El Deportivo prolonga la intriga
Tres goles de Trist¨¢n hunden al Oviedo y alimentan la esperanza del equipo coru?¨¦s
Agarrado a la precisi¨®n de un maravilloso Diego Trist¨¢n, el Deportivo cort¨® su mala racha fuera de casa y evit¨® que la Liga se despidiese ayer con un portazo. No fue un triunfo f¨¢cil para el grupo de Irureta, que cay¨® en la trampa de sentirse ganador antes de tiempo y acab¨® padeciendo un suplicio ante un Oviedo que se jugaba la vida. La imagen final del choque hasta cont¨® con su apunte ¨¦pico, cuando Donato tuvo que ponerse bajo los palos tras la expulsi¨®n de Molina. As¨ª y todo, el Depor supo resistir y prolong¨® la incertidumbre sobre el desenlace del campeonato.
Qu¨¦ equipo tan desconcertante es el Deportivo. Tiene d¨ªas de una grandeza insuperable y otros en los que se empeque?ece por voluntad propia. Es capaz de las mayores heroicidades y tambi¨¦n de darse a la m¨¢s exasperante indolencia.Para confirmar su apego a las m¨¢scaras y a los rostros enga?osos, el Deportivo ha vuelto a aparecer en la Liga cuando menos se esperaba, cuando ya todo el mundo consideraba una quimera la simple posibilidad de acercarse al primer puesto. En las cinco ¨²ltimas jornadas s¨®lo hab¨ªa logrado un punto fuera de casa y ayer fue a resucitar en un estadio que se da muy mal a los visitantes. Otras paradojas: al Depor lo llev¨® a la victoria el m¨¢s voluble de sus futbolistas y el que mejor encarna la doble vida del equipo. Diego Trist¨¢n, quien hasta ayer nunca hab¨ªa marcado fuera de casa, se fue del Tartiere con tres goles.
OVIEDO 2| DEPORTIVO 3
Oviedo: Esteban; Gaspar (Rub¨¦n, m. 90), Danjou (Pablo Su¨¢rez m. 50), Boris, Rabarivony; Onopko; Paunovic, Jaime (Geni, m. 68), Tomic, Iv¨¢n Ania; y Oli. Deportivo: Molina; M. Pablo, C¨¦sar, Donato, Romero; Mauro Silva (Emerson m. 60), Valer¨®n (Helder m. 79), Fran; V¨ªctor;Makaay y Diego Trist¨¢n (Scaloni m. 73). Goles: 0-1. M. 16. C¨®rner que cabecea Diego Trist¨¢n en el primer palo. 0-2. M. 21. Pelotazo de Donato hacia Diego Trist¨¢n, que avanza hasta el v¨¦rtice del ¨¢rea y cruza el bal¨®n. 1-2. M. 54. Centro de Paunovic que cabecea a gol Jaime. 1-3. M. 58. Error de Pablo Su¨¢rez, que entrega a Trist¨¢n, ¨¦ste avanza hasta el borde del ¨¢rea, donde conecta un gran disparo que entra pegado al palo. 2-3. M. 71. Falta sobre el ¨¢rea del Deportivo, que cabecea Oli hacia el centro, donde remacha Paunovic. ?rbitro: Fern¨¢ndez Mar¨ªn. Expuls¨® a Molina (m. 83) por doble amonestaci¨®n y mostr¨® tarjetas amarillas a Oli, C¨¦sar, Mauro Silva, Scaloni y Makaay. Unos 28.000 espectadores en el Tartiere.
El partido tuvo m¨¢s goles que f¨²tbol, y el nombre de Trist¨¢n qued¨® inscrito por todas partes. El delantero pertenece a esa clase de tipos invisibles, que est¨¢n cuando no parecen estar, que se desplazan con sigilo a la espera del momento propicio para iluminarse de s¨²bito y deslumbrar al contrario. Trist¨¢n apareci¨® en el Tartiere en los momentos en que su equipo m¨¢s lo necesitaba y cabalgando sobre sus goles, el Deportivo se llev¨® la victoria sin necesidad de mucho f¨²tbol. Adem¨¢s, no fueron unos goles cualquiera. Todos tuvieron un toque de distinci¨®n: el modo de anticiparse para cabecear en el primero, el bal¨®n cruzado ante la salida de Esteban en el segundo y el imponente trallazo pegado al palo en el tercero. El an¨¢lisis de la temporada de Trist¨¢n volver¨ªa loco al m¨¢s fino de los psic¨®logos. Su pereza y su vedettismo le han granjeado la hostilidad del p¨²blico y la severidad del entrenador. Pero los estallidos de su enorme calidad han dejado para el recuerdo unos cuantos goles maravillosos.
Hasta que Trist¨¢n apareci¨® por vez primera, rebasado el cuarto de hora, casi nada digno de menci¨®n hab¨ªa ocurrido en el Tartiere. Irureta sac¨® un equipo m¨¢s pelotero que nunca y con la originalidad t¨¢ctica de trasladar a V¨ªctor de la derecha hacia al centro para situarse de media punta y de paso tapar a Onopko. El Depor consigui¨® su objetivo de entorpecer la salida del bal¨®n en el Oviedo, al que se vio desde un principio tenso y agobiado por las penosas circunstancias que le afligen. El Depor jug¨® con soltura, pero no apret¨® demasiado. Tampoco lo necesit¨® porque all¨ª estaba Trist¨¢n, quien a los veinte minutos hab¨ªa puesto dos goles en el marcador y encrespado los nervios de la afici¨®n del Oviedo, empapada de fatalismo por la situaci¨®n de su equipo.
La facilidad con que el Depor arruin¨® la tarde al Oviedo se volvi¨®, sin embargo, contra el equipo de Irureta, que cambi¨® de disfraz a mitad de funci¨®n. Los blanquiazules dieron el partido por ganado con m¨¢s de una hora por delante, recogieron los b¨¢rtulos y se repantigaron en su ¨¢rea. Creyeron que as¨ª iban a vivir m¨¢s c¨®modos y lo que lograron fue abocarse al sufrimiento. El Oviedo tir¨® de Paunovic y de la determinaci¨®n propia de quien lucha por salvar la vida. Entonces se vio que el partido no estaba tan acabado como pretend¨ªa el conjunto de Irureta. Pero el Oviedo fue v¨ªctima de sus aprensiones. La ansiedad le embot¨® la mente y estrope¨® sus buenos prop¨®sitos. Le falt¨® la frialdad necesaria para culminar sus ocasiones y, cuando hab¨ªa logrado acortar distancias, dio otra concesi¨®n imperdonable a Trist¨¢n. Ni as¨ª cej¨® el Oviedo, que volvi¨® a cazar otro gol en un cabezazo y so?¨® de nuevo con torcer su destino. La esperanza renaci¨® en el Tartiere cuando, a falta de cinco minutos, Molina fue expulsado y, con los tres cambios ya hechos, Donato tuvo que hacer su en¨¦simo sacrificio y ponerse bajo la porter¨ªa. Una situaci¨®n extrema que parad¨®jicamente no vino tan mal al Deportivo. Obligado a alejar el bal¨®n de su ¨¢rea, el cuadro de Irureta llev¨® el choque unos metros m¨¢s arriba, dej¨® al Oviedo a las puertas del infierno y retras¨® el desenlace de la Liga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.