La retirada del puntillero

Se retirar¨¢ el d¨ªa de la pr¨®xima corrida de Beneficencia -la m¨¢s importante de Espa?a, seg¨²n ¨¦l- despu¨¦s de apuntillar miles de toros, sobre todo en la plaza de Las Ventas. Se llama Antonio Medina Garc¨ªa y empez¨® el oficio hace 55 a?os en el viejo matadero del pueblo de Canillas, hoy barrio de Madrid, en el que su padre era tambi¨¦n matarife.

Ya en los tiempos del legendario Agapito, Medina le hizo las sustituciones y ahora lleva 20 a?os seguidos de puntillero en Madrid. Por su mano han pasado casi todos los toros, los de los triunfos y los fracasos, aunque ¨¦l cree que de estos ¨²ltimos ¨¦l no ha tenido casi nunca la culpa. 'Nunca he levantado un toro importante', aunque alguno se le ha resistido. A un toro de Juan Mora hace cuatro o cinco a?os le dio 10 o 12 puntillazos y no hab¨ªa forma de acabar con ¨¦l. Tampoco el matador pod¨ªa descabellarlo. Al final record¨® la ense?anza de su padre y lo apuntill¨® por la oreja, como a los caballos del Ej¨¦rcito. En el post m¨®rtem, el veterinario vio que el toro ten¨ªa los huesos de la muerte anudados por una fractura anterior.

Medina nunca quiso ser torero; s¨®lo puntillero. Paco Parejo le inici¨® en los secretos de la plaza de Las Ventas y -por tanto- a aprovechar la experiencia del comportamiento del toro en la lidia para saber c¨®mo rematarlo eficazmente. A ¨¦l le gusta dar la puntilla por delante, como los valientes, y sin ut¨ªlizar recursos baratos.

El oficio del que ¨¦l se siente orgulloso no ve que haya mucha posibilidad de aprenderlo en el futuro. Desde que la Uni¨®n Europea decret¨® la prohibici¨®n de la puntilla tradicional (sustituida por pistola de bala recuperable), ni hay puntilleros en los mataderos ni los j¨®venes toreros pueden ir a practicar con el descabello. Tal vez eso sea la clave de tanta oreja malograda por el uso infame del verduguillo.

Doce mil pesetas por apuntillar dos toros o diez mil por dos novillos es lo que le pagan los toreros directamente al puntillero cuando no usan al tercer pe¨®n de la cuadrilla. La empresa le paga una cantidad simb¨®lica como puntillero oficial de la plaza. Los toreros pagan lo estipulado y nada m¨¢s. 'El ¨²nico que me dio una propina fue Ruiz Miguel el d¨ªa de su retirada', confiesa Medina.

Apuntillar un toro que a¨²n est¨¢ en pie desde un burladero, por dificultosa devoluci¨®n a los corrales o por estar inutilizado, es haza?a que el p¨²blico valora mucho, y Antonio Medina, poco. 'Lo importante es hacerlo bien y por derecho, aunque el toro est¨¦ d¨ªficil'.

El Rey le suele preguntar desde la barrera por su labor, por la recuperaci¨®n de su brazo roto y hasta por la parienta. Los toreros le han tratado con afecto de compa?eros todos estos a?os. Cuando se retire, se le agolpar¨¢n los mil recuerdos de tantas tardes de riesgo. ?El m¨¢s querido? Sin duda, el rematar bien dos novillos el d¨ªa en que sali¨® por la puerta grande Miguel Cubero, ahora banderillero de Jos¨¦ Tom¨¢s y yerno de Antonio Medina.

Antonio ?lvarez-Barrios es periodista.