Brindis por una generaci¨®n que nace
Los chicos se hicieron mayores. Como una premonici¨®n de lo que ser¨¢ a partir de ahora la vida de los muchachos de la selecci¨®n espa?ola Sub-16, su festejo del campeonato se traslad¨® de campo de f¨²tbol a campo de f¨²tbol. De la luz diurna y la alegr¨ªa instant¨¢nea a¨²n en pantal¨®n corto del c¨¦sped del estadio de la luz de Sunderland, al traje largo, el apret¨®n de manos solemne a las autoridades de la UEFA y los equipos rivales, y la cena de altos vuelos en Saint James Park, domicilio del Newcastle.
Pero la aparente imitaci¨®n del mundo galante de las noches de compromiso se rompi¨® con el descaro de los jugadores espa?oles que rodeados de se?oritas con trajes negros y labios pintados y caballeros de cabello blanco brindaban y re¨ªan por su ¨¦xito.
Aunque para Melli la fiesta a¨²n no hab¨ªa empezado. El prometedor medio centro se acercaba el ¨ªndice a la boca y dec¨ªa en bajito: 'Aqu¨ª hay que portarse bien, que luego no digan que estamos sobrados, pero luego la juerga de verdad empezar¨¢ en el pueblo'. El pueblo al que se refiere el centrocampista espa?ol es Durham, lugar donde ha estado concentrado el equipo las dos semanas de campeonato.
Y es que los chicos han conseguido ablandar a Santisteban y arrancarle la promesa de celebrar a lo grande y sin horarios el Campeonato de Europa. Una celebraci¨®n a la que Ufarte, uno de los t¨¦cnicos de la federaci¨®n, se anticipaba apurando una pinta de cerveza con la satisfacci¨®n y la espuma pintadas en los labios. Mientras el mediapunta Diego Le¨®n charlaba con un rival franc¨¦s al tiempo que apuraba una coca-cola. 'Despu¨¦s vendr¨¢ lo bueno', promet¨ªa haciendo un aparte en su conversaci¨®n.
Antes de esa esperada traca privada los jugadores espa?oles movieron el cuerpo a un son diferente al de la pelota. Con un fondo musical de piano, sentados en una mesa redonda, mov¨ªan el cuerpo ante la atenta mirada de un est¨¢tico presidente de la Federaci¨®n Espa?ola de F¨²tbol, ?ngel Mar¨ªa Villar. Un presidente relajado que, como la mayor¨ªa de los integrantes de la expedici¨®n espa?ola y los dem¨¢s invitados, a punto estuvo de equivocarse de fiesta y meterse en una boda que se oficiaba en el mismo estadio.
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