Historias del pil¨®n del mo?o
La recuperaci¨®n del lavadero p¨²blico y una fuente de Vera refuerzan el recuerdo de su valor como centros de reuni¨®n
RA?CES
El Ayuntamiento de Vera (Almer¨ªa) ha recuperado una de sus joyas singulares, que cumpli¨®, durante casi todo el siglo XX, las funciones de lavadero p¨²blico, am¨¦n de ejercer como centro de relaci¨®n social entre mujeres, desligadas de sus maridos en contadas ocasiones y, en especial, en este rito de la colada. La rehabilitaci¨®n del complejo se completa con la recuperaci¨®n de la Fuente Chica, que culmina un proyecto del Centro de Interpretaci¨®n de la Cultura del Agua, organismo dependiente del Ayuntamiento.
La Fuente de los Cuatro Ca?os o Fuente Chica, cuyos primeros informes datan del siglo XVI, ha visto pasar la historia de Vera en los ¨²ltimos siglos. En este lugar usado como abrevadero se han celebrado tambi¨¦n, a lo largo de varias generaciones, reuniones, fiestas y mercados de ganado.
'Esta fuente no se construy¨® en el mismo nacimiento porque a 500 metros exist¨ªa otra: Fuente Grande. Si se ubic¨® donde est¨¢ hoy es porque debi¨® existir una peque?a alquer¨ªa en el lugar', apunta el historiador Domingo Ortiz, impulsor del Centro de Interpretaci¨®n del Agua, en el que tambi¨¦n ha colaborado el arque¨®logo Lorenzo Cara. Fue en 1902 cuando se a?adi¨® a los ca?os el lavadero tambi¨¦n recuperado y que ahora hace las veces de museo in situ. El recinto que un d¨ªa fue el aut¨¦ntico espacio de ocio y esparcimiento, de charlas y de cantos populares entre mujeres sirve hoy de proyecci¨®n sociocultural y tur¨ªstica para el pueblo como lugar p¨²blico rescatado.
Lo cierto es que quienes vivieron esos a?os en los que la lavadora era un invento a¨²n lejano en la Espa?a posfranquista -el lavadero dej¨® de usarse en los a?os ochenta- todav¨ªa parecen escuchar los gritos, risas y conversaciones de las mujeres en torno a los pilones de piedra. 'Aqu¨ª no ven¨ªan hombres, por supuesto. Pero los ni?os, hasta cierta edad, ten¨ªamos libertad de movimiento', rememora Ortiz, que a¨²n describe las peleas por ocupar la primera o segunda pila, llamada pil¨®n del mo?o.
'Se le llamaba as¨ª porque por ¨¦l hab¨ªa peleas entre las mujeres, al ser el que m¨¢s agua expulsaba. Es de imaginar que se tiraban del pelo o del mo?o. El resto de las pilas ten¨ªa menos agua porque segu¨ªa el recorrido en semic¨ªrculo', apunta. Si por los dos primeros puestos exist¨ªa m¨¢s de un altercado, los dos ¨²ltimos, en una suerte de pacto t¨¢cito entre las amas de casa, eran empleados exclusivamente para lavar la ropa de personas enfermas. 'Era una manera de tomar precauciones en la transmisi¨®n de enfermedades. A nadie se le ocurr¨ªa lavar ropa de gente enferma en otros pilones que no fueran los dos ¨²ltimos', explica el historiador.
Previo al espacio expositivo de los pilones, acompa?ados de fotograf¨ªas de la ¨¦poca y de la historia del lavadero y Fuente Chica, una sala aglutina los elementos relacionados con el agua en los ¨²ltimos siglos, a la vez que propone rutas diversas para descubrirlos por toda la comarca.
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