M¨¢s sobre Marruecos

En respuesta a una extensa carta del se?or embajador de Marruecos en Espa?a, publicada en esta secci¨®n el d¨ªa 17 de mayo, con 'el fin de permitir un mejor conocimiento' de su pa¨ªs, quisiera centrarme en uno de sus puntos y hacerle las siguientes consideraciones:

Fui soldado del Ej¨¦rcito espa?ol en 1974-1975, destinado en El Aai¨²n (S¨¢hara occidental espa?ol).

Fui testigo presencial del recibimiento que los saharauis depararon, a lo largo de toda la primera misi¨®n de la ONU en 1975, a lo largo de toda la carretera que une el aeropuerto con la ciudad y detr¨¢s de las alambradas de espino colocadas por el Ej¨¦rcito.

Y le puedo constatar rotundamente dos cosas:

Primera, que el Polisario exist¨ªa p¨²blicamente en 1974. O si no, preg¨²nteles a los legionarios o a cualquier militar de los entonces presentes.

Segunda, que jam¨¢s hab¨ªa experimentado una sensaci¨®n tan grata e intensa al ver c¨®mo, en la llegada de los delegados de la ONU, una infinidad de saharauis ondeaban cientos de banderas 'polisarias' (las suyas), proclamando su existencia y exigiendo la independencia que les hab¨ªan prometido, y las mujeres llenando el desierto con el ulular trepidante de sus voces.

Decir lo contrario es negar la evidencia, y usted la niega tratando de confundir a los lectores y aprovech¨¢ndose de la tribuna que se le brinda.

La opini¨®n p¨²blica espa?ola conoce demasiado bien sus 'buenos oficios' y las 'ganas' que tienen de impulsar el refer¨¦ndum sobre la anexi¨®n o autodeterminaci¨®n del S¨¢hara.

Se?or embajador de Marruecos, usted sabe muy bien que las verdades a medias son peores que las mentiras, aunque m¨¢s costosas de elaborar, pero su carta est¨¢ llena de simples mentiras.