarme un art¨ªculo de hace dos semanas y creo que me est¨¢ recordando un art¨ªculo de otro. El interlocutor, que lo ha recortado, lo saca de la cartera y me lo ense?a. Era m¨ªo, efectivamente. Ah¨ª est¨¢ mi firma, s¨ª, pero contin¨²o sin reconocerlo, lo que me produce una suerte de extra?eza que no s¨¦ si me gusta o me disgusta. En tales situaciones, al observar la cara de la gente, veo que dudan de mi cordura, o de mi honradez. Quiz¨¢ piensen que me escribe otro los art¨ªculos mientras yo me dedico a las novelas o a la meditaci¨®n trascendental.
No es eso. Lo que ocurre es que escribo para olvidar como otros beben para olvidar. Y si escribo para sacarme de la cabeza las cosas que me atormentan, lo l¨®gico es que me olvide de ellas. De otro modo, las tendr¨ªa en dos sitios: en la cabeza y en el papel, lo que vendr¨ªa a ser como tener dos cabezas, o dos papeles. Una tortura, en fin. Mucha gente tiene dos cabezas, que viene a ser como tener las preocupaciones por duplicado. De estas dos cabezas una es invisible, lo que no la hace menos molesta. Mi madre ten¨ªa dos cabezas que se pasaban el d¨ªa discutiendo entre s¨ª. Acababa loca la pobre. Y nosotros tambi¨¦n, porque nos daba ¨®rdenes contradictorias, ya que una de sus cabezas dec¨ªa por sistema lo contrario de la otra. 'Hijo, tr¨¢eme el dedal y ll¨¦vate el canasto de los hilos'. 'Pero, mam¨¢, si el dedal est¨¢ en el canasto de los hilos'. 'Entonces tr¨¢eme el canasto de los hilos y ll¨¦vate el dedal'.
Por la noche, normalmente, le dol¨ªa una de las cabezas. El d¨ªa que le dol¨ªan las dos no hab¨ªa quien parara en casa. A veces la tomaba conmigo y me persegu¨ªa hasta el cuarto de ba?o dici¨¦ndome que todo lo hac¨ªa mal por falta de cabeza. Pero c¨®mo iba a tener yo una cabeza si ella ten¨ªa dos. Guardo muy malos recuerdos de aquella ¨¦poca. Por eso olvido todo lo que escribo, porque no quiero tener dos cabezas como mi madre. A veces, cuando en una cena alguien saca un art¨ªculo de la cartera y me lo ense?a, me parece que me est¨¢ ense?ando la otra cabeza. Entonces bebo para olvidar con el alcohol lo que no consigo olvidar con la escritura.
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