El letrado que traspas¨® la l¨ªnea
Alto, elegante, abogado de millonarios, discreto urdidor de intrigas empresariales y pol¨ªticas en las altas esferas... Pablo Vioque pas¨® con sus clientes (Oubi?a, Sito Mi?anco, los Charlines) la l¨ªnea que separa el contrabando de tabaco del tr¨¢fico de drogas y la que separa los tribunales y de la c¨¢rcel. Durante 13 a?os fue secretario de la C¨¢mara de Comercio de Vilagarc¨ªa. Cuando en 1983 los contrabandistas de Arousa cayeron en la primera gran redada policial, Vioque, entonces militante de AP, al igual que muchos de sus clientes, puso el grito en el cielo y lo interpret¨® como un castigo del PSOE a Galicia por votar a la derecha.
Pero a este antiguo jugador de baloncesto nacido en C¨¢ceres hace 49 a?os, la vida empez¨® a retirarle la sonrisa en 1991, cuando un enjambre de fardos brot¨® del mar en una playa de Cedeira (A Coru?a): dos toneladas de coca¨ªna. Meses despu¨¦s, dos amigos de Vioque, directivos de la C¨¢mara de Comercio, esperaban una cita en un parque de Benavente (Zamora) y unos sicarios colombianos asesinaron a tiros a uno.
El entonces juez Javier G¨®mez de Lia?o se hizo cargo del sumario pero su colega Baltasar Garz¨®n le pidi¨® que se inhibiera pues ¨¦l ya le investigaba por blanqueo de dinero. Lia?o se neg¨®. Durante cinco meses de 1997 el abogado de dos arrepentidos intent¨® que el juez les tomase declaraci¨®n para acusar a Vioque. Lia?o investigaba entonces los casos Lasa-Zabala y Sogecable (cuya instrucci¨®n 'abierta en falso' seg¨²n sentenci¨® el Supremo finalmente le llev¨® a perder la condici¨®n de juez, por prevaricar). Pero el letrado y sus clientes se presentaron en la Audiencia Nacional mientras Lia?o estaba de permiso y Garz¨®n encarcel¨® a Vioque con base en sus manifestaciones.
Fue el primer rifirafe entre quienes eran amigos hasta entones. Lia?o denunci¨® luego, sin ¨¦xito, a su colega ante el Consejo General de Poder Judicial y el propio Vioque aprovech¨® los argumentos del juez para querellarse contra los mismos en el Supremo, que ni siquiera admiti¨® a tr¨¢mite el asunto.
Unos meses despu¨¦s Lia?o puso en libertad a Vioque bajo fianza de cinco millones de pesetas, pese al pronunciamiento en contra del fiscal antidroga. Consider¨® que la declaraci¨®n del arrepentido no ten¨ªa suficiente consistencia y que no exist¨ªa riesgo de fuga. Pero el caso volvi¨® en 1998 al juzgado de Garz¨®n, quien elev¨® la fianza a Vioque hasta los 150 millones de pesetas. Ya no se le volvi¨® a ver por Vilagarc¨ªa.
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