Retorno a la jondura
Jos¨¦ Fern¨¢ndez Torres, o sea Tomatito, regresa a los sonidos que le son propios. A los que contemplaron su peripecia vital en Almer¨ªa, y junto a Camar¨®n, y despu¨¦s m¨¢s o menos en solitario, tratando de hacerse un sitio digno bajo el sol del flamenco en que la desaparici¨®n del cantaor -de su cantaor- le hab¨ªa dejado casi hu¨¦rfano.
No quiero decir, ni de lejos, que Tomatito se hubiera exiliado de lo jondo, pero s¨ª es cierto que ha estado casi ausente merced a su disco anterior, el Spain que grab¨® junto al pianista de jazz Michel Camilo, y cuyo acierto les oblig¨® a una serie extensa de conciertos por todo el mundo. Tampoco quiero decir que las circunstancias concurrentes en la grabaci¨®n de ese t¨ªtulo y la naturaleza del mismo le indujeran a cambiar de g¨¦nero, pues su guitarra sonaba en ¨¦l con bastante flamencura. Pero no es lo mismo: cuando se mezclan los g¨¦neros, no es lo mismo.
Espacios
Ahora Tomatito ha grabado un nuevo disco que titula Paseo de los Casta?os, y a cuya presentaci¨®n en Madrid asistimos anoche. Triunfo pleno, como es de rigor en estos conciertos de promoci¨®n organizados por las discogr¨¢ficas. El guitarrista tuvo junto a ¨¦l a una peque?a parte del gran elenco que intervino en el disco, y alg¨²n elemento m¨¢s que no figura en la grabaci¨®n. Fundamentalmente el contrabajista Javier Colina, quien anoche se gan¨®, porque las mereci¨®, cerradas ovaciones del p¨²blico, que ni siquiera esperaba al t¨¦rmino de sus intervenciones para aplaudirle. Colina es un m¨²sico extraordinario, que parece haber nacido con una guitarra flamenca bajo el brazo en lugar de un enorme contrabajo, que sin embargo rasguea y pulsa con la misma facilidad que si de la guitarra se tratara.
?ste fue, en cierto modo, uno de los perfiles que definieron el concierto de Tomatito: el generoso espacio que dio a otros instrumentos solistas. Principalmente el contrabajo de Colina y el viol¨ªn de Bernardo Parrilla, tambi¨¦n brillant¨ªsimo en todas sus intervenciones.
Los dos funden su sonido con enorme propiedad al de la guitarra de Tomatito, formando un grupo compacto y en perfecta sinton¨ªa de todos. El resultado ¨²ltimo, m¨¢s que un concierto de guitarra solista -s¨®lo una taranta inicial nos ofreci¨® a Tomatito en solitario, muy bien tocada por cierto- son¨® antes que nada a concierto de un grupo de alta calidad.
Tambi¨¦n el baile tuvo gran presencia en unas buler¨ªas por sole¨¢ de Joselito Fern¨¢ndez con sus habituales sobriedad y buen estilo. El Pira?a fue el eficaz percusionista de siempre y El Ingueta, nieto de Antonio el Rubio, hizo unos interesantes cantes.
Tomatito, pues, ha vuelto a la jondura en estado puro. El concierto de anoche nos pudo parecer por momentos incluso convencional dado lo flamenco/flamenco que sonaba, con gran contento de cuantos est¨¢bamos all¨ª. Su guitarra nos llev¨® con brillantez y emoci¨®n a un mundo de m¨²sica flamenca notable, que nos da la imagen de un guitarrista olvidado ya de sus dudas e incertidumbres a ra¨ªz de la muerte de Camar¨®n. Hoy le vemos capaz de crear e interpretar con el acierto y la seguridad de anoche cualquier empe?o que se proponga, hasta un tango argentino que fue una gozada.
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