2.903 toxic¨®manos han utilizado la 'narcosala' en su primer a?o de vida
Las cabinas de venopunci¨®n se usaron 117 veces diarias en abril
El uso de la narcosala se ha ido incrementando progresivamente. De mayo a octubre de 2000, el n¨²mero de atenciones mensuales no super¨® las 1.900, y cada d¨ªa las cabinas de inyecci¨®n se utilizaban en unas 20 ocasiones. Pero en noviembre y diciembre el nuevo servicio fue calando entre los toxic¨®manos habituales de Las Barranquillas, y en enero, cuando la sala empez¨® a abrir 24 horas al d¨ªa, los datos dieron un vuelco: se registraron 8.514 atenciones al mes y las cabinas se usaron m¨¢s de cien veces diarias. En estos 12 meses, el n¨²mero de atenciones ha sido de 50.987 y 19.261 las venopunciones (inyecciones de droga intravenosas).
El consejero de Sanidad, Jos¨¦ Ignacio Ech¨¢niz, considera que el servicio, atendido por 35 profesionales y gestionado por la empresa Centro de Orientaci¨®n, Consultas y Apoyo Social (COCAS) con un presupuesto anual de 223 millones de pesetas, 'ha cumplido con creces los objetivos para los que se cre¨®'. Entre los proyectos para este a?o est¨¢ abrir junto a la narcosala un albergue y un centro donde los toxic¨®manos puedan comer caliente, ducharse y lavar la ropa.
Sin embargo, el diputado del PSOE-Progresistas, Eduardo S¨¢nchez-Gatell, tacha de 'propagand¨ªsticos' los datos que la Comunidad da sobre la narcosala. 'Decir que se han contabilizado no s¨¦ cuantas inyecciones no tiene sentido, lo que hay que medir es el n¨²mero de drogodependientes que usan la sala sistem¨¢ticamente y que han dejado la calle', afirm¨® ayer, seg¨²n Efe.
El centro naci¨® para reducir los riesgos de sobredosis, contagios e infecciones entre los drogodependientes de Las Barranquillas, el mayor hipermercado de la droga de Madrid, donde, seg¨²n datos policiales, acuden cada d¨ªa unas 4.000 personas a conseguir estupefacientes. La narcosala ofrece a los toxic¨®manos la posibilidad de inyectarse en cabinas limpias, facilit¨¢ndoles material de inyecci¨®n nuevo (jeringuillas, ¨²tiles para hacer la mezcla), aconsej¨¢ndoles para que no se pinchen en zonas de riesgo como el cuello y atendi¨¦ndoles si sufren una reacci¨®n adversa.
Otro objetivo del local es acercar la red de asistencia social y sanitaria a los toxic¨®manos m¨¢s alejados de ella. No s¨®lo se atienden sobredosis y otras reacciones al consumo de drogas (cuadros psic¨®ticos, taquicardias), tambi¨¦n se curan abcesos, bronquitis o heridas. Por su parte, los trabajadores sociales est¨¢n atentos a las necesidades de los usuarios y, si ellos lo solicitan, les derivan a albergues o centros de atenci¨®n de toxicoman¨ªas.
N¨²meros identificativos
Para acceder al dispositivo no hace falta acreditarse: cada usuario tiene un n¨²mero identificativo y, si quiere, da tambi¨¦n un nombre. Luego, con el trato, hay drogodependientes que aportan m¨¢s datos sobre su vida. Est¨¢ prohibido el acceso a los menores y a quienes lleven armas.
Jos¨¦ Manuel L¨®pez Baviano, un trabajador social del centro, explicaba ayer que se han encontrado con toxic¨®manos que se acercaban a ellos 's¨®lo por estar con alguien que no hable todo el rato de pillar'. 'Hay drogodependientes que llevan dos a?os sin salir de Las Barranquillas', asegur¨®, refiri¨¦ndose a los machacas (esclavos de los traficantes a cambio de papelinas).
De unos 200 drogodependientes que han aceptado dar sus datos al equipo de la sala, el 15% son machacas, el 42% carece de hogar, el 25% vive de la mendicidad y el 37% trabaja. El 45% asegura inyectarse coca¨ªna, el 18% hero¨ªna y el 36% ambas sustancias mezcladas. I?aki Arrieta, m¨¦dico del servicio, sostiene que, de las 157 sobredosis tratadas, 'la mayor¨ªa hubieran acabado en muertes de no ser atendidas'. El 93% de esas reacciones adversas al consumo se produjeron fuera de la narcosala. Neumon¨ªas, deshidrataciones y alteraciones del sue?o son algunos problemas sanitarios habituales.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.