A un dedo del t¨ªtulo
El Madrid gana con justicia y muchas ocasiones a un Rayo en p¨¦simo estado
Como si estuviera por la labor de dar alguna emoci¨®n al t¨ªtulo, el Madrid se hizo el interesante y gan¨® en Vallecas con un gol de Guti, sin aprovechar el fest¨ªn de oportunidades que tuvo durante todo el partido, y muy especialmente en el segundo tiempo. Keller, que se comi¨® el gol en un fallo colosal, desvi¨® un sinf¨ªn de remates, todos en situaciones extremas, con los delanteros madridistas a un palmo del gol. Pero nada. Ni Guti, ni Ra¨²l, ni Figo se decidieron a ultimar un encuentro que se le acab¨® complicando al Madrid por sus carencias en el juego a¨¦reo y por su dificultad para entender que aquello s¨®lo necesitaba un rondo. Le falt¨® inteligencia y permiti¨® el cuerpo a cuerpo, asunto peligroso en Vallecas, donde el Rayo se conoce todos los rincones de su peque?o campo. Sobrevivi¨® a los errores de los delanteros madridistas y a la expulsi¨®n de Helder, de modo que se busc¨® la vida y estuvo a punto de lograr el empate. El palo rechaz¨® una preciosa vaselina de M¨ªchel y C¨¦sar se gan¨® el sueldo en dos intervenciones magn¨ªficas. Todo eso porque a su equipo no se le ocurri¨® ganar el partido cuando debi¨®.
RAYO VALLECANO 0| REAL MADRID 1
Rayo Vallecano: Keller; Alc¨¢zar (Bolic, m. 58), Ballesteros, De Quintana, Mingo, Mauro (Poschner, m. 81), Helder, Quevedo, M¨ªchel; Luis Cembranos (Glaucio, m. 81); y Bolo. Real Madrid: C¨¦sar; M¨ªchel Salgado, Iv¨¢n Campo, Karanka (Geremi, m. 80), Roberto Carlos; Celades, Makelele; Figo, McManaman (Flavio Conceicao, m. 65); Savio (Ra¨²l, m. 59) y Guti. Goles: 0-1. M. 39. Falta lejana que lanza con fuerza Roberto Carlos hacia el palo derecho de la meta de Keller, que no consigue atajar la pelota y Guti, aprovech¨¢ndose del rechace corto del portero, fusila desde cerca. ?rbitro: Daud¨¦n Ib¨¢?ez. Amonest¨® con tarjeta amarilla a los rayistas Mauro, Ballesteros, De Quintana y Mingo y a los madridistas McManaman y M¨ªchel Salgado. Expulso por doble amonestaci¨®n a Helder (m. 52). Lleno por primera vez en la temporada en el Teresa Rivero. Unos 15.500 aficionados, buena parte de ellos seguidores del Real Madrid.
El Madrid se mostr¨® bastante recuperado con respecto a los ¨²ltimos partidos. Jug¨® con frescura y busc¨® el gol con rapidez y buen manejo. En todo eso fue infinitamente superior al Rayo, equipo predecible donde los haya, sostenido por los pelotazos de sus defensas. Juego de porcentaje se llama a eso. Ya se sabe que siempre hay un rechace aprovechable, un mal despeje, una falta al borde del ¨¢rea. De eso vive el Rayo, y se le ve much¨ªsimo. Al Madrid le cre¨® algunos problemas en el juego a¨¦reo, donde la ausencia de Hierro fue crucial. Por si acaso puede agradecer la actuaci¨®n de C¨¦sar, que descolg¨® varios centros y que protagoniz¨® una acci¨®n espectacular en el arranque del partido. Quevedo lleg¨® como un tren por el segundo palo y cabece¨® con tanta potencia un centro desde la derecha que parec¨ªa gol o gol. Pero C¨¦sar lo evit¨® con un despeje sensacional.
As¨ª arranc¨® el Rayo, y despu¨¦s no se supo nada m¨¢s. El Madrid comenz¨® a jugar con criterio, a trav¨¦s de Celades, que jug¨® francamente bien, sin la timidez de costumbre, dando aire a los pases, como un buen medio centro. Por primera vez en muchos partidos, el Madrid ten¨ªa asegurado el control del juego. Makelele no ayudaba demasiado y McManaman mucho menos, pero Celades se bastaba para dirigir las operaciones. En la punta, Savio amenazaba m¨¢s que Guti con regates y picard¨ªa. Se le ve¨ªa optimista y juguet¨®n, a pesar de la amenazante presencia de Ballesteros, un central que no encuentra patada que no le gusta. Ballesteros estuvo caciqueando todo el partido, por si la intimidaci¨®n val¨ªa de algo, con la venia del ¨¢rbitro, un incompetente que sac¨® de quicio a todo el mundo.
El gol lleg¨® en el primer tiempo y se reparti¨® entre Roberto Carlos, Keller y Guti. El lateral lanz¨® con dureza un tiro libre que no agarr¨® el portero. La pelota qued¨® suelta y por all¨¢ surgi¨® Guti para rendir otro excelente servicio a su equipo. Aprovech¨® el rebote y marc¨®. Luego fallar¨ªa todas y cada una de sus ocasiones, que fueron muchas y muy claras. Pero eso ocurri¨® cuando al Madrid le dio por desatender sus obligaciones frente al gol, y eso que el t¨ªtulo estaba en juego.
Su autoridad en el segundo tiempo fue mayor cuando el Rayo contaba con todos los jugadores. Por estas cosas raras del f¨²tbol, el Madrid se meti¨® en el charco con la expulsi¨®n de Helder. El t¨¦cnico del Rayo puso a Bolic junto a Bolo, desabasteci¨® la defensa y se jug¨® el partido al intercambio de oportunidades. El Madrid se ofusc¨® en las llegadas y tambi¨¦n en la manera de jugar. No distribuy¨® el bal¨®n con paciencia excepto cuando Celades se encargaba del asunto. Prefiri¨® llegar con toda la caballer¨ªa, aun sabiendo que dejaba a sus defensas en situaciones de mano a mano con Bolic y Bolo. No pareci¨® la medida m¨¢s inteligente del mundo. Pudo pagarlo y complicarse la Liga, pero C¨¦sar hizo para el Madrid lo que Keller para el Rayo: desbaratar todos los remates y contribuir decisivamente a una victoria que pone a su equipo a las puertas del cielo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.