Koizumi pide perd¨®n a los asi¨¢ticos que sufrieron la represi¨®n de Jap¨®n
China permite una manifestaci¨®n contra el imperialismo japon¨¦s
'Nuestro pa¨ªs ha causado da?os y sufrimientos inconmensurables a numerosos pa¨ªses, sobre todo a las naciones asi¨¢ticas, durante la [Segunda] Guerra', declar¨® Koizumi en un discurso pronunciado en la amplia sala del Budokan, cerca del Palacio Imperial en el centro de Tokio.
'En nombre del pueblo japon¨¦s, quisiera reiterar nuestros sentimientos de profundos remordimientos y sinceras condolencias a las v¨ªctimas', a?adi¨® el primer ministro japon¨¦s, en presencia de una amplia representaci¨®n de altos cargos de su pa¨ªs, entre los que se encontraban el emperador Akihito y su esposa.
El jefe del Gobierno repiti¨® pr¨¢cticamente palabra por palabra la declaraci¨®n oficial realizada el lunes antes de su visita al santuario shinto de Yasukuni, consagrado a las almas de los 2,5 millones de japoneses muertos en las guerras desde 1853. Entre los venerados figuran criminales de guerra como el general y primer ministro Hideki Tojo. La peregrinaci¨®n de Koizumi desat¨® vivas protestas en China y Corea del Sur, que consideran que semejante visita equivale a justificar el pasado militarista de Jap¨®n.
Algo m¨¢s de 6.000 personas, 5.300 familiares de v¨ªctimas y antiguos combatientes, asistieron a la ceremonia anual del Budokan, durante la cual se guard¨® un minuto de silencio. Los asistentes tambi¨¦n cantaron el himno nacional en honor de la familia imperial.
El emperador Akihito, hijo de Hirohito, el emperador que firm¨® la rendici¨®n japonesa y que continu¨® reinando tras la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte en 1989, tambi¨¦n expres¨® su dolor por las v¨ªctimas de la guerra y su esperanza de que no vuelva a producirse jam¨¢s una tragedia similar. 'Desde lo m¨¢s profundo de mi coraz¨®n, espero sinceramente que los excesos de la guerra no se repitan nunca m¨¢s', declar¨® el emperador tras haberse inclinado, al igual que la emperatriz Michiko, para una oraci¨®n silenciosa ante una estela decorada con crisantemos blancos y amarillos.
Entretanto, en China, donde la polic¨ªa suele disolver las manifestaciones tan pronto como empiezan, medio centenar de estudiantes pudieron manifestarse frente a la Embajada de Jap¨®n en Pek¨ªn y el Consulado en Shan-ghai contra la visita de Koizumi al santuario de Yasukuni. La polic¨ªa permaneci¨® en segundo plano mientras observaba a los congregados. Los manifestantes gritaron esl¨®ganes del tipo 'Abajo el imperialismo japon¨¦s' o 'Viva el pueblo chino' y entregaron una carta a las autoridades japonesas.
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