La Alemania ego¨ªsta de Schr?der
AN?LISIS DEL PROYECTO EUROPEO DE LA SOCIALDEMOCRACIA ALEMANA
El proyecto europeo de Gerhard Schr?der se ha presentado como un salto adelante de tipo federalista. ?No ser¨¢ m¨¢s bien el reflejo de una visi¨®n alemana ego¨ªsta? ?sta es la pregunta que surge al analizar el manifiesto del Partido Socialdem¨®crata (SPD) de Schr?der, hecho p¨²blico el 30 de abril. El documento aboga por la integraci¨®n de la carta de los derechos fundamentales en una futura Constituci¨®n europea. Preconiza la transformaci¨®n de la Comisi¨®n en un aut¨¦ntico Gobierno europeo y pretende ampliar las competencias del Parlamento con la concesi¨®n de plenos poderes presupuestarios, como corresponde a una profesi¨®n de fe federal. Sin embargo, se trata de un proyecto institucional a largo plazo y poco detallado, que ocupa un lugar reducido en el manifiesto.
Las propuestas m¨¢s inmediatas del SPD revelan una Alemania m¨¢s pusil¨¢nime de lo que parece en materia de integraci¨®n europea. El texto propone que vuelvan a nacionalizarse ciertas pol¨ªticas comunitarias en virtud del principio de subsidiariedad: no hacer en Bruselas lo que se pueda hacer igual o mejor en los Estados o las regiones. En efecto, el SPD insiste en que el principio rector de la pol¨ªtica agraria com¨²n (PAC) debe ser la cofinanciaci¨®n por parte de los Estados miembros, de acuerdo con una voluntad siempre presente en Alemania: la de reducir su factura con respecto a Bruselas, especialmente ante la perspectiva de la ampliaci¨®n.
Dicha decisi¨®n no s¨®lo no tendr¨ªa car¨¢cter federal, sino que supondr¨ªa retroceder en una de las escasas pol¨ªticas europeas integradas. ?C¨®mo justificarla? Alemania opina que ya ha quedado atr¨¢s el tiempo en el que Francia, pa¨ªs agrario, necesitaba los subsidios de la PAC como compensaci¨®n de su apertura a los productos industriales alemanes, y que ahora hay que reorientar los cr¨¦ditos hacia otros ¨¢mbitos con m¨¢s futuro. Con ese mismo esp¨ªritu, el SPD pide la renacionalizaci¨®n parcial de las pol¨ªticas estructurales de ayuda a las regiones pobres, oficialmente por motivos de eficacia, pero tambi¨¦n, en realidad, con el fin de reducir sus transferencias financieras, sobre todo hacia Espa?a, pesadilla de los diplom¨¢ticos alemanes.
Solidaridad interregional
Si bien Alemania dispone, dentro de sus fronteras, de un sistema de solidaridad financiera interregional, que permite a todo el mundo tener condiciones de vida equiparables entre unos l?nder y otros, no tiene la menor intenci¨®n de introducir un sistema similar en la casa com¨²n europea.
El texto del SPD no quiere saber nada de la financiaci¨®n de nuevas cargas europeas, sobre todo de ning¨²n impuesto europeo, para organizar una estructura de solidaridad social en Europa, salvo a la hora de pedir una ayuda ad hoc para proteger las regiones fronterizas del Este frente a la competencia de los pa¨ªses candidatos a la ampliaci¨®n. En el manifiesto de Schr?der no se menciona un posible abandono del sacrosanto techo presupuestario europeo, el 1,27% del producto interior bruto.
?La Europa que desea Alemania -menos integradora de lo que parece- tendr¨¢ tendencias desreguladoras, tal como sospecha el primer secretario del Partido Socialista franc¨¦s? Fran?ois Hollande acusa al SPD de querer destruir los servicios p¨²blicos franceses cuando exige la liberalizaci¨®n de los sectores del gas, la electricidad y el correo. La principal intenci¨®n del SPD es protegerse de EDF, que adquiere compa?¨ªas el¨¦ctricas en Alemania, cuando no es posible que haya reciprocidad.
'Los Estados miembros conservan su capacidad de organizarse para garantizar el funcionamiento de los servicios p¨²blicos', escribe el SPD en respuesta a los ataques de la Comisi¨®n, que persigue, desde hace a?os, las subvenciones insidiosas de los l?nder a bancos de propiedad p¨²blica y cajas de ahorros. Alemania es un pa¨ªs apegado a los servicios p¨²blicos, pero el texto del SPD elogia el modelo alem¨¢n de subvenciones regionales frente a las de ¨¢mbito nacional, como en Francia.
Por el contrario, en otros terrenos, como la seguridad interior y exterior, el SPD propone un aut¨¦ntico salto hacia el federalismo: en concreto, exige el fortalecimiento de Europol y una pol¨ªtica com¨²n de seguridad de las fronteras para luchar contra el crimen organizado.
Soldados a Kosovo
Despu¨¦s del trauma de la guerra de Kosovo, que demostr¨® que los europeos eran incapaces de construir la paz en su propio territorio, el objetivo es convertir la Uni¨®n en una Europa potencia en este campo. Pero tambi¨¦n lo es que Alemania reconquiste un poder que perdi¨® en 1945. Si no quiere asustar a sus socios -teniendo en cuenta su pasado-, eso s¨®lo lo puede hacer a trav¨¦s de Europa. Y se trata de una aspiraci¨®n que sigue siendo semifederal. Alemania envi¨® un contingente de soldados a luchar en Kosovo, pero sigue siendo el farolillo rojo de los gastos militares en Europa. Se burla de la potencia nuclear de Francia, pero rechazar¨ªa cualquier alianza que le obligase a compartir una responsabilidad en este ¨¢mbito, en el que la protecci¨®n norteamericana debe seguir siendo primordial.
Por ¨²ltimo, la reforma de las instituciones propuesta por Schr?der debe servir para permitir una Europa m¨¢s democr¨¢tica. Ahora bien, m¨¢s democracia, en el proyecto, significa pasar por Estrasburgo, donde Alemania, el pa¨ªs m¨¢s poblado, env¨ªa el mayor n¨²mero de representantes y en el que se construyen las mayor¨ªas. Es decir, todo ello acaba por desenbocar en un aumento de los poderes alemanes. No es una aspiraci¨®n ileg¨ªtima; es normal, en una federaci¨®n, tener en cuenta el peso demogr¨¢fico de un pa¨ªs. Lo que molesta es que Alemania, primera potencia de Europa, desee una federaci¨®n en la que tendr¨ªa m¨¢s poder, pero se niega a asumir la responsabilidad -para empezar, econ¨®mica- que corresponde al mayor miembro de una comunidad heterog¨¦nea.
Schr?der tiene el m¨¦rito de haber elevado el debate sobre el futuro europeo y haber invitado a Francia a responder.
? Le Monde
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