Aquel 13 de mayo de 2001...
'Entre el temor y la responsabilidad, son legi¨®n los que se preguntan por qu¨¦ no pueden acercarse a las urnas con menos dramatismo'
?C¨®mo describir¨¢n los historiadores la situaci¨®n del Pa¨ªs Vasco en este comienzo del siglo XXI? ?Dir¨¢n algo los libros sobre las elecciones del 13 de mayo de 2001?
Tal vez cuenten que en ese a?o los partidos llamados constitucionalistas ganaron en las urnas al nacionalismo vasco hasta entonces gobernante, abriendo un periodo de alternancia que oblig¨® a este ¨²ltimo a repensar la naci¨®n vasca en una clave plural y de identidades compartidas. Que en los a?os siguientes se intensific¨® el terrorismo de ETA, causando mucho sufrimiento hasta que, finalmente, y tras perder buena parte de sus apoyos pol¨ªticos y sociales, se convirti¨® en un residuo que acab¨® por disolverse una d¨¦cada despu¨¦s. Y que la tensi¨®n social inicialmente creada por la existencia de un Gobierno frentista logr¨® atenuarse cuando, tras la aprobaci¨®n de su nueva ponencia pol¨ªtica, el nacionalismo democr¨¢tico lleg¨® a un pacto de Gobierno con los socialistas.
Esos mismos libros podr¨ªan, sin embargo, relatar que el Gobierno as¨ª surgido empe?¨® su esfuerzo en difuminar los rasgos diferenciales de la sociedad, la cultura y el autogobierno vascos, jaleado desde Madrid por unos renacidos sectores centralistas que, al amparo de una mayor¨ªa absoluta, reclamaban la necesidad de homogeneizar la naci¨®n espa?ola y de enmendar los errores cometidos durante la transici¨®n, cuando se reconocieron las nacionalidades hist¨®ricas y los hechos diferenciales. Una situaci¨®n que radicaliz¨® a amplios sectores del nacionalismo y favoreci¨® el recrudecimiento de la violencia, que se nutri¨® de nuevos apoyos sociales, abriendo uno de los periodos m¨¢s cruentos y dram¨¢ticos de la historia del Pa¨ªs Vasco.
Quiz¨¢ los textos nos cuenten, por el contrario, que aquel 13 de mayo el nacionalismo vasco opuesto a la violencia reforz¨® su posici¨®n electoral y, con el apoyo de una agrupaci¨®n llamada Izquierda Unida, logr¨® formar Gobierno sin necesidad de contar con los partidos constitucionalistas, ni con los aliados de ETA. Un Ejecutivo que gestion¨® eficazmente sus apoyos sociales para lograr del Gobierno central no s¨®lo las transferencias pendientes, sino el acuerdo para celebrar, diez a?os m¨¢s tarde y a partir del marco legal vigente, una consulta sobre el futuro del Pa¨ªs Vasco. Fue una ¨¦poca de cierta estabilidad institucional, aunque no exenta de tensi¨®n social y de episodios de violencia, si bien la incorporaci¨®n de los socialistas al Gobierno, una vez concluido el llamado giro vasquista, sirvi¨® para reequilibrar la situaci¨®n y eliminar los rasgos m¨¢s nacionalistas del proyecto de Gobierno, mientras los violentos se dilu¨ªan poco a poco en su propia irracionalidad.
Pero los textos de historia podr¨ªan tambi¨¦n decirnos que ese Gobierno sucumbi¨® a la tentaci¨®n excluyente, buscando la homogeneidad cultural e identitaria de la sociedad vasca, con la esperanza de que los ciudadanos no nacionalistas se avinieran poco a poco a aceptar su hegemon¨ªa, como hab¨ªa ocurrido en ¨¦pocas anteriores. Y que la resistencia de amplios sectores de la poblaci¨®n, y la gravedad de la fractura social generada, provoc¨® la salida del Gobierno de Izquierda Unida, cuyos apoyos fueron sustituidos por los de EH, inici¨¢ndose as¨ª un largo periodo de confrontaci¨®n y violencia que arruin¨® econ¨®mica, social y culturalmente al pa¨ªs.
Puede ser, finalmente, que la historia no recuerde especialmente esa fecha y que, en las escuelas del Pa¨ªs Vasco, el 13 de mayo s¨®lo sea una referencia a la Virgen de F¨¢tima en los libros de religi¨®n. Sin embargo, los acontecimientos vividos en el ¨²ltimo tiempo, los motivos que han obligado a convocar las elecciones y la manera dram¨¢tica con que algunos las han planteado hacen que buena parte de la ciudadan¨ªa acuda a las urnas con una carga de responsabilidad hist¨®rica nunca antes sentida.
Se ha dicho que si ganan 'los unos ser¨¢ la guerra civil', que si ganan 'los otros' se destruir¨¢ todo lo construido en los ¨²ltimos a?os, que si... Importantes sectores de la sociedad vasca sienten que estas elecciones tienen algo de fatalidad. Los hipot¨¦ticos escenarios que podr¨ªan describir los libros de historia se interiorizan ya desde ahora con temor. Porque, inevitablemente, las opciones pol¨ªticas que concurren son las que son. Y los mismos que pueden abrir las puertas de la esperanza son los que pueden generar la mayor de las frustraciones.
Y entre el temor y la responsabilidad, son legi¨®n los que se preguntan por qu¨¦ no pueden acercarse a las urnas con menos dramatismo, en la confianza de que es posible tambi¨¦n la opci¨®n que mayor sosiego puede traer a esta sociedad atormentada: un nuevo acuerdo de Gobierno, m¨¢s s¨®lido y equilibrado, entre nacionalistas y socialistas. Por qu¨¦ el proyecto que m¨¢s apoyo recibe en todas las encuestas no concurre a las elecciones. Por qu¨¦ las personas, los talantes, y las ideas que nos han llevado al borde del abismo no se han quitado ya de en medio, abriendo las puertas a un escenario por muchos deseado, desde el que poder afrontar mejor un futuro en todo caso complejo.
Koldo Unceta es escritor.
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