Sanci¨®n m¨ªnima para el capit¨¢n que hundi¨® un pesquero japon¨¦s

No habr¨¢ consejo de guerra para el capit¨¢n ni para los marineros que se encontraban a los mandos del submarino Greeneville cuando una maniobra mal realizada destroz¨® el pesquero japon¨¦s Ehime y provoc¨® nueve v¨ªctimas mortales. Por no haber, ni siquiera habr¨¢ sanciones econ¨®micas: el capit¨¢n ser¨¢ invitado a abandonar su carrera en la Marina, pero su pensi¨®n y su rango quedar¨¢n intactos.

El m¨¢ximo responsable de la Marina de EE UU en el Pac¨ªfico, el almirante Thomas Fargo, acepta de esta manera la recomendaci¨®n de la comisi¨®n militar que realiz¨® una primera investigaci¨®n del suceso. Habr¨¢ una vista oral ante mandos de la Marina, en la que se pedir¨¢ al capit¨¢n del submarino, Scout Waddle, una carta de renuncia a su carrera militar, en la que lleva casi 20 a?os. Waddle saldr¨¢ sin merma en sus honores y manteniendo su rango y su pensi¨®n.

El accidente tuvo lugar el 9 de febrero. El submarino realiz¨® una maniobra r¨¢pida para salir a la superficie sin asegurarse de que no hab¨ªa embarcaciones en la proximidad. La tripulaci¨®n no tom¨® las precauciones necesarias de seguridad en la comprobaci¨®n por los radares y el periscopio; al salir al exterior, el submarino se llev¨® por delante un peque?o pesquero japon¨¦s que pertenec¨ªa a una academia de marinos. Nueve de los ocupantes desaparecieron tras la colisi¨®n.

Poco despu¨¦s se supo que el submarino hab¨ªa salido de maniobras s¨®lo para hacer una demostraci¨®n a 16 civiles que viajaban a bordo en una traves¨ªa que mezclaba el turismo militar con las relaciones p¨²blicas. Para mayor irritaci¨®n del Gobierno de Jap¨®n, tres de estos civiles se encontraban en posiciones de control del submarino en el momento del accidente.