Pr¨ªncipes
Hay que felicitar a Porcelanosa. Por encima de todos los actos programados hace unas semanas para conmemorar el setenta aniversario de la proclamaci¨®n de la Rep¨²blica, el sarao que ha protagonizado estos d¨ªas en Vila-real el pr¨ªncipe de Gales ha sido el espect¨¢culo que m¨¢s ha hecho contra la instituci¨®n mon¨¢rquica. Viendo actuar al heredero de la corona brit¨¢nica haciendo bolos por los pueblos, como pr¨ªncipe de opereta, es muy dif¨ªcil no tomarse a risa la instituci¨®n que representa. La presencia de un genio del bel canto como Pl¨¢cido Domingo, cuyo arte es casi tan grande como su amor al d¨®lar, no quita para que podamos equivocarnos en el tipo de espect¨¢culo que all¨ª se represent¨®, ¨®pera bufa. Una ¨®pera burlesca que en ocasiones debi¨® rozar el g¨¦nero de las variedades arrevistadas, a juzgar por las trasparencias que envolv¨ªan el trasero de la nieta de Franco.
El casposo espect¨¢culo del pr¨ªncipe-anuncio coincide con dos circunstancias que han venido a turbar el pl¨¢cido pasar que viven estos a?os los mon¨¢rquicos espa?oles. Una es la sucesiva cadena de errores que supusieron las palabras pronunciadas por el Rey a prop¨®sito de la lengua espa?ola. Error del Gobierno que remiti¨® semejante disparate a la Casa Real; error de la propia Casa Real que no fue capaz de advertir al Gobierno y al Rey de lo que era previsible que sucediese; y error a fin de cuentas del propio monarca que pronunci¨® las palabras m¨¢s cuestionadas de sus 25 a?os de reinado.
La otra circunstancia que lleva a maltraer a los mon¨¢rquicos espa?oles es el posible noviazgo del pr¨ªncipe Felipe con una modelo noruega. Hace unas semanas, Jos¨¦ Luis de Vilallonga, arist¨®crata y autor de la biograf¨ªa autorizada de Don Juan Carlos, publicaba, en la p¨¢gina tres de Abc, algo m¨¢s que un art¨ªculo. Dec¨ªa Vilallonga: 'Recuerde el Pr¨ªncipe que los 'mon¨¢rquicos de toda la vida' ser¨¢n los primeros en reprocharle su primer paso en falso y Dios no quiera que sea el de su matrimonio'. No acaba ah¨ª la advertencia: 'Yo mismo, mon¨¢rquico gen¨¦tico por no decir end¨¦mico, considerar¨ªa un error grave una boda que nos pusiera a la altura de los ingleses y quiz¨¢s empezar¨ªa a calibrar las posibilidades de una Rep¨²blica que me ahorrar¨ªa tener que reverenciar a una reina equivocada'. Para concluir que por lo menos, con la Rep¨²blica podr¨ªa despacharse a gusto.
As¨ª que para algunos mon¨¢rquicos con pedigr¨ª, la altura de los ingleses debe ser la del bet¨²n. Es decir, que la monarqu¨ªa brit¨¢nica es para ellos el espejo de sus errores, puede que por la pr¨¢ctica de aquellas virtudes que Coco Chanel atribu¨ªa a los s¨²bditos de su graciosa majestad: 'Los ingleses son las personas que mejor saben casarse con sus amantes y los que menos cuentas piden sobre su pasado'. No s¨¦, los arist¨®cratas y los ingleses son muy raros.
Lo cierto es que la visita de Carlos de Inglaterra a Vila-real (y tan real) no ha podido ser m¨¢s inoportuna para la monarqu¨ªa espa?ola, porque como ha recordado el propio Vilallonga la instituci¨®n regia se asienta en Espa?a en el juancarlismo. Y es que, para muchos, la figura de este Rey, que facilit¨® la transici¨®n a la democracia y par¨® el golpe de Estado, puede que no sea m¨¢s que la excepci¨®n que confirma la regla. Para todo lo dem¨¢s, ya se ha visto con lo de Porcelanosa, se puede traer, previo pago, al mism¨ªsimo heredero de la corona brit¨¢nica. As¨ª que ya lo saben, 'salud y Rep¨²blica'.
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