La suave avalancha migratoria
La escasa afluencia de inmigrantes est¨¢ facilitando la integraci¨®n de los 18.822 extranjeros que residen en el Pa¨ªs Vasco
El Pa¨ªs Vasco no es Eldorado que la poblaci¨®n extranjera anhela. Figura remotamente en los circuitos que manejan los inmigrantes. Es un destino excepcional, no tanto por el temor al rechazo social como por las escasas oportunidades laborales que encuentra un inmigrante en el tejido productivo vasco. El flujo migratorio en el Pa¨ªs Vasco es creciente (a raz¨®n de un 3% anual), pero muy inferior al de otras comunidades espa?olas, lo que est¨¢ permitiendo una mejor atenci¨®n, acogida e integraci¨®n de estas personas.
En Ondarroa (un peque?o municipio costero de Vizcaya) han abierto un locutorio telef¨®nico para hacer llamadas al extranjero; la flota de bajura guipuzcoana que faenar¨¢ el at¨²n y la anchoa se ha reforzado con medio centenar de pescadores peruanos, rumanos y senegaleses; algunos caser¨ªos cuentan ya con mano de obra extranjera, y empresas del transporte buscan entre los inmigrantes a camioneros para realizar rutas internacionales.
La presencia de extranjeros en la sociedad vasca va en aumento, como se aprecia tambi¨¦n en los centros educativos no universitarios, donde este curso hay matriculados 2.996 extranjeros (el 1,6% del total). Al ritmo actual de entrada de inmigrantes, los sindicatos calculan que en 2005 el 40% de los trabajadores de la construcci¨®n ser¨¢n extranjeros.
18.822 de estos ciudadanos ya han fijado su residencia en Euskadi y otros 4.000, calcula la polic¨ªa, viven sin regularizar su situaci¨®n. 'Los vascos no tenemos motivos para ser m¨¢s o menos racistas que otro pueblo, porque todav¨ªa no hemos podido demostrarlo', asegura Javier Galparsoro, abogado y presidente de la CEAR (Comisi¨®n Espa?ola de Ayuda al Refugiado) del Pa¨ªs Vasco. 'El problema', sostiene, 'es m¨¢s de clasismo que de racismo, por el rechazo inveterado a lo marginal m¨¢s que a lo extranjero'.
La llegada de inmigrantes se produce por goteo y desde or¨ªgenes muy diversos, aunque el ¨¦xodo es m¨¢s acentuado desde pa¨ªses del Magreb y Latinoam¨¦rica. Tambi¨¦n es apreciable el aumento de las mujeres, aunque el perfil del inmigrante responde a un var¨®n de entre 25 y 35 a?os, soltero y solo, aunque hay quienes vienen con sus familias.
La conflictividad racial en el Pa¨ªs Vasco es reducida, salvo en casos aislados y en el barrio bilba¨ªno de San Francisco, donde el orden p¨²blico est¨¢ a menudo en peligro y han tenido que intervenir jueces, polic¨ªas, vecinos, instituciones y ONG. Algunos bares de la parte vieja donostiarra, seg¨²n ha constatado SOS Racismo, est¨¢n prohibiendo la entrada a los magreb¨ªes. El Ararteko (Defensor del Pueblo vasco) tambi¨¦n ha denunciado la existencia de menores extranjeros, en su mayor¨ªa procedentes del Magreb, que malviven por las calles de Euskadi 'sin ning¨²n tipo de protecci¨®n familiar e institucional'.
La Brigada de Extranjer¨ªa del Cuerpo Nacional de Polic¨ªa detuvo en 1999 a unos 1.700 extranjeros en situaci¨®n irregular, de los que el 10% fueron expulsados. De los 4.320 permisos de trabajo y residencia tramitados a ciudadanos extracomunitarios, m¨¢s del 70% lo solicitaron por primera vez.
La actuaci¨®n de la Administraci¨®n vasca en este terreno -la extranjer¨ªa es competencia del Estado- comienza a despuntar ahora tras 'estar muchos a?os reclamando la transferencia sin dar ning¨²n paso a favor de la integraci¨®n de estas personas', afirma Agust¨ªn Unzurrunzaga, responsable de SOS Racismo en Guip¨²zcoa. Eudel (Asociaci¨®n de Municipios Vascos) est¨¢ promoviendo entre los ayuntamientos el empadronamiento de extranjeros residentes en Euskadi. La Sanidad vasca (Osakidetza) reconoce la tarjeta sanitaria a todos los inmigrantes, incluidos los sin papeles. El Gobierno aut¨®nomo est¨¢ costeando los honorarios de los abogados que ejercen la justicia gratuita. El Parlamento de Vitoria, que ha constituido un foro para la inmigraci¨®n, fue la primera C¨¢mara aut¨®noma que aprob¨® la interposici¨®n de un recurso de inconstitucionalidad contra la Ley de Extranjer¨ªa.
Esta misma semana, el Ayuntamiento de Ortuella (Vizcaya) ha aprobado una declaraci¨®n p¨²blica a favor de que los vecinos de esta localidad acojan a extranjeros en situaci¨®n irregular. Su alcalde, el socialista Jos¨¦ Antonio Pastor, justifica esta decisi¨®n en la 'necesidad de crear h¨¢bitos de solidaridad hacia los inmigrantes entre la ciudadan¨ªa'.
El fen¨®meno de la inmigraci¨®n registra en el Pa¨ªs Vasco magnitudes muy peque?as que 'hacen m¨¢s f¨¢cil la defensa de la causa de la extranjer¨ªa', afirma Galparsoro. 'A m¨ª me gustar¨ªa saber qu¨¦ pasar¨ªa si todos los d¨ªas llegasen pateras con 200 pasajeros o un barco con 600 kurdos', se pregunta.

Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.