El Ayuntamiento de San Cugat dice que pactar¨¢ el futuro del barrio
'As¨ª nace un solar: primero cortan todos los ¨¢rboles y lo despojan del valor ecol¨®gico para darle luego valor de suelo', explica Ram¨®n Borda, delante de un terreno situado en la calle de Emeterio Escudero donde se aprecia claramente la reciente desaparici¨®n de cualquier rastro de vegetaci¨®n. Es uno de tantos lugares donde temen que dentro de pocos meses 'aterrice un nuevo urbanita y levante uno de esos chalets con c¨¦sped y piscina tan de moda'. Ante la denuncia de algunos vecinos que alertan sobre la tala indiscriminada de ¨¢rboles, algunos incluso centenarios, Carb¨® responde: 'Hay casos de indisciplina urban¨ªstica que han motivado la apertura de algunos expedientes sancionadores'. Se?ala que para conceder una licencia de obras en La Floresta se deben cumplir ciertas condiciones acordes con su topograf¨ªa y referentes a los ¨¢rboles que se deben respetar y los que habr¨¢ que replantar en algunos casos. A la vista de los datos facilitados por el Ayuntamiento sobre las licencias de obras concedidas en los ¨²ltimos a?os, se constata un aumento en el n¨²mero de edificaciones -18 permisos de obras en 1996, 22 en 1997, 41 en 1999 y 34 en 2000- que a simple vista parece moderado, pero que desde la perspectiva de las 1.190 familias que pueblan el barrio anuncia, junto con los planes urban¨ªsticos que se est¨¢n tramitando, los cambios que se avecinan.
Plan director
Desde la ladera de Collserola se divisa claramente Sant Cugat, con su casco urbano abrazando el monasterio. Sus urbanizaciones con hileras de adosados le dan un aire menos buc¨®lico y m¨¢s actual que no quieren ver ni en pintura los pobladores de La Floresta. En el Ayuntamiento se lleva esta cuesti¨®n con prudencia: 'Es preciso reflexionar sobre si las viviendas plurifamiliares que se levantar¨¢n ser¨¢n adosadas o no'. Carb¨® aboga por que se creen franjas de transici¨®n entre los n¨²cleos residenciales y el parque forestal. En este sentido indica que las rieras no funcionan bien .
El gobierno local es partidario de promover un plan director para fijar la urbanizaci¨®n m¨¢s adecuada. Frente a un sector de ciudadanos que culpan al Ayuntamiento de forzar una din¨¢mica de expansi¨®n movido por su af¨¢n recaudatorio, la municipalidad responde reafirmando su disposici¨®n a consensuar con el movimiento asociativo el futuro de este enclave por el que todav¨ªa transitan jabal¨ªes y ardillas en libertad. En La Floresta se disfruta a¨²n de una calidad de vida m¨¢s propia del medio rural que de un lugar tan pr¨®ximo a la metr¨®poli.
En el aire flotan dos l¨®gicas enfrentadas: por una parte, el ruido de las excavadoras y de las gr¨²as, y por otra, el concierto de trinos que ofrece una rica muestra de p¨¢jaros aut¨®ctonos en una soleada ma?ana de primavera. El eco repite la ¨²ltima frase de uno de los interlocutores de El Mussol: 'Mientras las ardillas puedan pasar por aqu¨ª, iremos bien'.
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