Koizumi dirige la versi¨®n japonesa de la revoluci¨®n tranquila
El nuevo primer ministro nip¨®n rompe los moldes tradicionales de la pol¨ªtica de su pa¨ªs y promete las reformas profundas que se esperan desde hace a?os
Junichiro Koizumi, el nuevo y at¨ªpico primer ministro conservador de Jap¨®n, va a necesitar bastante m¨¢s que la protecci¨®n de su obesa hermana, Nobuko, que con sus 100 kilos le sirve desde siempre como secretaria, as¨ª como del cari?o de las otras dos hermanas y de sus dos hijos, fruto de un matrimonio roto, para defenderse de los ratones y de los misteriosos ruidos nocturnos de la vetusta casa de ladrillo rojo cerca del Parlamento que desde el inicio del pasado siglo es residencia oficial de los jefes de Gobierno. La nueva estar¨¢ terminada el a?o pr¨®ximo. Tal vez para entonces los Koizumi hayan tenido que hacer las maletas con la frustraci¨®n de no haber podido aplicar las reformas pol¨ªticas y econ¨®micas prometidas por las resistencias que su revoluci¨®n tranquila presenta. Muchas, demasiadas, en un pa¨ªs siempre reacio al cambio.
Sus defensores destacan que su elecci¨®n es una bocanada de aire fresco. Sus cr¨ªticos consideran su discurso falaz y hueco
La designaci¨®n de Koizumi como l¨ªder del Partido Liberal Dem¨®crata (PLD, conservador) el pasado 26 abril fue una sorpresa general. El propio aparato del partido que durante casi medio siglo ha gobernado el pa¨ªs, con un par¨¦ntesis de nueve meses en 1993, se vio forzado a respaldar a este hombre, de 59 a?os, y truncar as¨ª las aspiraciones del candidato favorito, el ex primer ministro Ryutaro Hashimoto, que pretend¨ªa volver a dirigir con m¨¢s de lo mismo, es decir, inyectando m¨¢s gasto en obras p¨²blicas, disparando m¨¢s la deuda p¨²blica, que rebasa ya el 120% del PNB, y poniendo en marcha con m¨¢s habilidad las medidas de saneamiento financiero del anterior jefe de Gobierno, Yoshiro Mori, que dimiti¨® tras apenas un a?o en el cargo a causa de sus torpezas.
La victoria fue posible gracias al triunfo de Koizumi en las primarias que el PLD convoc¨® por primera vez entre sus m¨¢s de un mill¨®n de afiliados en las 47 prefecturas (provincias). Fue tan arrollador el ¨¦xito que los dinosaurios tuvieron que tragarse la medicina y decantarse al d¨ªa siguiente por Koizumi, que el pasado lunes, en su discurso program¨¢tico, dijo querer devolver la confianza a los ciudadanos para que se impliquen m¨¢s en la pol¨ªtica. Sus cr¨ªticos consideran su discurso falaz y hueco y hay quienes creen que las reformas estructurales que aventura son una equivocaci¨®n y traer¨¢n m¨¢s recesi¨®n y desempleo, que se ha doblado durante la pasada d¨¦cada, la 'd¨¦cada perdida', como la han bautizado los pol¨ªticos, y registra hoy el 4,7%, tasa envidiable en otros pa¨ªses pero preocupante e inquietante en Jap¨®n, donde el paro encubierto se mantiene muy alto.
Al igual que otros, Koizumi llega a la pol¨ªtica por herencia (abuelo y padre parlamentarios y ministros), pero rompe el patr¨®n de conducta de los grises pol¨ªticos japoneses. Tiene oratoria, es espont¨¢neo y teleg¨¦nico, simp¨¢tico, divorciado, atrae a las mujeres con su encanecida melena de pianista, le gusta tanto la ¨®pera como el rock moderno, viste distinto al resto de sus colegas y transmite ilusi¨®n en un pueblo sumergido actualmente en la confusi¨®n y la inseguridad provocadas por una crisis que ha abierto grietas en el modelo de sociedad homog¨¦nea y arm¨®nica que ciment¨® el milagro del desarrollo japon¨¦s de la posguerra. En los ¨²ltimos a?os han aumentado los suicidios y las depresiones, as¨ª como los robos y la violencia juvenil.
El mensaje es directo, algo a lo que los japoneses no est¨¢n acostumbrados. Propugna, aunque luego no concreta demasiado, ideas como la elecci¨®n por sufragio universal del primer ministro, la eliminaci¨®n de las facciones dentro de su partido, un calco de lo que era la Democracia Cristiana italiana hasta su desintegraci¨®n en los noventa, as¨ª como la aplicaci¨®n de profundas medidas de reestructuraci¨®n que revitalicen la econom¨ªa estancada y sin visos de despegue, entre ellas el saneamiento en dos o tres a?os de la banca, que tiene 13 billones de yenes (unos 22 billones de pesetas) de cr¨¦ditos fallidos, y la privatizaci¨®n de las cajas postales de ahorro, fuente principal de financiaci¨®n del partido, y adelanta que no aumentar¨¢ los impuestos. Sostiene conveniente mantener la relaci¨®n privilegiada con Estados Unidos y los 47.000 soldados norteamericanos desplegados en el archipi¨¦lago. Pero quiere potenciar las relaciones con China y Corea del Sur (no ha dicho una sola palabra sobre Europa), con los que el contencioso hist¨®rico sigue sin cerrarse. Sugiere examinar con prudencia la oportunidad de reformar la Constituci¨®n para cambiar el status del Ej¨¦rcito y dotarlo de funciones no s¨®lo defensivas, sino tambi¨¦n de ayuda a otros. Una amplia mayor¨ªa de la opini¨®n p¨²blica se opone. Adem¨¢s, no ve con malos ojos acabar con la ley s¨¢lica a fin de que una mujer pueda llegar a ser como emperatriz la m¨¢xima figura del Estado. Los actuales pr¨ªncipes herederos esperan un hijo, pero se desconoce si ser¨¢ var¨®n.
