23 a?os para hacer mil kil¨®metros en el Marat¨®n
25 atletas que correr¨¢n la prueba el pr¨®ximo domingo han participado en todas sus ediciones desde 1978
Tardar 23 a?os en hacer mil kil¨®metros es algo rid¨ªculo en este inicio de milenio. Sin embargo, hay 25 hombres que est¨¢n a punto de hacerlo el pr¨®ximo domingo y es toda una gesta, una gran haza?a. Son los atletas incombustibles del Marat¨®n de Madrid. Los que se pusieron unas zapatillas el 21 de mayo de 1978 en la primera edici¨®n para correr los 42,195 kil¨®metros de la prueba y han multiplicado por 23 esta distancia. El ¨²ltimo domingo de abril cumplir¨¢n su 24? carrera. Y cuando crucen la puerta de la Casa de Campo desde el paseo del Marqu¨¦s de Monistrol y tomen la recta del paseo de los Pi?oneros, antes de llegar al lago se les empezar¨¢ a llamar los atletas milenarios del Marat¨®n de Madrid: los primeros en hacer los mil kil¨®metros, una cifra m¨¢gica para la prueba m¨¢s emblem¨¢tica del atleta popular.
Algunos han pasado de la adolescencia a la madurez, otros de la madurez a la vejez, y la gran mayor¨ªa, de andar con novietas a ser padres de familia. Pero todos siguen enganchados al Marat¨®n de Madrid. Recuerdan el primer kil¨®metro con especial cari?o, aunque reconocen que se apuntaron un tanto a ciegas y sin saber a lo que se enfrentaban.
Jos¨¦ Luis Garc¨ªa ten¨ªa 21 a?os y dice que llevaba 'unos calcetines bastotes, de ¨¦sos de la mili', y unas zapatillas prestadas de su hermano, que calza un n¨²mero menos. 'A los que me atendieron en la llegada s¨®lo les falt¨® preguntar si me amputaban o no los pies', recuerda.
F¨¦lix Cuesta, comercial de Citro?n en la actualidad, ten¨ªa 26 a?os y se apunt¨® con su hermano Miguel cuando oyeron hablar de la prueba: 'Me inscrib¨ª con miedo y me llegu¨¦ a comprar lo que yo cre¨ªan que eran unas buenas zapatillas deportivas. Me sent¨ªa de los mejor equipados, pero las dichosas zapatillas eran de voleibol o algo as¨ª y me deje dos u?as en el camino'.
Jos¨¦ Alcal¨¢-Zamora, catedr¨¢tico de Historia Moderna, ya ten¨ªa 38 a?os, pero no sab¨ªa nada del marat¨®n cuando se inscribi¨® en 1978, aunque s¨ª practicaba deporte habitualmente: 'Aquel d¨ªa fue muy duro, apenas hab¨ªa corredores que conoc¨ªan la prueba, muchos acabaron con los pies ensangrentados y 4.000 abandonaron'.
Antonio Gallardo es ahora, con 45 a?os, un experto entrenador de atletismo y triatl¨®n, pero con 24 a?os era un buen monta?ero que se dio de bruces con el marat¨®n: 'Acabe en cuatro horas y 35 minutos y llegu¨¦ arrastr¨¢ndome; menos mal que llovi¨® y me despert¨® algo'. Y cuenta el calvario posterior: 'Tard¨¦ mucho en recuperarme y ten¨ªa que subir la escaleras marcha atr¨¢s por el dolor de cu¨¢driceps'. Despu¨¦s comenz¨® a entrenarse, y en 1981 lleg¨® a hacerse la prueba en dos horas y 33 minutos.
Francisco Jos¨¦ Pareja, interventor militar, no sufri¨® tanto. Ten¨ªa 18 a?os y estaba bien preparado; pero s¨ª ofrece alg¨²n dato de lo mal informados que llegaban algunos. Recuerda que 'hubo gente que lleg¨® a correr con botas camperas'. Pareja sostiene que desde el primer d¨ªa se concibi¨® el marat¨®n como una fiesta, donde se empezaban a crear nuevas im¨¢genes costumbristas, 'como la que se daba en la Mallorquina de la Puerta del Sol cuando se paraba la gente a comerse las famosas napolitanas'.
Todos los atletas coinciden en que el punto m¨¢s emotivo de la prueba es, precisamente, el paso por la Puerta del Sol. Es el kil¨®metro 17,5. Los corredores llegan enteros y aprecian el apoyo de la gente. Alcal¨¢-Zamora dice que es 'espectacular'. Cuesta apunta que 'se ponen los pelos de punta', mientras Pareja s¨®lo encuentra similitudes con algunos puntos del Marat¨®n de Nueva York: 'Es impresionante el calor que te da la gente, te empuja hacia adelante; y m¨¢s a los que llevamos las camisetas verdes que identifican a quienes hemos corrido todas. Nos gritan: '?Vamos, a por otra, veterano!' Pero tambi¨¦n se?alan que era muy emocionante el paso por la calle del Pr¨ªncipe de Vergara, punto en el que sonaba el Aleluya de Haendel camino de la recta final en el Parque del Retiro. Alcal¨¢-Zamora lo echa de menos desde el cambio de recorrido de 1998, ya que 'en Atocha, que es donde lo ponen ahora, se oye mal'.
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