Centenarios y universales vinos

Los domingos son d¨ªas muy adecuados para disfrutar, en torno a la mesa, de una buena compa?¨ªa y de un buen vino. En estas ocasiones sacamos de nuestra particular bodega aquel caldo que queremos compartir con nuestros seres m¨¢s queridos. Como es ley de vida, el hijo mayor no siente el m¨¢s m¨ªnimo inter¨¦s por la botella que se abre ante sus ojos. Sin embargo, los m¨¢s peque?os, sin llegar a probar el mosto, quieren conocer a qu¨¦ huele, cu¨¢l es su procedencia, a qu¨¦ sabe y si est¨¢ rico.

En esta oportunidad, la familia -al menos parte de ella- disfrutaba de un Barolo Piccole Vigne 1996 de Bodegas A. Parusso. Un vino poco conocido por estos lares, pero que es buen representante del Barolo italiano, pero no de los que se ofrecen a los turistas en las masificadas terrazas de verano. La grandiosidad de este caldo reside en estar elaborado para un gusto universal. El vino como la belleza, la elegancia y la inteligencia no conoce de pasaportes.

Se acaba la reuni¨®n familiar y el campo de batalla se traslada al sof¨¢. El peri¨®dico suele ser la mejor compa?¨ªa a estas horas y, como casi siempre, acabo leyendo con enorme inter¨¦s la misma cr¨®nica. Aunque no en todas ocasiones comparto sus opiniones, siempre me cautiva. Su autor es un sabio de la pluma y de la gastronom¨ªa.

Centenarios

Gira su cr¨®nica, en un tono cr¨ªtico, en torno al presidente de Bachus y a sus pol¨¦micas declaraciones respecto a que el gusto de los vascos est¨¢ anquilosado en lo que a los vinos se refiere. Afirma nuestro maestro que no es ning¨²n deshonor ser fiel a las bodegas del Barrio de la Estaci¨®n (Haro). A?adir¨ªamos que ¨¦stas y otras bodegas llevan m¨¢s de cien a?os de historia a sus espaldas. Los que se empe?an en educar el paladar con sus bodegas y sus gustos, tienen a¨²n un largo camino hasta alcanzar el centenario, como alguna de las bodegas emblem¨¢ticas que casi todos llevamos en el coraz¨®n.

Afortunadamente, el gusto por el buen vino es cada d¨ªa m¨¢s internacional. El vino viaje con billete de ida y vuelta. Descubrimos pa¨ªses emergentes como Australia, Nueva Zelanda, Sud¨¢frica o Estados Unidos, y nuestros caldos de Rioja Alavesa son descubiertos por estos mismos nuevos productores, obteniendo buenas calificaciones en los concursos internacionales.

El vino no tiene fronteras y no se le pueden poner, y siempre estar¨¢ presente para dar placer a nuestros paladares, aunque muchos se enriquezcan con ¨¦l. De esta realidad a atacar las costumbres de un pueblo va todo un abismo, sobre todo si las voces que critican tienen conocidos intereses vitivin¨ªcolas y comerciales.