El 'derby' acab¨® anegado
El Barcelona no pudo con el Espanyol en un partido peleado, pero sin juego ni ocasiones
El freno le pudo a la marcha, y el derby qued¨® anegado y empatado, signo de la impotencia de unos y otros, superados los dos por los resultados que se dieron anoche en Vigo y San Sebasti¨¢n. Quiso el Barcelona y no se dej¨® el Espanyol, de manera que sali¨® un partido inamimado, lento, espeso, falto de ocasiones y hasta de discusi¨®n, pues los futbolistas pasaron de largo por Montju?c pese a la comedia que hab¨ªan montado las dos directivas haciendo ver que iban a por todas.
Descabezado el Barcelona y desbravado el Espanyol, el derby tuvo muy poca chicha. No hab¨ªa por donde pillarlo pese al empe?o de unos y otros por reivincidarse antes de saltar a la cancha. Los azulgrana fueron cayendose a trozos, con Rivaldo como ¨²ltimo dimitido, hasta quedar al mando de Luis Enrique, que se bati¨® en honor al brazalete de capit¨¢n que portaba en ausencia de Guardiola. Tampoco el Espanyol era el equipo fiero que parec¨ªa en el camerino. Bien posicionado defensivamente, solamente pas¨® de la divisoria cuando Mart¨ªn Posse aceler¨® el pase con su f¨²tbol de entrel¨ªneas y martiriz¨® a Dutruel con centros cruzados desde los costados a los que el portero respondi¨® de mala manera, sin encontrar pelota ni delantero, sometido al azar.
ESPANYOL 0| BARCELONA 0
Espanyol: Mora; Navas, Rotchen, Lopo, David Garc¨ªa (Arteaga, m. 63); Sergio, Galca; Toni Velamaz¨¢n, Mart¨ªn Posse (Jordi Lard¨ªn, m. 73), Roger; y Tamudo. Barcelona: Dutruel; Reiziger, Frank de Boer, Puyol; Xavi; Luis Enrique, Rivaldo (Petit, m. 22), Cocu; Zenden (Simao, m. 66), Kluivert (Luis Enrique, m. 91) y Overmars. ?rbitro: Mejuto Gonz¨¢lez. Mostr¨® la tarjeta amarilla a Sergio, Frank de Boer, Zenden y David Garc¨ªa. 30.800 espectadores en el estadio Ol¨ªmpico Llu¨ªs Companys, en Montju?c. Llovi¨® de forma copiosa antes del partido, lo que provoc¨® numerosos charcos en el c¨¦sped.
Mora andaba m¨¢s tranquilo, pese al serpentear de Overmars, que se ofreci¨® como en cada jornada, aunque le falt¨® acompa?amiento. Hab¨ªa como un pacto de no agresi¨®n entre ambos equipos, de dejar el partido a manos de un golpe de fortuna, de un gol que igual pod¨ªa caer de un lado que del otro, tal y como estaba el campo, trampeado por los charcos, sacudido ¨²nicamente por los saques de esquina en los que los futbolistas se atropellaban una y otra vez y por las acciones de los extremos, figuras generamente heroicas en los partidos en que hay tanta agua como hierba.
El Barcelona agradeci¨® el entusiasmo de Zenden, que ha recuperado protagonismo con la llegada de Rexach en el banquillo y oblig¨® a Flores a cambiar su marcador, David Garc¨ªa, sustituido por Artega. El punta holand¨¦s tir¨® del equipo hacia arriba y abri¨® algo el partido, dej¨¢ndolo como se esperaba en el inicio: atacaba el Barcelona, favorecida su l¨ªnea de recuperaci¨®n con la entrada de Petit, y contragolpeaba el Espanyol, un equipo que se despliega con sa?a, porque sus medios parecen de goma, por d¨²ctiles, pues defienden y atacan por igual. El fuelle blanquiazul equilibr¨® de nuevo el partido y Zeden, desfondado, dej¨® su puesto a Sim?o, aunque el punto de mira azulgrana segu¨ªa en la bota izquierda de Overmars.
El dominio barcelonista oblig¨® al Espanyol a recular y a marcar la l¨ªnea defensiva a diez metros de la frontal del ¨¢rea, donde las faltas se sucedieron con relativa frecuencia, situaci¨®n que evidenci¨® la falta de lanzadores en el bando azulgrana. Al Bar?a le falt¨® un punto de clase y m¨¢s pu?eter¨ªa para sentenciar el choque cuando lo tuvo madurado, se?al de vulgaridad, pues del Espanyol no hubo noticias. El empate a cero refleja, al fin y al cabo, el momento de tr¨¢nsito que viven los dos equipos.
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