Decenas de desaparecidos bajo los escombros en Jerusal¨¦n
La polic¨ªa de tiene a ocho personas por el desplome de una sala de fiestas con decenas de muertos
La polic¨ªa israel¨ª anunci¨® ayer la detenci¨®n de ocho personas para interrogarles sobre el estado del inmueble y las ¨²ltimas reformas realizadas en ¨¦l. Se trata de los cuatro propietarios del edificio, dos constructores, un ingeniero y otro responsable de la construcci¨®n.
'Est¨¢bamos bailando, el techo se vino abajo y empez¨® a caer gente sobre nosotros', trataba de explicar balbuceante David, uno de los invitados a la boda, superviviente de la planta cuarta, mientras sal¨ªa de entre los escombros.
La ciudad hab¨ªa pasado la noche en vela, despierta ante las pantallas de televisi¨®n, reviviendo la peor cat¨¢strofe civil de la historia de Israel. Las ambulancias no pararon de ir y venir, haciendo sonar sus sirenas, desde el barrio industrial de Talpiot, a medio camino hacia Bel¨¦n, hasta los hospitales cercanos.
A esa hora, las autoridades ten¨ªan ya en sus manos los primeros dict¨¢menes oficiales que aseguraban que el edificio se hab¨ªa desplomado por problemas t¨¦cnicos, ocasionados por su defectuosa construcci¨®n y la endeblez de los materiales usados en ella. El desplome se inici¨® en la pista de baile de la planta quinta, al sonar la primera canci¨®n de la noche, mientras centenares de personas se concentraban en un mismo lugar. Como si se tratara de un castillo de naipes, el suelo de la cuarta planta se desplom¨® sobre la inferior, as¨ª sucesivamente hasta llegar al nivel de la calle.
Uno de los propietarios de la sala de fiestas, Meir Balilti, confirm¨® las conjeturas de los t¨¦cnicos, al confesar que cuatro meses atr¨¢s hab¨ªa hecho importantes obras de reforma en el local para aumentar su capacidad. Record¨® haber dado orden de suprimir cuatro columnas de la planta baja, lo que, unido a la fragilidad de las vigas empleadas, facilit¨® el hundimiento del suelo. Baliliti confes¨® que las obras carec¨ªan de permiso municipal.
Los servicios de rescate aseguran que debajo de los escombros siguen atrapadas decenas de personas. Se especula que podr¨ªan ser un centenar. Pero nadie lo sabe con certeza.
El ministro del Interior asegura que su departamento investigar¨¢ inmediatamente las causas del accidente, as¨ª como las supuestas denuncias registradas hace dos semanas de que el suelo de la tercera planta 'temblaba', o la m¨¢s reciente de que unos trabajos de mejora en la segunda planta hab¨ªan da?ado estructuralmente el edificio. La cadena de responsabilidades amenaza con salpicar al alcalde de la ciudad, Ehud Olmert, uno de los barones del partido nacionalista Likud, responsable de los servicios de inspecci¨®n y urbanismo de Jerusal¨¦n. En voz baja se empieza a hablar de corrupci¨®n.
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