Justicia r¨¢pida
Suele decirse que una justicia lenta no es justicia. Estoy muy de acuerdo. Arrastrar durante a?os por despachos de abogados y pasillos de tribunales demandas, agravios y penas, puede amargar de tal modo la vida que ni siquiera el hecho de ver al final, muy al final, reconocidas tus razones por un juez es suficiente. Precisamente, esta es la cuesti¨®n sobre la que siempre se habla cuando de reformar la justicia se trata. Eliminar atascos y listas de espera, reducir plazos y simplificar procesos, este es el indicador m¨¢s evidente de un buen sistema de justicia. El Partido Popular y Partido Socialista han suscrito en Madrid un acuerdo para reformar la justicia en Espa?a. Como no pod¨ªa ser menos, entre los objetivos de esta reforma brilla con luz propia un conjunto de medidas encaminadas a acabar con la lentitud en la justicia. Pero no s¨®lo la lentitud mata a la justicia. En ocasiones, tambi¨¦n la rapidez puede hacerlo. La justicia r¨¢pida encubre a veces flagrantes injusticias. Y no me refiero a medios tales como el linchamiento o el tomarse la justicia por su mano, paradigmas de la inmediatez justiciera.
Jos¨¦ Barrionuevo, Rafael Vera, Miguel Planchuelo, Juli¨¢n Sancrist¨®bal y Ricardo Garc¨ªa Damborenea, convictos aunque nunca confesos de secuestrar a Segundo Marey en los tiempos del terrorismo de Estado, han protagonizado el m¨¢s fulgurante paso por prisi¨®n que nadie ha conocido antes. Todos ellos salieron de prisi¨®n el mi¨¦rcoles pasado en r¨¦gimen abierto apenas diez horas despu¨¦s de que se personaran en la c¨¢rcel para cumplir la orden de ingreso dictada por el Tribunal Supremo. No tendr¨¢n que ir a prisi¨®n ni siquiera a dormir y tan s¨®lo deber¨¢n presentarse dos veces por semana en los juzgados. Y ello a pesar de que el fiscal del Tribunal Supremo Jos¨¦ Mar¨ªa Luz¨®n se opuso ese mismo m¨¦rcoles a la concesi¨®n del nuevo indulto para Barrionuevo y Vera que hab¨ªa solicitado su abogado, alegando que las penas de 10 a?os de c¨¢rcel que les fueron impuestas son proporcionadas a la gravedad de los hechos por los que fueron juzgados y condenados. En un informe que EL PA?S describ¨ªa como 'malhumorado', el fiscal Luz¨®n rechazaba el indulto, adem¨¢s de por la gravedad de los delitos por los que ya hab¨ªan sido condenados, por la existencia de importantes causas pendientes. ?Y qu¨¦ causas! Estamos hablando, por si alguien lo ha olvidado, de la actuaci¨®n de los GAL, una organizaci¨®n terrorista dise?ada, organizada y dirigida desde y por aparatos del Estado espa?ol. Una organizaci¨®n pensada para la ejecuci¨®n de justicia r¨¢pida, de esa que no se somete a las pesadas condiciones y l¨ªmites de un r¨¦gimen garantista, a cuyo celo hay que adjudicar una veintena larga de asesinatos. El sue?o de la raz¨®n de Estado produce monstruos como este.
Ni Vera ni Barrionuevo han manifestado jam¨¢s arrepentimiento alguno. En todas sus declaraciones se han empecinado en presentarse a s¨ª mismos como v¨ªctimas de la justicia, queriendo as¨ª encubrir la realidad: que la v¨ªctima fue Segundo Marey y que ellos fueron los victimarios. As¨ª y todo, ya est¨¢n en la calle, gracias a un indulto encubierto producto, en palabras de un agradecido Rafael Vera, de un 'impulso pol¨ªtico' que ha dado con la justicia por los suelos. Tiene narices la frasecita esta: sin duda, el Gobierno espa?ol habr¨ªa preferido que, en muestra de agradecimiento, se hubiera callado la boca. ?C¨®mo no relacionar, en estas condiciones, la infamante decisi¨®n pol¨ªtica de excarcelar a esta gente con la firma del pacto de Estado para la Justicia? ?C¨®mo no abrir la caja de los agravios para recordar el tan distinto tratamiento penitenciario de unos y de otros?
Luego dicen que en Estados Unidos s¨®lo se puede esperar justicia si se tiene suficiente dinero. En Espa?a no s¨®lo es cuesti¨®n de dinero, tambi¨¦n de servicios prestados a esos oscuros poderes pol¨ªticos que Amnist¨ªa Internacional denuncia cada a?o en sus informes.
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