'Los musulmanes de Al-?ndalus no eran espa?oles, su proyecto pol¨ªtico era ¨¢rabe'
Seraf¨ªn Fanjul ha hecho a?icos en Al-?ndalus contra Espa?a la idea de una sociedad musulmana refinada, pac¨ªfica y culta que fue doblegada por unos cristianos caracterizados por el salvajismo y la barbarie. Su libro, publicado en Madrid por Siglo XXI de Espa?a Editores, ha supuesto un mazazo para el escenario m¨ªtico -un para¨ªso perdido en el que el buen salvaje se despereza rodeado de placeres y tolerancia- en que, a su juicio, muchos han convertido Al-?ndalus.
Fanjul ten¨ªa un primer objetivo con su obra. 'Quiero clarificar desde el punto de vista sociocultural la situaci¨®n. Espa?a vive ahora un momento hist¨®rico grave. Se est¨¢n fomentando de manera irresponsable localismos basados muchas veces en invenciones pseudohist¨®ricas: en Catalu?a se inventan pasados m¨ªticos, las ideas de Sabino Arana en el Pa¨ªs Vasco, el celtismo en Galicia...', relata el experto, que ha publicado otros estudios, como Canciones populares ¨¢rabes y Literatura popular ¨¢rabe.
El islam entr¨® en Espa?a y sali¨® de Espa?a por la fuerza. Es la realidad de la historia'
'Al-?ndalus fue una yuxtaposici¨®n de comunidades m¨¢s parecida al apartheid que a una idea de tolerancia'
Esta promoci¨®n de los localismos m¨¢s variados ha llegado tamb¨ªen a la comunidad, en opini¨®n del catedr¨¢tico. 'En Andaluc¨ªa, que es un territorio sin lengua diferencial, sin burgues¨ªa nacionalista, se han agarrado al clavo ardiendo de la historia. Blas Infante promovi¨® un movimiento de tipo nacionalista irredentista muy semejante al de los vascos. Se agarr¨® al argumento hist¨®rico', dice Fanjul. 'Pero la realidad hist¨®rica de Andaluc¨ªa y la realidad desde hace tres, cuatro o cinco siglos no es ¨¦sa. Desde la expulsi¨®n de los moriscos, a principios del siglo XVII, hemos vivido sin m¨¢s minor¨ªas que los gitanos. Esto ha creado una sensaci¨®n de tranquilidad, de seguridad, de grupo homog¨¦neo. Yo no digo que esto sea bueno, pero es que es as¨ª', puntualiza.
Esta situaci¨®n ha propiciado, a juicio de Fanjul, que Espa?a no se haya visto envuelta en guerras como las que viven o han vivido recientemente otros pa¨ªses. 'Nos hemos evitado los conflictos que sufren pa¨ªses multi¨¦tnicos y multirreligiosos. Yo s¨¦ que esto es tocar una brasa. Los resultados sobre lo que ha sucedido en pa¨ªses con multiplicidad de etnias o religiones son lo que son: Yugoslavia, India, Pakist¨¢n, L¨ªbano, Israel, Irlanda del Norte, Indonesia, Filipinas... Es un rosario de desgracias provocadas por esas multiplicidades en teor¨ªa tan bonitas', se?ala.
'El mestizaje absoluto es la soluci¨®n para todos estos problemas, pero es que generalmente el mestizaje no se da en t¨¦rminos de equidad. Nunca hay un mestizaje respetuoso. Se habla de las tres culturas exquisitas y respetuosas de nuestra Edad Media; pero, en realidad, la Edad Media espa?ola fue una ¨¦poca muy dura, llena de barbaridades', asevera el catedr¨¢tico de Literatura ?rabe.
Fanjul echa por tierra cualquier visi¨®n edulcorada de Al-?ndalus. 'Hubo discriminaciones contra las minor¨ªas en Al-?ndalus: persecuci¨®n de jud¨ªos y cristianos por parte de los musulmanes, deportaciones masivas de cristianos y jud¨ªos hacia el norte de ?frica, grandes matanzas de jud¨ªos en Granada en el siglo XI... Los cristianos hicieron exactamente lo mismo con los musulmanes. Hubo vejaciones y discriminaciones dur¨ªsimas', recuerda. 'Al-?ndalus -y la Edad Media espa?ola en general- fue una yuxtaposici¨®n de comunidades mucho m¨¢s parecida al apartheid surafricano que a una idea de tolerancia y amor', recalca Fanjul. 'La inmens¨ªsima mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Andaluc¨ªa desciende de gente del norte que empez¨® a llegar desde el siglo XIII hasta hoy. Quiero evitar que se sustituyan unos mitos fundacionales por otros m¨¢s rechazables', agrega el autor de Al-?ndalus contra Espa?a.
