Una exposici¨®n recuerda a Josep Irla como presidente de la Generalitat en el exilio
La exhibici¨®n se muestra en el Museo de Historia
Josep Irla: president de la Generalitat a l'exili (1940-1954) es una exposici¨®n modesta, cuya comisaria es la historiadora Merc¨¨ Morales. No es, quiz¨¢, 'la exposici¨®n que Irla se hubiera merecido', como dijo el director del Museo de Historia, Jaume Sobrequ¨¦s, durante la inauguraci¨®n.
La exhibici¨®n pretende destacar, mediante documentaci¨®n original, plafones explicativos y v¨ªdeos, el papel de puente que Irla ejerci¨® entre Companys y Tarradellas, as¨ª como su voluntad de dar continuidad a las instituciones catalanas y aunar fuerzas entre las diversas facciones pol¨ªticas del exilio. La inauguraci¨®n cont¨® con la presencia del conseller en cap, Artur Mas, y del nieto adoptivo de Irla, Jordi Ginesta, alcalde por el partido conservador RPR de la localidad francesa de Saint Rapha?l. Ah¨ª vivi¨® Irla durante sus ¨²ltimos a?os y ah¨ª muri¨®. El acto sirvi¨®, asimismo, de preludio de un homenaje institucional que se celebr¨® por la tarde en el Palau de la Generalitat presidido por el actual presidente, Jordi Pujol, durante el cual se descubri¨® un busto de Irla firmado por Josep Maria Subirachs.
Hijo de un obrero de una f¨¢brica de corcho y hombre con escasa ambici¨®n pol¨ªtica, Josep Irla (1876-1958) se convirti¨® en presidente de la Generalitat por el peso de las circunstancias y a tenor de su cargo de presidente del Parlament. Calificado por sus contempor¨¢neos como persona honesta, sencilla y trabajadora, 'su trayectoria represent¨® una aparente paradoja', seg¨²n afirm¨® su bi¨®grafo, Josep Maria Roig, durante el homenaje. 'Ocup¨® los cargos m¨¢s altos sin tener un especial deseo de poder ni una autoridad imperiosa', continu¨®.
Irla se form¨® pol¨ªticamente en el Ayuntamiento de su pueblo, Sant Feliu de Gu¨ªxols, durante los primeros a?os del siglo XX. A partir de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica, en 1931, ocup¨® diversos cargos dentro de la Generalitat, primero con Francesc Maci¨¤ y m¨¢s tarde con Companys, y siempre manifest¨® un gran inter¨¦s por cuestiones sociales. Siendo diputado por Esquerra Republicana de Catalunya, fue elegido presidente del Parlament el 1 de octubre de 1938. Su antecesor, Joan Casanovas, se encontraba en Par¨ªs y hab¨ªa dimitido. El propio Irla dej¨® escrito que sab¨ªa a qu¨¦ se aten¨ªa con la aceptaci¨®n del cargo: 'Otra vez se estableci¨® una lucha dentro de m¨ª, era el Gobierno [catal¨¢n] el que insist¨ªa en que aceptara, y sus argumentos me obligaban a un nuevo sacrificio, en un momento en que la guerra no ofrec¨ªa ninguna esperanza de ¨¦xito'. En efecto, cuatro meses despu¨¦s, Irla -que ten¨ªa ya 62 a?os- y su familia marchaban hacia el exilio despu¨¦s de la entrada de las tropas nacionales en Barcelona.
Aunque la sede de la Generalitat se encontraba en Par¨ªs, Irla vivi¨® la mayor parte de su vida en el exilio en Cogolin, donde se ganaba la vida como propietario de una f¨¢brica de tapones de corcho. Mientras dur¨® la ocupaci¨®n alemana de Francia, sin embargo, su actividad fue m¨ªnima y, sobre todo, clandestina y precaria, como record¨® en un emotivo discurso V¨ªctor Torres, secretario general de la presidencia entre 1948 y 1954.
Una vez liberada Francia, Irla form¨® el Consejo Asesor de la Presidencia, primero, y propici¨® la constituci¨®n del primer Gobierno de la Generalitat en el exilio, en 1945. Pero ante la constataci¨®n de que la victoria aliada no trajo consigo la ca¨ªda de Franco, y tras una fuerte crisis interna, el Gobierno se disolvi¨® en 1948. Desde entonces y hasta su dimisi¨®n, en 1954, Irla -que apunt¨® a Tarradellas como su sucesor design¨¢ndole conseller primer- represent¨® la continuidad de las instituciones catalanas en el exilio.
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