ETA nunca se fue
No es que ETA haya regresado: nunca se fue. Ayer asesin¨® a un senador, Manuel Jim¨¦nez Abad, presidente del PP de Arag¨®n, pero hace 15 d¨ªas ya intent¨®, sin conseguirlo, matar a dos concejales, madre e hijo, de ese mismo partido en Hondarribia e Ir¨²n y a dos miembros de Unidad Alavesa en Vitoria; m¨¢s recientemente, el 2 de mayo, la Ertzaintza desactiv¨® en Urnieta (Guip¨²zcoa) un artefacto que seguramente se desprendi¨® de un veh¨ªculo al que hab¨ªa sido adosado con la intenci¨®n de matar a su ocupante.
Desde que en Espa?a hay elecciones, nunca ETA ha dejado de tratar de condicionarlas, o al menos de dejar su impronta criminal, en los d¨ªas anteriores a la cita con las urnas. As¨ª ha sido en todas las elecciones, de cualquier orden, con las ¨²nicas excepciones de las auton¨®micas de 1994 y 1998 y las municipales de 1999; estas dos ¨²ltimas, dentro del periodo de tregua. Rota ¨¦sta, en v¨ªsperas de las elecciones generales del a?o pasado, ETA asesin¨® al dirigente socialista Fernando Buesa y a su escolta, el ertzaina Jorge D¨ªez.
La realidad se impone una y otra vez a las especulaciones sobre supuestas treguas t¨¢citas. Los malos resultados que predicen todas las encuestas para el brazo pol¨ªtico de los terroristas hab¨ªan dado pie a la teor¨ªa de que esta vez no habr¨ªa atentados para no perjudicar a¨²n m¨¢s las expectativas de Euskal Herritarrok. Era una teor¨ªa racional, porque, por debajo de un nivel dado de representaci¨®n institucional, ETA pierde capacidad de condicionar al nacionalismo democr¨¢tico, que es uno de sus objetivos actuales. Pero en ese c¨¢lculo se olvida que ETA no aspira tanto a conseguir tal o cual objetivo pol¨ªtico (modificar la pol¨ªtica nacionalista, por ejemplo) como a dejar establecido que esa modificaci¨®n o cualquier otro hecho pol¨ªtico ha sido resultado de su recurso a la violencia.
Porque ETA no es s¨®lo una organizaci¨®n radicalmente independentista, sino un grupo totalitario: una banda que aspira a perpetuarse demostrando que mediante la violencia se alcanzan objetivos que no se lograr¨ªan sin ella. La ignorancia voluntarista de la verdadera naturaleza de ETA est¨¢ detr¨¢s de los equ¨ªvocos irresponsables de los partidos que hasta ayer mismo reivindicaban su apuesta de Lizarra con el argumento de que ETA es la expresi¨®n de un conflicto pol¨ªtico no resuelto y que, por ello, la ¨²nica forma de acabar con ella es una negociaci¨®n en la que se satisfagan total o parcialmente sus exigencias. Ese planteamiento ha sido compartido durante a?os por muchas personas y partidos no s¨®lo nacionalistas; pero la caracter¨ªstica principal del periodo abierto por la rebeli¨®n c¨ªvica de Ermua es que muchos vascos -el domingo pr¨®ximo se comprobar¨¢ cu¨¢ntos- ya no se tragan esa teor¨ªa.
Pero el atentado de ayer tambi¨¦n viene a recordar que, con independencia de cu¨¢les sean los resultados del 13-M y el signo del Ejecutivo que salga de las urnas, ese Gobierno y su oposici¨®n tendr¨¢n que ponerse de acuerdo entre s¨ª y con el Ejecutivo espa?ol en torno a un plan de deslegitimaci¨®n pol¨ªtica y eficacia policial contra los que ayer asesinaron a un hombre que se dirig¨ªa al f¨²tbol con su hijo.
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