La seriedad del tebeo m¨¢s ¨¢cido
El 'TMEO' recibe el premio al mejor 'fanzine' en el Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona
A sus 14 a?os, el TMEO acaba de obtener el premio al mejor fanzine en el Sal¨®n del C¨®mic de Barcelona. Este reconocimiento se une a otros galardones obtenidos en distintos encuentros alrededor de la historieta, como el del mejor fanzine europeo en Grenoble en 1989. Se confirma as¨ª que el TMEO es una de las escasas publicaciones que mantienen el esp¨ªritu amateur de los que empezaron en los a?os ochenta sin haber desaparecido o haberse convertido en una revista corriente y moliente.
Si por algo se caracteriza este soporte en el que se publica uno de los mejores c¨®mics iconoclastas del pa¨ªs es por su nula disposici¨®n al conformismo. Desde su creaci¨®n en Pamplona, en las v¨ªsperas de los sanfermines de 1987, por sus p¨¢ginas han pasado unos 200 colaboradores que no han dado cuartel a lo pol¨ªticamente correcto, siempre respaldados por unas portadas igualmente ¨¢cidas. Este proceder les ha llevado a recibir cr¨ªticas de los 'presuntamente progres', que no se divierten con las vueltas de tuerca que la revista suele dar a los temas.
El TMEO mantiene, adem¨¢s, el modelo de edici¨®n y distribuci¨®n con el que surgi¨® hace tres lustros. Entonces, esta plataforma de expresi¨®n de los dibujantes vascos y navarros se distribu¨ªa por los bares y otros establecimientos que colaboraban con su publicidad a trav¨¦s de peque?os m¨®dulos que se insertaban al pie de la p¨¢gina.
'Ten¨ªamos claro que los bares eran el ¨²nico lugar en el que pod¨ªamos acercarnos a nuestro p¨²blico, y, por otra parte, la distribuci¨®n comercial no era posible', recuerda Ernesto Murillo, Sim¨®nides, uno de los impulsores del TMEO desde sus comienzos, junto con Kini o Mauro Entrialgo y ?lvarez Rabo, dos de los m¨¢s seguidos entre los dibujantes colaboradores.
Con el paso de los a?os, la sede del fanzine se traslad¨® a la calle Herrer¨ªa de Vitoria, a una lonja a pie de calle en la que hierven las ideas y los dibujos que conforman las 60 p¨¢ginas del n¨²mero correspondiente. Con una periodicidad bimestral y una tirada de 5.000 ejemplares, se ha aprovechado tambi¨¦n de los adelantos en las nuevas tecnolog¨ªas para ofrecer una edici¨®n cuidada, que respalda la seriedad profesional de cada dibujante.
Eso s¨ª, todo el mundo contin¨²a sin cobrar. 'Ni en el TMEO ni en ninguna otra publicaci¨®n de c¨®mics, salvo cuatro, que son la excepci¨®n', aclara Santiago Or¨²e, responsable de algunas de las portadas m¨¢s irreverentes de los ¨²ltimos tiempos y otro de los que comandan la revista.
La fidelidad de los dibujantes con la revista es digna de menci¨®n. A pesar de tener una vida ajetreada y con otros compromisos profesionales, Jokin, Mikel Valverde o Alvarortega aportan, siempre que pueden, sus colaboraciones, como si fueran la v¨¢lvula de escape imprescindible de sus trabajos cotidianos.
El TMEO (nombre que, pasados 14 a?os, mantiene su esp¨ªritu punk) se ha ido enriqueciendo con nuevas colaboraciones, como las de los j¨®venes Ata, Roger, Abarrots o Pi?ata. 'Seguimos todos los originales que nos remiten y damos paso a lo que nos parecen m¨¢s interesantes, aunque se nos enfaden los dibujantes', explica Sim¨®nides, responsable tambi¨¦n de la secci¨®n El foll¨®n, una de las gu¨ªas m¨¢s completas de fanzines de c¨®mics que se publican en todo el pa¨ªs.
Junto a esta gu¨ªa, el resto de las aportaciones en texto del TMEO son la siempre delirante cr¨ªtica de televisi¨®n, firmada por Moctezumo de Ipi?a; la rese?a cinematogr¨¢fica de Tony, quien no perdona una, y que tambi¨¦n firma una columna en euskera macarr¨®nico titulada Euskal despistatuaren kronika.
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