Una banda nazi y otra ¨¢crata pelean en Majadahonda desde hace un mes

El alcalde de la localidad, Guillermo Ortega (PP), indica que no tiene constancia de ninguna denuncia, mientras que Antonio Morales, portavoz del PSOE, pide que se convoque la Junta Local de Seguridad para evitar males mayores. A la Guardia Civil no le consta la existencia de 'bandas estructuradas' en la localidad, seg¨²n un portavoz.

En Majadahonda permanece vivo el recuerdo del asesinato de Fernando Bertol¨¢, de 20 a?os, en junio de 1997. El a?o pasado, el Tribunal Supremo ratific¨® la condena de 17 a?os y seis meses que impuso la Audiencia de Madrid a Antonio de Lucas Andreu, El Mechinas, por el asesinato de Bertol¨¢. De Lucas le mat¨® de una cuchillada en el coraz¨®n durante una 'absurda' discusi¨®n entre dos grupos de j¨®venes acerca de qui¨¦n de ellos deb¨ªa ceder el paso al otro en una acera.

Los problemas actuales se iniciaron hace un mes cuando las dos pandillas rivales se encontraron en el centro comercial Tutti, situado en pleno casco urbano. Un testigo relat¨® c¨®mo all¨ª comenzaron los insultos y los conatos de pelea que m¨¢s tarde continuaron en un bar de la Gran V¨ªa. Como venganza, uno de los grupos rompi¨® los cristales de una tienda de juegos de rol que pertenec¨ªa al padre de uno de los participantes en la pelea. Pero los problemas no acabaron ah¨ª. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, dos chicos del Instituto Leonardo da Vinci tuvieron un altercado en el colegio. Los compinches de uno de ellos intentaron entrar para vengar a su amigo, por lo que la gerencia del centro se vio obligada a reclamar la presencia de la polic¨ªa.

Marta Gonz¨¢lez, miembro del Consejo Escolar del instituto, confirma que la pelea que se produjo en el centro escolar fue consecuencia de una reyerta ocurrida en fin de semana. 'No son peleas espont¨¢neas, es un enfrentamiento cr¨®nico entre los dos grupos', manifiesta preocupada. 'La soluci¨®n no es expulsar a los chicos. El ministerio tendr¨ªa que desarrollar programas para prevenir estas situaciones porque los docentes no tienen las herramientas para tratar el problema. Son profesores de lengua, de matem¨¢ticas, no psic¨®logos'.

Paloma, una vecina de la localidad con hijos adolescentes, dice que ¨²ltimamente no vive. Para ella, el problema no es una cuesti¨®n de bandas, sino que son grupos de nazis los que molestan continuamente a otros chicos. Explica que los chavales normales est¨¢n hartos de los grupos nazis, ya que no pueden estar tranquilamente en la calle. 'Vivo en un bajo y mi hijo me ha llegado a pedir las llaves de casa para entrar por el garaje, porque le daba miedo entrar por el portal', declara.