Suicidio programado
La Uni¨®n Europea es un avi¨®n sin piloto. Jacques Delors lo ha dicho y con raz¨®n. Esta ausencia de liderazgo, resultado de la mediocridad de quienes la gobiernan y de la ausencia de una voluntad pol¨ªtica com¨²n por parte de los Estados que la forman, es responsable de su mal funcionamiento. Al que no son ajenos cuatro procesos, convertidos ya en determinantes estructurales, que han agravado de forma considerable sus dificultades. En primer lugar, el creciente n¨²mero de sus Estados miembros, pues lo que comenz¨® como un club ¨ªntimo de seis participantes se ha convertido, a golpe de ampliaciones, en una heter¨®clita asamblea, hoy de 15, ma?ana de 21 y pasado ma?ana de 27 o 30 Estados. Lo que la har¨¢ inviable y postula una revisi¨®n radical de su estructura y ¨®rganos, que todos reclaman y nadie impulsa. En segundo t¨¦rmino, la continua extensi¨®n de los sectores ¨²ltimamente comunitarizados o en v¨ªas de serlo, que aumenta notablemente el ¨¢mbito de intervenci¨®n y las tareas que conlleva. El tercer proceso lo constituye la multiplicaci¨®n de actores institucionales en el seno de la Uni¨®n y la imbricaci¨®n y confusi¨®n de sus competencias y responsabilidades. Finalmente, el determinante m¨¢s dram¨¢tico es la imparable renacionalizaci¨®n -el medirlo todo con el rasero de los intereses del pa¨ªs al que se representa- de las opciones dominantes de la Uni¨®n, al igual que de las propuestas que se formulan para su reforma.
La unanimidad en querer liquidar la dimensi¨®n metanacional de la Uni¨®n Europea tiene su expresi¨®n m¨¢s clara en el proyecto de acabar con la Comisi¨®n. Ni siquiera Schr?der en la propuesta, reiterada esta semana en la reuni¨®n de la socialdemocracia europea, reivindicando una Europa federal y proponiendo la transformaci¨®n del Consejo Europeo en una C¨¢mara de los Estados, escapa a ese desmontaje de la Comisi¨®n, pues aunque la ennoblece al llamarla Ejecutivo, quiere desposeerla de la gesti¨®n de los fondos regionales y estructurales -entre ellos la PAC, que representa el 46 % del presupuesto comunitario-, que son la parte m¨¢s sustantiva de su contenido y poder. Pero sus enemigos principales los tiene la Comisi¨®n dentro. La estrategia de que se sirven para provocar su implosi¨®n es una reforma administrativa que ponga en manos ajenas la responsabilidad de la gesti¨®n. Conocedores de la doctrina de Von Stein, Weber y Merton, sobre el buen funcionamiento de toda comunidad, saben que para el ejercicio de toda gesti¨®n racionalizada del poder es indispensable disponer de un conjunto funcionarial suficiente y capaz. Renunciar a la pr¨¢ctica directa de esa racionalidad y confiar esa misi¨®n a terceros es privar a la comunidad concernida de su palanca fundamental. Esa renuncia equivale a imponer su extinci¨®n a t¨¦rmino. El Libro Blanco sobre la reforma de la Comisi¨®n ofrece el soporte y los medios para la autoejecuci¨®n de esa muerte programada. La pieza base de la operaci¨®n es la externalizaci¨®n en el reclutamiento, tanto de quienes reclutan como de los reclutados. El car¨¢cter temporal de la contrataci¨®n -cinco a?os prorrogables como m¨¢ximo a ocho- y su extensi¨®n a todos los niveles hace imposible la identificaci¨®n con el colectivo al que se pertenece y con el logro de sus objetivos.
Por otra parte, la probada insuficiencia del n¨²mero actual de funcionarios se convierte en plena incompetencia con la ampliaci¨®n a 21, 27 o 30 pa¨ªses y con la disminuci¨®n del nivel real de los salarios que en 10 a?os ser¨¢ inferior en un 30% al de ahora. Con ello, la degradaci¨®n de la funci¨®n p¨²blica europea ser¨¢ inevitable y acabar¨¢ produciendo el colapso de la Comisi¨®n. Lo que en estos momentos es muy grave, por los m¨²ltiples desmanes que est¨¢ causando la combinaci¨®n de cretinismo y perversidad, que, seg¨²n acaba de escribir Carlos Fuentes, coinciden en Bush Jr. y a los que s¨®lo la potencia europea puede poner coto. Relanzar la guerra fr¨ªa con China y Rusia, entorpecer el di¨¢logo entre las dos Coreas, reactualizar la carrera nuclear con el escudo antimisiles, tomar a chirigota el Protocolo de Kyoto y tantos otros desvar¨ªos. No cabe originar m¨¢s calamidades en menos tiempo. En esta situaci¨®n, el gran suicidio de la Uni¨®n Europea v¨ªa el peque?o de la Comisi¨®n, nos acercar¨¢, un poco m¨¢s, al suicidio global.
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