Pongan indicadores pluriling¨¹es
- Consecuencias sanitarias de las zanjas. '?Alguien se ha planteado las consecuencias sanitarias que sobre la poblaci¨®n madrile?a puede tener la continua apertura de zanjas?', se pregunta Justo. 'No me refiero ¨²nicamente a los riesgos de rotura de huesos consecutiva a las ca¨ªdas, al impacto emocional -y f¨ªsico, claro- de estos accidentes sobre las personas de edad, sino tambi¨¦n a los contagios derivados de la propalaci¨®n de g¨¦rmenes procedentes de las tuber¨ªas de aguas fecales y conducciones abiertas. Me imagino', aclara, 'que esto dar¨¢ igual a quienes promueven la incesante apertura de hoyos por todo Madrid, operaciones por las que, supongo con fundamento, alg¨²n enterado percibir¨¢ la correspondiente comisi¨®n'.
- Alcorques, basureros alternativos. 'Da pena aut¨¦ntica', dice Clara, 'ver el trato que se otorga a los ¨¢rboles en esta ciudad, donde los alcorques se han convertido en basureros alternativos ante la falta de papeleras y de contenedores. Los ¨¢rboles nos dan frescura y ox¨ªgeno, dos bienes valios¨ªsimos, y muy limitados, que nadie parece apreciar', se lamenta.
- Plenos t¨¦cnicamente antidemocr¨¢ticos. 'Los plenos municipales, maratonianos por su duraci¨®n y por los miles de asuntos de que tratan', se?ala Clemente, 'son antidemocr¨¢ticos, porque no da materialmente tiempo a debatir esos temas en profundidad, y algunos de ellos, yo dir¨ªa que la mayor parte de los tratados, comprometen miles de millones de pesetas de los contribuyentes. Pienso', agrega, 'que los plenos deber¨ªan trocearse y distriburise en diferentes sesiones consecutivas porque, cuando llega la hora de comer, todo se resuelve a trompicones, sin que nadie pueda calibrar, con todos los datos y pareceres debidamente explicados, el alcance de las decisiones adoptadas', subraya.
- Visitas, no. 'Es una l¨¢stima que los parlamentarios nacionales y auton¨®micos, as¨ª como los concejales por Madrid, apenas reciban visitas de los particulares y, si lo hacen, que dispongan habitualmente de muy poco tiempo para atender las solicitudes planteadas', afirma Ver¨®nica. 'En muchas ocasiones', a?ade, 'hasta carecen de ayudantes o de asesores pol¨ªticos o t¨¦cnicos para tramitar las demandas. A mi juicio', dice, 'mientras la pr¨¢ctica de la consulta a los representantes de la ciudadan¨ªa no se extienda y se generalice de verdad, como una costumbre necesaria, la democracia en nuestro ¨¢mbito no estar¨¢ del todo consolidada'.
- Ruido frente a hospitales. 'La prisa con la cual los automovilistas circulan por la ciudad les hace olvidar sistem¨¢ticamente la necesidad de guardar silencio frente a los centros hospitalarios', protesta ?ngela. 'Casi nadie se abstiene de tocar el cl¨¢xon de su veh¨ªculo, ni de amortiguar la marcha de los autom¨®viles o motocicletas, para evitar esos ruidos que resultan tan da?inos para los beb¨¦s o los enfermos o, simplemente, para quienes descansan o convalecen. Me parece una tremenda falta de respeto', destaca.
- Compromiso c¨ªvico con la limpieza p¨²blica. 'No veo por qu¨¦ raz¨®n no se involucra a los alumnos de institutos, o bien a algunos adultos particulares organizados, en campa?as de limpieza p¨²blica de lugares donde proliferan papeles y desechos no contaminantes', dice ?lvaro. 'No se trata de suplantar a los empleados de los servicios p¨²blicos o privados en estos menesteres, ni de brindar una coartada a las autoridades para que no cumplan con su deber; sino m¨¢s bien de concienciar e integrar a los j¨®venes en tareas ¨²tiles, cuyos resultados vienen bien a todos y crean h¨¢bitos c¨ªvicos', recuerda.
- Prevenci¨®n contra las alergias. 'Medio Madrid se est¨¢ viendo afectado por la alergia primaveral, que este a?o parece ser especialmente virulenta', se?ala Aurora. '?Habr¨ªa alguna posibilidad de que las autoridades sanitarias se tomaran este asunto, por una vez, en serio y realizaran alguna campa?a preventiva para reducir el impacto de una epidemia tan molesta?', pregunta.
- Sin carteles para extranjeros. 'Echo de menos en toda la ciudad carteles e indicadores pluriling¨¹es, en diferentes idiomas, con los que se satisfaga la necesidad de los extranjeros visitantes o residentes de informarse de cuestiones b¨¢sicas', expone Jos¨¦ Juan. 'Luego todos nos quedamos muy contentos cuando se dice eso de que los madrile?os somos muy hospitalarios, pero lo cierto es que Madrid es un desierto para los que aqu¨ª llegan de fuera', comenta. -
- Alto a la violencia. 'Ya est¨¢ bien de programitas de televisi¨®n donde el asesinato y el crimen son moneda tan frecuente', se queja Mar¨ªa Angustias. 'Luego nos extra?a la delincuencia rampante y esos sucesos que averg¨¹enzan a las gentes de bien. Creo', a?ade, 'que se deber¨ªa encomendar la programaci¨®n infantil y juvenil a comisiones de ense?antes, de padres y madres, a gentes normales, no a obsesos'.
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