Otra historia verdadera

Otra historia verdadera: tres hermanos, bien establecidos y con sus correspondientes carreras independientes, se re¨²nen siempre que pueden para compartir m¨²sica. Para ellos es un placer, porque, a diferencia del protagonista de la c¨¦lebre pel¨ªcula, no necesitan viajar terribles distancias en un m¨ªsero cortac¨¦sped; se sienten tan extraordinariamente unidos que sus epidermis sonoras casi se confunden.

Percy Heath (77 a?os), Jimmy (74) y Albert (el peque?o a punto de cumplir los 66) formaron en el San Juan una enternecedora escena fraternal. Frente a la actitud desganada y herm¨¦tica del t¨®pico joven pusil¨¢nime, ellos opusieron un radiante entusiasmo que desemboc¨® en un primor de concierto. No se puede decir que hubiera sobresaltos en el repertorio, integrado por viejos caballos de batalla del propio Jimmy Heath, un excelente compositor, y de cl¨¢sicos ajenos, pero s¨ª hubo ciertas sorpresas en otros aspectos: todos tocaron mejor de lo que su edad permit¨ªa augurar.

Percy, por ejemplo, sac¨® sin esfuerzo de su contrabajo el timbre noble y sensato de la madera bien secada, mientras Albert trat¨® los tambores con una cortes¨ªa mel¨®dica poco com¨²n. Igual de entonado estuvo Jimmy, soplando con exquisita sensibilidad para dar a la melod¨ªa el aliento justo. Los tres estaban tocando a media voz, pero se les entend¨ªa todo.

La sesi¨®n tuvo algo de esa fantas¨ªa camer¨ªstica que el Modern Jazz Quartet populariz¨® en los a?os 50 y 60. Percy es ahora el ¨²nico superviviente de aquel hist¨®rico grupo, pero en vez de deprimirse miserablemente por las p¨¦rdidas de sus compa?eros, prefiere dar gracias al dios del jazz por permitirle seguir luciendo esa finura juncal. Tan contento estaba que abandon¨® el escenario haciendo el avi¨®n. ?Qu¨¦ fuselaje el suyo y el de sus hermanos!