La facilidad con que los ¨¢rabes conquistaron la Pen¨ªnsula en el a?o 711 no fue acompa?ada, seg¨²n Fanjul, de una asimilaci¨®n tan evidente. 'Los ¨¢rabes no esperaban esa facilidad de conquista. Hab¨ªa la debilidad de un sistema en el que una casta minoritaria de germanos dominaba a una poblaci¨®n mayoritaria de hispanorromanos que no deb¨ªan de sentirse muy dispuestos a luchar por ellos. La masa de la poblaci¨®n era de cuatro o cinco millones. Las minor¨ªas dominantes germ¨¢nicas empezaban a integrarse en el pa¨ªs tras 200 a?os. Cay¨® el aparato visig¨®tico; pero, ojo, qued¨® el componente ideol¨®gico', dice.
'La onom¨¢stica de los cristianos en los siglos X y XI sigui¨® siendo mayoritariamente cristiana, lo que indica un prestigio. Lo mismo que hoy en d¨ªa se pone a las ni?as Vanessa o Samantha de nombre porque hay un prestigio anglosaj¨®n. Estos cristianos se iban al norte siempre que pod¨ªan. Entre los siglos VIII y XI hubo fugas masivas de cristianos que se instalaron en el norte', agrega el catedr¨¢tico.
Fanjul cuestiona tambi¨¦n una de las ideas m¨¢s asentadas entre muchos estudiosos: que los musulmanes de ?l-?ndalus eran espa?oles. 'Dudo que desde hace cuatro siglos la gran civilizaci¨®n de Al-?ndalus tenga presencia en la vida de Espa?a. Al-?ndalus es una parte de la historia de Espa?a; pero otra cosa es que eso sea Espa?a y que los musulmanes fueran espa?oles. Hasta el siglo XV no se puede decir que hubiera espa?oles. Los musulmanes de Al-?ndalus en modo alguno eran espa?oles porque no ten¨ªan ni las caracter¨ªsticas culturales ni la intenci¨®n de pertenecer a un proyecto cultural y pol¨ªtico que no era el suyo. Su proyecto era ¨¢rabe', explica.
'Incluso los moriscos en el siglo XVI sent¨ªan un odio permanente hacia la sociedad que les rodeaba. No se sent¨ªan espa?oles. Ese odio se puede justificar por lo mal que los trataban. Pero lo cierto es que colaboraban con los piratas, se rebelaron en m¨¢s de una ocasi¨®n y eran una quinta columna permanente. Los moriscos no quer¨ªan ser espa?oles', recalca. Fanjul resume sus palabras de forma taxativa: 'El islam entr¨® en Espa?a y sali¨® de Espa?a por la fuerza. Es la realidad de la historia'.
La convivencia que muchos han elogiado de moros, jud¨ªos y cristianos no fue tal, seg¨²n Fanjul. 'Esa supuesta convivencia se da por sabida y por hecha. Y no fue as¨ª. Hubo realmente problemas de fondo. Las religiones son un factor de conflicto permanente entre los seres humanos. Los problemas raciales se acabar¨¢n cuando haya un mestizaje absoluto. El tema de las religiones es distinto. No es s¨®lo que unos rezan de una manera y otros de otra. El conflicto se produce cuando eso pasa al terreno social. En Indonesia ocurre, por ejemplo, cuando se obliga a las mujeres cristianas a ponerse el velo', arguye.
Fanjul tiene una dura opini¨®n para los escritores que idealizan el pasado musulm¨¢n de la Pen¨ªnsula. 'Quienes intentan esta resurrecci¨®n forzada de Al-?ndalus contribuyen a alimentar un irredentismo andaluz que va a beneficiar poco a Andaluc¨ªa y Espa?a. Hemos alcanzado niveles de libertad gracias al hecho de pertenecer a la cultura europea y a la latinidad. Los derechos humanos, la convivencia y el lugar de la mujer son cuestiones a las que no estoy dispuesto a renunciar', concluye.
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