El fin de la ocupaci¨®n americana
El desmantelamiento de Radio Liberty permitir¨¢ recuperar 24 hect¨¢reas de terreno en primera l¨ªnea de mar en Pals
La Costa Brava est¨¢ en deuda con la guerra fr¨ªa y los esp¨ªas de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA). El enfrentamiento entre las superpotencias sovi¨¦tica y americana en los a?os cincuenta impuls¨® a esta ¨²ltima a levantar el centro emisor m¨¢s potente del mundo. Fueron los agentes de la CIA quienes escogieron un paraje de Pals como el m¨¢s id¨®neo para bombardear a los comunistas con su propaganda capitalista. Los 44 a?os de ocupaci¨®n costera, durante los cuales los vecinos vieron como sus primeros temores a los misiles sovi¨¦ticos eran sustituidos por el miedo a las radiaciones electromagn¨¦ticas, han dejado un legado nada desde?able en la masificada Costa Brava: m¨¢s de 34 hect¨¢reas sin urbanizar en primera l¨ªnea de mar.
'Seguro que el paraje no permanecer¨ªa virgen si no hubieran venido los americanos', reconoce el alcalde de Pals, Joan Silvestre, de CiU. La reciente noticia del abandono de las instalaciones por parte de la empresa International Broadcasting Bureau (IBB), que con el nombre comercial de La Voz de Am¨¦rica absorbi¨® a la originaria Radio Liberty, ha cogido a todos por sorpresa, incluido al Gobierno espa?ol, propietario de los terrenos. Los americanos firmaron hace escasamente un a?o la renovaci¨®n de un convenio que les hubiera permitido usar las instalaciones durante otros 16 a?os. Los cambios pol¨ªticos operados en los ¨²ltimos a?os en la Europa del Este, la necesidad de abaratar costes y la escasa operatividad que ofrec¨ªan las actuales instalaciones parecen factores decisivos para que La Voz de Am¨¦rica abandone Pals.
De momento, el Gobierno ha optado por el silencio sobre el futuro de las instalaciones. Fuentes oficiales del Ministerio de Ciencia y Tecnolog¨ªa han eludido ofrecer cualquier tipo de explicaci¨®n ante la reiterada petici¨®n de desmantelamiento de las monumentales antenas efectuada por el consistorio y los colectivos ecologistas. Esa prudencia extrema se atribuye al hecho de que, a falta de un estudio que certifique la inoperancia de antenas e instalaciones, el Gobierno no ha descartado utilizarlas para otros fines.
El plan general del municipio de Pals prev¨¦ que un 10% del total del suelo recuperado pueda ser recalificado para usos urban¨ªsticos. El alcalde explica que una parte de los terrenos servir¨ªa para ampliar el campo de golf y el resto dar¨ªa paso a una urbanizaci¨®n de m¨¢s de 200 viviendas. 'En ning¨²n caso se urbanizar¨ªa la primera l¨ªnea de mar, en la que se pretende dar continuidad al paseo mar¨ªtimo que qued¨® interrumpido por la ocupaci¨®n costera', explica Silvestre. Este paseo, con chiringuitos, aseos y duchas, ocupar¨ªa el kil¨®metro y medio de costa al que actualmente s¨®lo se puede acceder por la orilla de la playa. Estos planes urban¨ªsticos, criticados por la oposici¨®n, se sustentan en la convicci¨®n de que un 90% de los terrenos debe ser cedido obligatoriamente al consistorio. No obstante, Silvestre destaca que parece que se quiera prolongar el secretismo que ha envuelto siempre a las instalaciones. 'Nadie nos ha informado de nada, nos enteramos de la marcha de nuestro inquilino por los peri¨®dicos y suponemos que tarde o temprano alguien deber¨¢ ponerse en contacto con nosotros', explica Silvestre. El alcalde recuerda todav¨ªa el muro de silencio con el que chocaban no hace muchos a?os los intentos de aclarar cosas tan elementales como la finalizaci¨®n del contrato con los americanos o si las antenas pod¨ªan perjudicar a la salud. Respecto a esta cuesti¨®n, un estudio realizado en 1987 confirm¨® que los trabajadores del centro estaban expuestos a campos electromagn¨¦ticos que superaban los m¨¢ximos recomendados.
Los ecologistas reclaman el desmantelamiento de antenas e instalaciones y la prohibici¨®n de construir en el terreno liberado. 'Se trata de una zona que, por fortuna, se ha preservado, y ahora no tiene sentido intentar sacarle un rendimiento urban¨ªstico', asegura Enric Pardo, portavoz de la Asociaci¨®n de Naturalistas de Girona.
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