Ense?anza privada
En estos d¨ªas asistimos a las presiones y movilizaciones que los usuarios y empresarios de la ense?anza privada desarrollan para obtener una mayor cuota de mercado en la oferta educativa de nuestra provincia. Me gustar¨ªa resaltar un aspecto fundamental: el mecanismo de selecci¨®n que ejercen los centros privados para pagar con dinero p¨²blico la ense?anza de determinado alumnado.
Los colegios privados tienen que cumplir la normativa sobre admisi¨®n de alumnos s¨®lo cuando cobran de la Administraci¨®n P¨²blica por la ense?anza que imparten. Pero la educaci¨®n infantil no est¨¢ subvencionada porque no es obligatoria y, por tanto, los colegios privados pueden admitir a cuantos alumnos por clase deseen y seleccion¨¢ndolos ellos, con lo que la igualdad de acceso no existe.
Cuando este alumnado de infantil llega al primer curso de primaria, la Junta paga ya su educaci¨®n y se hace obligatorio cumplir la normativa y ofertar las plazas en igualdad de oportunidades a todos los solicitantes. Aqu¨ª cuando surge el conflicto, pues los padres de los alumnos que entraron en infantil sin cumplir la normativa desean seguir en el colegio aunque no les corresponda por ley.
La soluci¨®n que suelen ofrecer los colegios privados es mantener a los alumnos que ya ten¨ªan y admitir a algunos nuevos que tienen derecho por ley, aumentando el n¨²mero de ni?os por clase a 30 o m¨¢s (cuando debe ser de 25). As¨ª obtienen la posibilidad de realizar una segunda fase de selecci¨®n, pues al acabar el primer curso, los centros privados pueden 'descartarse' de los alumnos m¨¢s problem¨¢ticos, amenaz¨¢ndolos con la repetici¨®n de curso e induci¨¦ndolos a irse a la ense?anza p¨²blica.
El resultado final es que en la ense?anza privada se est¨¢ pagando con dinero p¨²blico a un alumnado elegido, perteneciente a las capas m¨¢s favorecidas de la sociedad, que queda as¨ª apartado de los ni?os con m¨¢s dificultades, sociales o de cualquier tipo, que es atendido por la ense?anza p¨²blica. El c¨ªrculo se cierra comparando los resultados (acad¨¦micos y de comportamiento) entre las ense?anzas p¨²blica y privada, obviando la selecci¨®n previa que se ha hecho, para incitar a los padres a que demanden m¨¢s centros privados.
La empresa privada pretende as¨ª quedarse, como en la sanidad, comunicaciones y otros servicios sociales, con la parte m¨¢s rentable, y adem¨¢s subvencionada, dejando al Estado la atenci¨®n de los sectores menos rentables y m¨¢s desfavorecidos.
Para evitar estas discriminaciones, la Junta deber¨ªa imitar el sistema de Catalu?a, donde la Administraci¨®n centraliza las solicitudes de matr¨ªcula y las adjudica a los diferentes centros, en funci¨®n de unos criterios reglamentados, y donde se obliga a que en cada clase, de la privada o la p¨²blica, se reserven tres plazas para alumnos con situaciones especiales de discapacidad, procedentes de minor¨ªas, etc¨¦tera.
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