'Vende ilusi¨®n, pero de eso no se puede vivir por mucho tiempo', opina Kuniko Inoguchi, analista pol¨ªtica y profesora de la Universidad Sof¨ªa de Tokio, quien pronostica que la luna de miel terminar¨¢ pronto. Inoguchi admite la importancia de la nueva situaci¨®n, pero se?ala que hay muchas lagunas en la personalidad del primer ministro, empezando por su vida privada. Abandon¨® a su esposa cuando ¨¦sta estaba embarazada de seis meses de su tercer hijo y tiene tics contradictorios de irresponsabilidad e intolerancia. '?Le parece serio que el jefe del Gobierno se vaya a vivir a la residencia oficial con sus tres hermanas?', pregunta Inoguchi.
Un ¨ªntimo suyo, Hirotada Asakawa, comentarista pol¨ªtico del Japan Times, escribi¨® el pasado mi¨¦rcoles en una columna de este diario en ingl¨¦s: 'Koizumi es la clase de hombre que cumple con lo que dice. Es un hombre de acci¨®n. Tiene fuerza y valor para ir por su camino'. Ha sido muy elogiado por c¨®mo ha gestado su Gabinete, sin respetar el reglamento no escrito de pactos entre las facciones, con la incorporaci¨®n de independientes y de cinco mujeres, entre ellas Makiko Tanaka, popular parlamentaria de 57 a?os que se har¨¢ cargo de la cartera de Exteriores, por vez primera en manos de una mujer. La supuesta rebeld¨ªa que los medios otorgan a Koizumi, en cualquier caso, no es fruto de una marginaci¨®n pol¨ªtica. Tambi¨¦n ¨¦l ha sido hombre del aparato. Por dos veces fue ministro y en otras dos aspirante a l¨ªder del PLD, y hasta hace escasas semanas jefe de la corriente del ex primer ministro Mori.
Sus defensores destacan que su elecci¨®n es una bocanada de aire fresco, recibida casi mejor fuera que dentro de Jap¨®n, que puede poner fin a la pol¨ªtica de clientelismo de los liberales con los agricultores (en un pa¨ªs donde el sector s¨®lo representa apenas el 5%), as¨ª como con otros sectores industriales clave como la construcci¨®n, las comunicaciones y la banca. 'Las expectativas son parecidas a 1993, cuando por primera vez el PLD fue a la oposici¨®n y una coalici¨®n de siete partidos. Fracas¨® por ser muy heterog¨¦nea. Koizumi no tiene ese h¨¢ndicap', opina Kazuei Tokado, profesor de Estudios Internacionales de la Universidad de Kanda.
Desde hace siete a?os, el pa¨ªs, de 126 millones de habitantes, asiste imp¨¢vido a un festival de travestismo y de desprestigio de su clase pol¨ªtica. 'Muchos partidos han sido creados despu¨¦s de 1993, pero no tienen bases s¨®lidas. Sirven s¨®lo para afrontar unas elecciones y luego desaparecen', observa Shiratori, que es tambi¨¦n profesor de Ciencias Pol¨ªticas en la Universidad Tokai de Tokio. La brecha social es cada vez m¨¢s grande, y reivindicaciones que no tienen respuesta en el Parlamento dan pie a la creaci¨®n de movimientos ciudadanos. El pasado octubre el novelista Yasuo Tanaka gan¨® las elecciones de Nagano sin maquinaria electoral, derrotando en s¨®lo un mes al PLD.
M¨¢s sobresaliente es el caso de Tokio. Shintaro Ishihara es un disidente del partido en el poder que desde que se march¨® del PLD ha recuperado carisma y los tokiotas est¨¢n contentos con su gesti¨®n. Pese a haber abandonado el partido, sus relaciones con el nuevo primer ministro son excelentes. Su hijo, de 40 a?os, ha entrado en el Gabinete de Koizumi para encargarse de la reforma administrativa. No pocos ven con aprensi¨®n la amistad entre el gobernador Ishihara y Koizumi. Por vez primera un ex militar ha sido nombrado ministro de Defensa. Algunos creen que Ishihara se est¨¢ preparando para gobernar.
Koizumi no pasar¨¢ inadvertido, ni dentro ni fuera del pa¨ªs. En su agenda ya hay un viaje a EE UU en junio, antes de la cumbre del G-8 ese mismo mes en G¨¦nova. No es de excluir que, si se ve fuerte, convoque, aprovechando el tir¨®n, elecciones anticipadas a la C¨¢mara baja en julio, coincidiendo con las de la C¨¢mara alta. Si el resultado es positivo para el PLD, puede convertirse en un s¨®lido primer ministro, pero si no es as¨ª ser¨¢ echado a patadas de la residencia oficial por los propios caudillos del partido. Entretanto, la rolliza Nobuko y las otras dos hermanas har¨¢n bien en montar guardia. 'Una vez que se llega a primer ministro existe siempre la posibilidad de ser asesinado', declar¨® esta semana con sorna Koizumi al recordar la muerte de uno de sus antecesores, Tsuyoshi Inukai, asesinado por militares en 1922.
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