El Ayuntamiento de Barcelona prepara un proyecto para ceder a los vecinos la tutela de ancianos que viven solos

Los peque?os servicios cotidianos que un vecino puede prestar a un anciano o anciana que viven solos -comprarle el pan o pedirle unas recetas a su m¨¦dico de cabecera, por ejemplo- constituyen un indiscutible complemento a la tarea que los trabajadores sociales o los voluntarios ejercen en favor de este colectivo. Partiendo de esta premisa, la concejal¨ªa de Bienestar Social del Ayuntamiento de Barcelona redacta un proyecto, que pretende impulsar junto a otras ciudades europeas como Mil¨¢n, Estocolmo y Copenhague, para fomentar entre los vecinos la tutela y la vigilancia de los ancianos que viven solos. 'Se trata de formalizar y organizar unas relaciones de buena vecindad que ya se est¨¢n dando con mucha frecuencia en pueblos y ciudades peque?as, y en menor medida en las grandes capitales', se?ala la concejal de Bienestar Social del Ayuntameinto de Barcelona, N¨²ria Carrera. El proyecto, que Carrera pretende poner en marcha antes de finalizar el a?o en uno o m¨¢s distritos de la ciudad, se coordinar¨ªa y supervisar¨ªa desde las asociaciones de vecinos u otras entidades pr¨®ximas a la poblaci¨®n.

Los vecinos que se comprometan a ayudar a un anciano recibir¨¢n alg¨²n tipo de compensaci¨®n, a¨²n por determinar. 'Lo que s¨ª es seguro es que se les pagar¨¢n los gastos, como el transporte, que les genere la prestaci¨®n de los servicos al anciano', se?ala Carrera. Los vecinos ejercer¨ªan tambi¨¦n un papel de 'vigilantes' y advertir¨ªan al Ayuntamiento cuando el estado del anciano hiciera necesarios otros recursos para atenderle. 'Se trata de permitir que los ancianos que deseen envejecer en su casa puedan hacerlo el m¨¢ximo de tiempo posible, hasta que el ingreso en un geri¨¢trico sea imprescindible', se?ala la concejal de Bienestar Social. En la ciudad italiana de Mil¨¢n, donde ya se ha ensayado una experiencia similar, los resultados han sido muy positivos, seg¨²n esta concejal.

N¨²ria Carrera destaca que el proyecto no pretende sustituir a los trabajadores sociales ni al voluntariado, sino s¨®lo complementar su trabajo. Las ciudades que se adhieran al proyecto -adem¨¢s de Mil¨¢n, Estocolmo y Copenhague, se han interesado por la iniciativa Rotterdam y Helsinki- pedir¨¢n conjuntamente una subvenci¨®n a la UE.

Seg¨²n los datos del Ayuntamiento de Barcelona, en esta ciudad viven 311.000 personas mayores de 65 a?os. De ellas, 66.000 viven solas y un 80% son mujeres. Los estudios realizados para conocer las necesidades de este colectivo revelan que un 8,8% necesitan ayuda para su cuidado personal y un 13,6% para realizar tareas cotidianas.