El laberinto de Freire
El corredor decidir¨¢ esta semana si se opera para intentar acabar con los dolores que le mantienen en paro
R¨ªase usted de la furgoneta que lleva todos los a?os los presupuestos del Estado, tomos y tomos, quintales de peso, al Congreso. No tanto, pero el caj¨®n, m¨¢s bien el ba¨²l, con los sobres y sobres de informes, radiograf¨ªas, ecograf¨ªas, tomograf¨ªas, resonancias magn¨¦ticas en alta definici¨®n, gammagraf¨ªas ¨®seas, pruebas y pruebas que componen el historial m¨¦dico de ?scar Freire tambi¨¦n pesa lo suyo. Y, como los presupuestos, por ahora nadie lo entiende.
Si esto sigue as¨ª, pronto alg¨²n cient¨ªfico definir¨¢ el s¨ªndrome Freire, un conjunto de s¨ªntomas que afectan a la zona lumbar, a la gl¨²tea y al muslo de una persona y que se asemejan a una ci¨¢tica mec¨¢nica, pero que no remiten y pasan por periodos ¨¢gudos. Todo le lleg¨® a Freire, de 25 a?os (Torrelavega, Cantabria), el hombre que gan¨® un Campeonato del Mundo de fondo en carretera y llen¨® un hueco hist¨®rico en el ciclismo espa?ol, como una revelaci¨®n en forma de crujido. Le ocurri¨® hace dos a?os, en el gimnasio, mientras hac¨ªa unos ejercicios de extensiones lumbares.
Aunque despu¨¦s de aquello le llegaron los grandes meses de su carrera, al corredor del Mapei nunca le dej¨® de doler la espalda, la pierna y la zona gl¨²tea. Y, al final de la temporada pasada, la intermitente (una semana corriendo, y ganando, una semana descansando), el mal era tan insoportable que Freire dijo a su equipo: 'No vuelvo a correr hasta que se descubra lo que me pasa y me cure definitivamente'.
Con el ba¨²l de su historial m¨¦dico, ya m¨¢s grande que su palmar¨¦s deportivo, siempre viaja Freire, un ciclista que no pedalea desde hace seis meses y medio. En vez de ello, desde aquel octubre, deambula y eval¨²a el nivel m¨¦dico traumatol¨®gico de diferentes pa¨ªses. Comenz¨® su periplo por Espa?a el oto?o pasado; impaciente, en invierno se fue a Alemania, a casa del m¨¦dico-milagro, el que cur¨® al golfista Jos¨¦ Mar¨ªa Olaz¨¢bal; m¨¢s impaciente a¨²n, y viendo que lo suyo no mejoraba, se fue a Italia, al centro-residencia del Mapei, y ahora anda por Sevilla, en manos de una oste¨®pata danesa y de un m¨¦dico leon¨¦s que ha depositado su historial en un hospital de Asturias por el que prestigiosos especialistas de toda Espa?a se han pasado para celebrar sesiones cl¨ªnicas de alto nivel. Hablan, discuten y le descubren al crack c¨¢ntabro zonas de su cuerpo que ni siquiera sab¨ªa que existieran. Y el optimismo nato del corredor se ha transformado en un escepticismo impaciente, cercano al ate¨ªsmo. 'Yo lo ¨²nico que quiero es que digan lo que tengo y me lo curen', repite. Todo, como siempre, salvo que hay una peque?a novedad: alguien le ha respondido.
'Ha sido una tarea puramente detectivesca, apasionante', dice Manuel Rodr¨ªguez, el m¨¦dico leon¨¦s del Mapei que le llev¨® a Sevilla para que la oste¨®pata danesa Vivy Lanzky le trabajara los m¨²sculos afectados y los dejara como folios en blanco. '?scar, despu¨¦s, sal¨ªa a entrenarse y sobre esos m¨²sculos es como si escribiera lo que el ejercicio le produc¨ªa. Y, a partir de ah¨ª, hemos le¨ªdo la historia'.
'Vimos una bursitis [inflamaci¨®n de la almohadilla situada entre la cresta iliaca y el tend¨®n del soas, justo en la zona sobre la que nos sentamos, que debe proteger al tend¨®n de inflamaci¨®n por roce] en una zona en la que tambi¨¦n se entrecruzan el nervio ci¨¢tico y la arteria iliaca. A partir de ah¨ª, el dolor baja hacia la pierna', explica Rodr¨ªguez. 'Pero siguiendo el hilo de la bursitis vimos que se hab¨ªa producido por una postura viciosa sobre la bicicleta provocada por un mal giro p¨¦lvico, problema mec¨¢nico a su vez derivado de una fibrosis en el m¨²sculo cuadrado lumbar, un peque?o m¨²sculo de la cadera que sirve para estabilizar la postura sentada y transmitir fuerza a la pierna. Y, si eliminamos la fibrosis, que es una zona enferma, recuerdo de una cicatriz que no degener¨® y acorta el m¨²sculo y puede tocar alguna rama nerviosa, y puede que provoque la mala posici¨®n, seguramente eliminaremos la causa primera. O puede que no. Pero yo recomiendo una intervenci¨®n quir¨²rgica'.
Esta semana, Freire decidir¨¢ con los jefes del Mapei si finalmente se opera.
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