China asegura que el escudo antimisiles de Bush aboca a una carrera de armamento
Europa acepta con resignaci¨®n y sin estusiasmo el proyecto del presidente de EE UU
El plan norteamericano fue recibido en las capitales europeas con escaso entusiasmo. En la mayor¨ªa de los casos, los Gobiernos europeos se limitaron a destacar ese compromiso de di¨¢logo adoptado por Washington, pero eludieron incluir manifestaciones de apoyo expreso al proyecto. "Sab¨ªamos que el proyecto se pondr¨ªa en marcha de todas las maneras, as¨ª que s¨®lo nos quedaba ser pragm¨¢ticos", se?al¨® una fuente oficial de la UE.
Francia, el pa¨ªs m¨¢s cr¨ªtico inicialmente con el plan estadounidense, se limit¨® ayer a destacar que Bush seguir¨¢ hablando con los aliados europeos sobre los pasos que prev¨¦ dar al respecto. De hecho, el presidente franc¨¦s, Jacques Chirac, fue consultado por su hom¨®logo estadounidense, al igual que el alem¨¢n Gerhard Schr?der o el brit¨¢nico Tony Blair, antes de anunciar p¨²blicamente su proyecto.
El ministro de Exteriores alem¨¢n, Joschka Fischer, de visita oficial en Washington, se congratul¨® de que el l¨ªder norteamericano haya confirmado que mantendr¨¢ "consultas" con los aliados, pero se?al¨® que el Tratado ABM de 1972 "hab¨ªa funcionado bien en el pasado", que s¨®lo deber¨ªa ser reemplazado por otros mecanismos "mejores o m¨¢s efectivos". "No queremos que haya una nueva carrera de armas", a?adi¨®.
Las preocupaciones de la UE al respecto se centran en el peligro de que el proyecto estadounidense suponga una reacci¨®n autom¨¢tica en Rusia, con el consiguiente aumento de la tensi¨®n en Europa. Por eso, desde Bruselas se insist¨ªa ayer en que Washington debe hablar con sus aliados, pero tambi¨¦n debe "implicar" en el proyecto, "de una u otra manera", a Mosc¨². De ah¨ª que tambi¨¦n haya sido valorado por la UE el gesto de Bush de informar previamente al presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, sobre los detalles de su anuncio.
En Bruselas tampoco se esconde otra preocupaci¨®n sobre la posible reacci¨®n que pueda registrarse en otros pa¨ªses, como Irak o Corea del Norte, de los que supuestamente quiere defenderse EE UU con su escudo antimisiles. Un portavoz de la UE se?al¨® ayer que existe el peligro de que en esos pa¨ªses se produzca precisamente una carrera armament¨ªstica de efectos incontrolados.
Adem¨¢s de estos peligros, la Uni¨®n Europa mantiene sus dudas sobre la viabilidad del proyecto, tanto desde el punto de vista tecnol¨®gico como presupuestario. De hecho, Bush se refiere a la posibilidad de que EE UU disponga de un sistema rudimentario en 2004, pero para eso ser¨¢n necesarias unas inversiones de varios centenares de miles de millones de d¨®lares.
Por su parte, el secretario general de la OTAN, George Robertson, se?al¨® ayer en un comunicado que Bush "tiene raz¨®n" en poner el acento "sobre los nuevos desaf¨ªos para la seguridad mundial", a la vez que record¨® que, en una reciente entrevista con Putin, ¨¦ste le puso de manifiesto "la necesidad" de contar con "una cierta respuesta militar" ante el peligro que representa la existencia de armas de destrucci¨®n masiva. "Existe un amplio consenso sobre la necesidad de defenderse contra la proliferaci¨®n de misiles bal¨ªsticos", agrega Robertson.
Respuesta de Pek¨ªn
La respuesta de China condena la iniciativa de Washington por considerarla una violaci¨®n del Tratado ABM, que era "la piedra angular del equilibrio y la estabilidad estrat¨¦gica global". Adem¨¢s, para Pek¨ªn, el escudo antimisiles norteamericano "provocar¨¢ una proliferaci¨®n de armas de destrucci¨®n masiva en el siglo XXI".
Los dirigentes chinos temen que la Defensa Nacional de Misiles (NMD) de EE UU invalide en el futuro su propio arsenal nuclear y que una versi¨®n regional del escudo sea usado por los norteamericanos para hacer invulnerable a Taiwan, isla que es considerada por Pek¨ªn como "provincia rebelde".
Por otra parte, los planes anunciados por el presidente Bush de reducir el n¨²mero cabezas nucleares de Estados Unidos, que podr¨ªan pasar de m¨¢s de 7.000 a 2.500, sirve de poco consuelo a China, que s¨®lo cuenta con unas modestas 284 cabezas nucleares. El escudo antimisiles que proyecta Bush se suma a las ya deterioradas relaciones entre EE UU y China, tras el incidente del avi¨®n esp¨ªa y la venta de armas norteamericanas a Taiwan. Ayer, el Pent¨¢gono anunci¨® que la Secretar¨ªa de Defensa orden¨® hace tres d¨ªas la revisi¨®n caso por caso de las relaciones militares (por otro lado, escasas) entre los dos pa¨ªses, por la decisi¨®n china de retener el avi¨®n esp¨ªa en su territorio. Rectific¨® as¨ª una informaci¨®n anterior que anunciaba la ruptura completa de dichas relaciones.
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