Novillos divinos

Novillos divinos no por su bravura, codicia y nobleza. Novillos divinos, m¨¢s bien, por sus due?os, que no en vano son los Hermanos Sampedro, todo junto en dos personas distintas y un solo hierro ganadero, y por el gusto de los taurinos, que saben que estos animalitos son chiquitos, bondadosos, fieles, educados y de buena familia.

Novillos divinos para los toreros modernos; mejor dicho, para los que aspiran a ser toreros pero que ya visten como tales y se mueven con la altaner¨ªa de quien cree que el h¨¢bito hace al monje.

Los novillos hicieron honor a su casta, que era escasa, como es bien sabido, y formaron un grupo de mozalbetes sin fuerza, sin malas intenciones, nobles y con poca alegr¨ªa; novillos sosos de los que no molestan ni producen sorpresas desagradables, novillos a la moda del toreo actual que dejan estar, que no buscan los tobillos, que miran pidiendo perd¨®n y mueren con una cara de pena que se le saltan a uno las l¨¢grimas.

Pero los toreros, que tambi¨¦n son modernos, no triunfaron. Una l¨¢stima, pero es lo que suele ocurrir cuando se unen la bondad y la soser¨ªa de los toros con la comodidad de los novilleros. Lo cierto y verdad es que los divinos novillos de Sampedro no ofrecieron grandes oportunidades para un triunfo de clamor. Es decir, no fueron bravos ni codiciosos (lo que hubiera ocurrido en tal caso es mejor no pensarlo), pero no fueron aprovechados por la terna para pasar por la Maestranza con m¨¢s gloria de la que ganaron.

Gir¨®n da la impresi¨®n de conocer bien la t¨¦cnica, pero parece que le falta sangre en las venas. Se coloca bien con el capote, pero no dio una a derechas. Sus novillos fueron sosos y cortos de embestida, pero su toreo fue tan pulcro como aburrido, fr¨ªo y anodino. Dio muchos pases en su primero, que iba y ven¨ªa con mucha educaci¨®n, y los tendidos ni se inmutaron; en el cuarto, rajado, se limit¨® a estar pesado. M¨¢s animoso se mostr¨® Tejela, que tore¨® muy bien y con hondura a la ver¨®nica, pero se hizo un l¨ªo entre los nervios, el viento, los enganches y el cabeceo de su primero, y su inexperiencia pudo m¨¢s que sus enormes ganas por decir algo de inter¨¦s. Sol¨ªs se fue de vac¨ªo porque aunque derrocha decisi¨®n su toreo careci¨® de inter¨¦s con capote y muleta. Pas¨® inadvertido ante su soso primero, se fue a porta gayola en el sexto y perdi¨® el capote tras el encuentro con un novillo manso y rajado que no le permiti¨® ninguna floritura.