El Consistorio s¨®lo gan¨® 859 millones por permitir los 'chirimbolos'
El PSOE critica que el Consistorio s¨®lo recibiera 859 millones por permitir estos paneles callejeros
Las arcas municipales s¨®lo ingresaron durante el a?o pasado 859 millones de pesetas por autorizar los llamados chirimbolos (soportes callejeros de gran volumen para carteles publicitarios) instalados en muchas aceras de la capital, seg¨²n critica la concejal socialista Marta Rodr¨ªguez-Tarduchy. ?sta acusa al equipo que dirige Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, del PP, de permitir que Madrid 'se haya convertido en una feria de publicidad ambulante'.
El equipo de gobierno municipal asegura que muchos de estos artilugios est¨¢n siendo retirados. Pero el PSOE sostiene que en la actualidad hay alrededor de 1.800 chirimbolos, y, adem¨¢s, destaca que las tres firmas que gestionan el mobiliario urbano facturaron el a?o pasado m¨¢s de 10.000 millones de pesetas. 'Gran parte de este dinero son beneficios para estas empresas, mientras que el Ayuntamiento s¨®lo recibi¨® 859 millones', afirma Rodr¨ªguez-Tarduchy. El PP, a?ade la edil, 'ha vendido las calles de Madrid'.
La responsable de Obras, Elena Utrilla, promete retirar aquellos chirimbolos que seg¨²n el PSOE est¨¦n 'fatalmente colocados' y molesten a los ciudadanos.
En marzo de 1995, la ciudad se vio invadida por un nuevo elemento que, a falta de mejor nombre, muchos dieron en llamar chirimbolo: un tipo de soporte met¨¢lico de variada factura que contiene publicidad. Algunos de estos chirimbolos miden m¨¢s de dos metros de altura y otros sirven de apoyo, adem¨¢s de a reclamos comerciales, a dep¨®sitos de vidrio o pilas usadas.
Desde el principio, los grupos de oposici¨®n y colectivos de urbanistas y arquitectos se declararon contrarios a la instalaci¨®n de este mobiliario urbano. Pero el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano, del PP, permaneci¨® inflexible y mantuvo en las calles alrededor de 1.500 chirimbolos.
Seg¨²n los datos del grupo municipal socialista, estos elementos han aumentado, ya que en la actualidad 'se cuentan m¨¢s de 1.800 chirimbolos'. La cr¨ªtica de la concejal socialista Marta Rodr¨ªguez-Tarduchy no se refiere s¨®lo al n¨²mero 'ingente' de paneles que copan las calles, sino a la factura que se embolsan las empresas que gestionan estos soportes publicitarios. El a?o pasado, Cemumasa, Cemusa y Planigrama -las tres firmas que gestionan el mobiliario urbano- facturaron 10.192 millones de pesetas. 'Gran parte de este dinero son beneficios para estas empresas, mientras que el Ayuntamiento s¨®lo recibi¨®, por prestar la calle, 859 millones de pesetas', seg¨²n explic¨® la edil socialista Marta Rodr¨ªguez-Tarduchy.
'Por 859 millones de pesetas han vendido las calles de Madrid. El Ayuntamiento, esto es, los madrile?os, no obtiene ning¨²n beneficio de este asunto. Sin embargo, esto es un negocio redondo para las empresas que lo gestionan, porque casi todo lo facturado se convierte en beneficio', a?ade.
Rodr¨ªguez-Tarduchy reconoce que el Ayuntamiento tambi¨¦n tiene la posibilidad de beneficiarse de los chirimbolos, ya que puede instalar publicidad institucional en estos soportes. 'Pero esto s¨®lo funciona en teor¨ªa, ya que el municipio tiene que poner sus anuncios [convocatorias, informaci¨®n oficial, exposiciones, planos de metro o de la ciudad...] en la cara mala del soporte, una cara que resulta imposible de ver por los automovilistas y que, obviamente, los anunciantes no quieren', precisa la concejal socialista.
La 'cara mala'En el paseo de la Castellana, por ejemplo, los soportes publicitarios presentan la cara del anuncio de las empresas de publicidad en el sentido de la marcha de la circulaci¨®n. Adem¨¢s, est¨¢n orientados de forma que el conductor s¨®lo vea esa cara. ?nicamente los peatones que transitan por esta avenida pueden ver lo que el mobiliario urbano presenta en la cara mala: informaci¨®n del Ayuntamiento.
El PSOE denuncia tambi¨¦n que muchos de los soportes publicitarios contravienen las propias normas del Ayuntamiento. La ordenanza de Mobiliario Urbano, que entr¨® en vigor en 1985, se?ala que los soportes 'se situar¨¢n de modo que la cara de su eje mayor sea paralela al bordillo de la acera'. Muchos de los chirimbolos, al haber sido colocados de forma oblicua (as¨ª son m¨¢s visibles desde la carretera) vulneran esta norma, seg¨²n los socialistas.
La ordenanza establece asimismo que 'elementos de naturaleza y clase distinta no pueden estar a menos de 50 metros uno de otro'. Rodr¨ªguez-Tarduchy asegura que hay muchos chirimbolos que no guardan esa distancia m¨ªnima en la capital.
En el anterior pleno municipal, la edil socialista denunci¨® 'la saturaci¨®n que sufren las calles de Madrid' y que este tipo de elementos 'impiden ver los monumentos y circular con normalidad'. Rodr¨ªguez-Tarduchy acompa?¨® su exposici¨®n con fotograf¨ªas de chirimbolos 'fatalmente colocados'.
En una de estas fotograf¨ªas se aprecia c¨®mo en un descampado que en el futuro iba a ser una rotonda para el tr¨¢fico en el Campo de las Naciones ya hab¨ªa colocado un chirimbolo con publicidad y un banco para sentarse. 'A m¨ª me gustar¨ªa saber qui¨¦n se va a sentar en ese banco', se pregunta la edil socialista: 'Ahora no hay nada y en el futuro habr¨¢ una rotonda llena de coches dando vueltas. ?Qui¨¦n se va a poner en ese banco a ver coches?'. La concejal mostr¨® despu¨¦s fotograf¨ªas de soportes publicitarios casi pegados unos a otros o enclavados en aceras diminutas.
Rodr¨ªguez-Tarduchy denunci¨® tambi¨¦n que a veces 'se duplica la informaci¨®n'. Y mostr¨® c¨®mo en algunas calles, como la del Marqu¨¦s del Duero, cerca del palacio de las Cortes, hay una se?al clavada en la acera para indicar el nombre de esta v¨ªa, pese a que 'ya se dice qu¨¦ calle es en las placas que hay en las fachadas'.
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