Ego¨ªsmo de Madrid

Cada vez resulta m¨¢s dudoso que se puedan concluir a tiempo las negociaciones de la Uni¨®n Europea con los primeros candidatos para la ampliaci¨®n al Este, que en principio deber¨ªan estar listas a finales de 2002. La raz¨®n consiste en que los Quince est¨¢n lejos de ponerse de acuerdo en los detalles y en las necesidades de financiaci¨®n de la ampliaci¨®n. La batalla entre Alemania y Espa?a sobre la libre circulaci¨®n y las ayudas regionales en la cumbre de ministros de Exteriores ofrece un aperitivo del conflicto que amenaza con estallar entre Berl¨ªn y Par¨ªs a prop¨®sito de la reforma de la pol¨ªtica agraria com¨²n. Sin recortes dolorosos, que afectar¨¢n sobre todo a Francia, la UE no podr¨¢ hacer frente a las ayudas que necesitar¨¢, por ejemplo, la agricultura de Polonia.

De entrada, sin embargo, se trata de evitar que Espa?a bloquee el acuerdo sobre los plazos para la libre circulaci¨®n de trabajadores y servicios. Aludiendo a sus necesidades, Madrid se muestra ego¨ªsta. Los espa?oles planean hacer frente a los alemanes y a los austriacos s¨®lo cuando se les requiera (para cerrar el acuerdo). Envuelta en lenguaje diplom¨¢tico, su tesis es: vosotros, los alemanes, os benefici¨¢is de la ampliaci¨®n al Este. Por tanto, deb¨¦is pagarla. Nosotros cooperaremos, pero s¨®lo si las ayudas que recibimos de las arcas de Bruselas no sufren por ello. Par¨ªs muestra su comprensi¨®n.

En un intento de no quedarse aislados, los espa?oles conf¨ªan en que se alcance un compromiso sobre todo el paquete. Pero para que algo se mueva deber¨ªa esbozarse un compromiso antes de la cumbre europea de finales de junio.

M¨²nich, 8 de mayo