La resignaci¨®n
El s¨¢bado se celebr¨® en Cuevas del Almanzora, Almer¨ªa, una manifestaci¨®n convocada por los regantes para pedir un trasvase urgente de agua a esta comarca, que padece desde hace dos a?os la mayor sequ¨ªa del pa¨ªs. El acto ha venido precedido del revuelo que produjo a mitad de semana la decisi¨®n de los vecinos de Oria, otro pueblo de la zona, de acudir a la protesta con su patr¨®n, San Gregorio, al que atribuyen poderes para convocar la lluvia. Como muchos almerienses, preguntados al d¨ªa siguiente por la prensa local, dijeron que consideraban rid¨ªcula esa manifestaci¨®n del folclore popular en un asunto tan serio, el alcalde pidi¨® a sus paisanos que se echaran atr¨¢s. A la hora de escribir estas l¨ªneas desconozco si los vecinos de Oria se han presentado en Cuevas con su patr¨®n. La decisi¨®n final es lo de menos; lo m¨¢s importante son las implicaciones de su primera intenci¨®n, lo que nos dice de ellos y quiz¨¢s tambi¨¦n de nosotros ese impulso de recurrir a lo religioso para solucionar un problema de fontaner¨ªa.
Este regreso al pensamiento salvaje nos da idea en primer lugar del grado de desesperaci¨®n que sienten los almerienses ante su end¨¦mica escasez de agua. Mis amigos me dicen que hasta hace bien poco, cuando se abr¨ªa el grifo durante el d¨ªa, lo normal era que no saliera agua. Algunos de ellos todav¨ªa recuerdan a sus madres avisando a voces por la noche de la venida del agua, y a sus familias aprovechando las horas de alegre suministro para asearse y hacer acopio de reservas.
En segundo lugar, la irrupci¨®n de San Gregorio en uno de los asuntos administrativos m¨¢s importantes de esta legislatura expresa el insultante desprecio que sienten los ciudadanos por la pol¨ªtica y por quienes la ejercen. ?stos, sin embargo, no parecen darse por aludidos. Es lamentable leer lo que dijeron cuando la prensa local les pregunt¨® su opini¨®n sobre la salida del santo. Al presidente del PP, al secretario provincial del PSOE y al coordinador de Izquierda Unida las supersticiones populares les merecen el m¨¢ximo respeto, y ninguno de ellos se escandaliz¨® de que la magia haya ocupado el lugar de la pol¨ªtica. No s¨¦, ?a ustedes no les dar¨ªa como cosa, si por ventura fueran presidentes del PP en Almer¨ªa, que la reacci¨®n de sus paisanos ante un plan hidrol¨®gico reci¨¦n dise?ado por su partido fuera sacar un santo a la calle para conseguir lo que se supone que debe conseguir la ley?
La izquierda tampoco tiene motivos para sentirse orgullosa; lo de Oria demuestra su fracaso. Las llamadas fuerzas progresistas son en cierto modo responsables de que la mayor parte de la gente considere inevitable cualquier medida impuesta, de que la movilizaci¨®n civil s¨®lo produzca escepticismo, y de que la resignaci¨®n m¨¢s enfermiza se haya apoderado de nosotros como una gangrena.
Yo, que vengo de una regi¨®n donde el agua fluye generosa cuando se abre el grifo, monto en c¨®lera cuando la compa?¨ªa de aguas nos corta el suministro. Entonces, para desahogarme, bajo a la tienda de la esquina, y juro en arameo ante los ojos at¨®nitos de la vieja tendera. Pero ella siempre me responde muy tranquila:
-Hijo, ?y la alegr¨ªa que nos da cuando despu¨¦s de los cortes nos viene el agua?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.